#AceiteDeBroncear
Jimin no tenía idea de qué era eso, si el caviar realmente estaba mal o si Jungkook simplemente había hecho una escena de niño mimado.Mimado, algo que Jimin sentía por dentro desde el primer día que se encontró con él. Y ah, acordarse de ese día era una tortura, pues era exactamente el momento en que había dado inicio a la rutina vergonzosa de su vida.
Vio a los garzones retirando los platos con esa entrada e internamente lo agradeció, porque su estómago estuvo hecho un revuelto desde que vio a Jungkook en la puerta del salón. No estaba apto para recibir ni la más deliciosa de las comidas.
Jimin viajaba constantemente, debería tener un paladar que aceptara cualquier cosa, pero no entendía el concepto de los platos que Jungkook escogió. Le gustaba las cosas simples, principalmente una buena pizza, café, fideos y pollo, Jimin adoraba la pimienta. Pero cualquiera de esas opciones aparecía raramente en la mesa de un Jeon.
De todos modos, agradeció al garzón cuando él y los otros empezaron a servir la nueva entrada.
Jimin empezó con la segunda copa de vino, deseando que aunque el alcohol fuera sutil pudiera sacar a Jungkook de su cabeza.
Silenciosamente, Jungkook comenzó a comer, esta vez sin nada más que agregar, concentrándose solo en la ensalada.
No le gustaba mucho las ensaladas, prefería cosas muy caras o extremadamente grasosas—mientras supiera la procedencia de las mismas, entonces nada de esa cena era de su gusto.
Pero no tenía derecho a hacer una rabieta por eso. Su hermana mantenía su “línea fit” y, aparentemente, Jihyun también. Entonces, habían elegido platos con poco sabor y mucha proteína.
—Jungkook, ¿qué pasa con esa abogada del trabajo? ¿La hija menor de los Lee?—En el momento que su madre soltó ese comentario, Jungkook maldijo a su hermana, a su novio y a todos los posibles hijos que tendría con ese idiota.
Sabía que estando en un evento como ese, en algún momento, sería el blanco de tal comentario. Todos los eventos donde asistía la familia terminaba con un “¿Cuándo piensas casarte, Jungkook?”, y la verdad es que no pensaba hacerlo.
El matrimonio era una institución fallida. Y Jungkook pretendía mantenerse lo más lejos posible de las vaginas, que Dios lo libre de tener que lidiar con una mujer desnuda. Ciertamente, no sabría por dónde comenzar—al contrario de cuando se trataba de hombres, a los cuales dominaba al inicio, durante y después del acto.
—No tengo interés en ella.—Dijo simplemente, mirando su plato.
—Ya tienes veintiocho, Jungkook. Ya deberías empezar a pensar en el matrimonio. Hay tantas buenas mujeres por ahí. ¿Te acuerdas de la hija de los Kim? Recién se convirtió en directora del Hospital Universitario de Gangnam.
—Tiene novio hace dos años, madre.—Jungkook comentó y miró a los ojos de la mujer, mostrando una breve sonrisa.—Era la única que me interesaba, pero está a punto de casarse. Creo que ahora tendré que buscar arduamente a otra. Pero ese no es mi objetivo, estoy enfocado en la compañía.—Finalizó pacientemente.
Nunca estuvo interesado en esa mujer, pero por lo menos esa sugerencia le dio oportunidad para mentir.
—¿Y tú, Jimin? ¿Piensas casarte pronto?
Jimin no quería levantar la cabeza. Su plan era tragar la horrible comida y volver al balcón, esperando que todo terminara. Pero la señora Jeon necesitaba preguntar eso, ah.
Hyolee rio después de la pregunta, lo que hizo que varias miradas fueran directamente a ella y a Jimin. A la mujer no le importaba ni un poco, pero Jimin no tenía la libertad ni la autoridad de una persona de 78 años.
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Wheeler-Dealer
Fiksi PenggemarJeon Jungkook y Park Jimin se encuentran dos veces al mes para tener sexo; sin intercambiar nombres, sin revelar sus identidades ni rostros. Se reconocen en la fiesta de compromiso de Jihyun y Haewon; los novios son el hermano de Jimin y la hermana...