¿Y si te como a besos? (17 años)

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Soledad y silencio se sentían en mi casa... Bueno, en realidad no tanto... Como sea, recuerdo que era una bonita tarde de sábado en la que se suponía nos reuniríamos en mi casa a ver televisión y jugar Xbox pero al final el hippie se fué con su novia y el pobre... No sé, creo que se murió o algo así... En fin, no importa.

Se suponía que era una reunión entre los cuatro pero al final sólo tú llegaste. No es algo que me haya molestado o hecho sentir incómodo, en ese entonces llevábamos un par de meses saliendo en "citas" (si es que se le podía llamar cita al ir a los videojuegos después de clases o comer pollo frito en mi casa los fines de semana) y ya había admitido mis sentimientos por ti así que de alguna manera estábamos saliendo (aunque aún no me habías dicho si también te gusto así que no sé cómo se le pueda llamar a eso)

Recuerdo que estabas jugando y mirando la pantalla bastante concentrado mientras yo estaba sentado a tu lado comiendo cheesee poofs y viéndote jugar hasta que me dieron unas repentinas ganas de molestarte. Sí, me gustas mucho pero eso no significa que quiera dejar de molestarte... En fin, seguías concentrado en el juego, dejé de lado la bolsa de cheesee poofs y te abracé por la cintura, no pareció importarte así que comencé a darte besitos en la mejilla y parte del cuello, fué ahí cuando por fin volteaste a verme.

- ¿Qué carajo te pasa?

- Nada... ¿Y si te como a besos?

No lo admití delante tuyo pero tu rostro sonrojado combinado con tus lindos ojos que me miraban fijamente han sido una de las cosas más lindas que he visto en la vida, me gusta verte así.

Seguí molestándote con los besos y abrazos mientras tú seguías tratando de concentrarte en el puto juego y queriendo apartarme.

- ¡H - hey! Imbécil, quítate, estoy tratando de pasar el juego.

- Al carajo el estúpido juego.

Finalmente logré quitarte el control y hacer que me prestes atención. Te empujé haciéndo que quedes recostado contra el sofá, quedamos frente a frente y mirándonos mutuamente y...































Omegacember | KymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora