A la mañana siguiente, como siempre, Jungkook se levantó alrededor de las seis.
Se sentía cansado, aunque no había hecho nada por la noche. Llegó temprano con Jimin y se acostó temprano también.
Al meterse bajo la ducha, dejó escapar una risa nasal. Al fin y al cabo, se reía de sí mismo.
La escena del carro se repetía en su mente.
¿Eres mío?
¿Qué clase de persona lanzaría de esa manera una pregunta así? Bueno, un borracho, tal vez, pero aun así, no podía dejarla atrás.
Sí.
Negando con la cabeza y expulsando todas esas ideas de su mente, salió de la ducha y se vistió sólo con una bermuda y una camiseta. De pie frente al espejo, evaluó su rostro minuciosamente mientras se cepillaba los dientes.
Cuando terminó, salió de la habitación, bajando las escaleras en silencio, sintiendo que su celular vibraba en su bolsillo.
No prestaba mucha atención a los mensajes que recibía en relación con el trabajo, ya que no podría hacer nada al respecto, pero se obligó a leer ese mensaje en específico.
No porque se tratara de trabajo, sino porque era de su padre.
Jeon SeGi le hizo saber por mensaje de texto que tenía algo serio que hablar con Jungkook por la tarde.
Por suerte, eso le daría unas horas de descanso.
Jimin...
¡Ah! El vino acababa con él. Aunque se acostó temprano, se levantó después de las nueve, lo que le permitió dormir más de doce horas.
Se despertó y no se levantó de la cama enseguida. Pateó la manta hasta sus pies, mientras el sol mantenía caliente su cuerpo desnudo.
Le gustaría ser el tipo de persona que se olvida de todo cuando se emborracha, pero tenía buena memoria, guardaba todo lo que pasaba, incluso los detalles de sus sueños.
Se levantó lentamente y se detuvo un rato ante el gran ventanal, analizando la paradisíaca vista. Evaluó la habitación en la que estaba; era enorme, y Jimin sabía que, aun así, era una de las más sencillas. Jeon eran extravagantes, eso molestaba a Jimin.
Salió de la habitación envuelto en una toalla. Se dio una ducha rápida para despertarse del sueño y cruzó apresuradamente el pasillo de nuevo.
Tenía miedo de encontrarse con Jungkook.
Anoche cedió un buen número de veces y se sentía como un debilucho por ello. Pero... No podía controlarlo; pensaba en ese hombre todos los días incluso antes de llegar a Australia, descubrir que sus familias estaban conectadas y caer en la red.
Se frotó la cara, intentando dejar de pensar en ello, y abrió su maleta, dejando todo tirado sobre la cama. Se puso algo de ropa: short, una camiseta de manga larga y gafas de sol, porque tenía los ojos hinchados como si estuviera con una alergia. Era el efecto de una leve y molesta resaca.
Se secó el pelo y se quedó mirando la puerta, sin valor para salir. Pero su estómago le pedía comida, así que fue.
Jungkook, en ese momento, ya estaba debidamente alimentado. Haciendo un corte en su rutina, decidió no correr esa mañana, pasando gran parte de su tiempo en la sala, charlando con sus primos que estaban demasiado concentrados en un partido de béisbol en la televisión.
Sentado en el sofá más corto, Jungkook estiró los pies, ocupando todo el sofá, mientras sus tres primos se acomodaban en el otro, más largo. Sabía que ocupaba el mejor ángulo para la televisión.
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Wheeler-Dealer
FanfictionJeon Jungkook y Park Jimin se encuentran dos veces al mes para tener sexo; sin intercambiar nombres, sin revelar sus identidades ni rostros. Se reconocen en la fiesta de compromiso de Jihyun y Haewon; los novios son el hermano de Jimin y la hermana...