27 | But love has a great lawyer

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Jimin se aferró a él, tratando de compensar toda la confusión de su cabeza con las acciones de su cuerpo. Lo besó y hundió los dedos en su cabello, tirando sin mucha fuerza.

Entre un beso y otro preguntó:

— ¿Quieres follarme? — lo besó. — Llévame a algún lugar, a cualquiera.

Solo quería olvidar y de alguna manera demostrar que el problema no era Jungkook, sino él mismo.

La petición salió de la nada y le sorprendió un poco, pero Jimin tenía ese lado salvaje que ni siquiera Jungkook sabía contener, pero tampoco deseaba hacerlo.

Simplemente tomaría ese lado de Jimin y lo dejaría entregarse.

Asintió jadeando y una vez más se preparó para follarlo como lo había hecho la noche anterior.

— Esta noche en tu habitación, ¿de acuerdo? — Susurró mordisqueando su labio inferior.

Quería hacerlo en ese momento, en esa arena y si alguien los veía no le importaba.

Pero sabía que si se desaparecían y no volvían a casa ese día, darían de qué hablar.

Especialmente para Jimin, considerando que el resto de la familia se uniría a ellos en las habladurías.

—Tenemos que volver, pero juro que pasaré la noche contigo hoy, ¿de acuerdo?— Susurró acariciando su rostro.

Jimin asintió también, besándolo innumerables veces antes de ponerse de pie.  Luego de un último fuerte abrazo, Jeon agarró su mano y lo guió de regreso al auto, subiendo la colina con su ayuda.

Dentro de él, Jimin pasó el dorso de las manos por su rostro, siguiendo el corto viaje en silencio. Al entrar en el patio de la gran casa, se sorprendió al ver unos cuatro autos además de los que ya estaban estacionados allí.

— ¿Qué es eso, Jungkook?

— Creo que ya no somos solo nosotros por aquí. — comentó, mirando a su alrededor un poco frustrado.

Golpeó el volante con los dedos esperando que no sea ese lado de la familia, pero sabía que ese deseo era en vano.

Porque solo había una cosa que podía desesperarlo aún más en esa situación: el lado paterno de su familia.

Y considerando la cantidad de autos caros estacionados, ese lado de la familia había aparecido para la celebración de la boda.

Eran dos tías y cuatro primas. Dos de sus primas eran mayores que él, casadas y con hijos. Las otras dos tenían veintiséis y veintitrés respectivamente.

Eran lo que uno podría esperar de un Jeon; generalmente eran calladas, sarcásticas y libertinas. A diferencia de Haewon, optaron por la escuela de leyes y Jungkook las veía varias veces cuando estaba en el país.

— Entremos. — Dijo con un suspiro mientras pasaba las manos sobre su rostro.

De esas dos primas solteras, el mayor problema venía en la más pequeña y la parte más alejada de su familia: Jeon Yujin, prima de una prima; de veintitrés. Uno y sesenta y dos, con cincuenta libras de irritación constante.

Peligrosamente parecida a Jungkook, ella había sido su intento de callar a su madre con sus pedidos constantes de que enamorara con alguien por un tiempo. Conteniendo todo su disgusto —que inevitablemente surgía cuando se trataba de mujeres— Jungkook arregló un noviazgo de algunos meses con su prima segunda tres años antes.

Ah, y todo el mundo pensó que era hermoso porque Jungkook estaba en la cúspide. ¡A la edad perfecta para casarse!

Pero Jungkook no había tenido la paciencia suficiente para mantener el noviazgo ante el malgenio de su prima.

Wheeler-DealerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora