Transcasitad (17 años)

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- ¡Le digo que soy omega, idiota!

Mi voz retumbó en ese lugar. Nuevamente era yo con otro de mis planes estúpidos, aunque admito que esta vez era para estar más cerca de ti. Nos habían separado en clases diferentes así que dije que soy omega para estar juto a ti, aunque claro, evidentemente te darías cuenta y me regañarías o algo así. Da igual, lo que sea para verte un rato más estando en clases y asegurarme de que ningún imbécil intente propasarse contigo.

Estuve más de media hora tratando de convencer al rector de la universidad que soy omega y deje sus estúpidos prejuicios para que me pusiera en la misma clase que tu. Claramente no funcionó (menos después de lo que hice en cuarto grado con tal de tener mi propio espacio para cagar sin que nadie me moleste) porque para mi mala suerte (y tal vez buena para ti) el imbécil del rector nos había visto tomados de la mano un par de veces y supo que lo que en realidad quería es estar en la misma clase que tú y como era de esperarse acabé en detención.



Tuve que quedarme ahí durante toda la mañana y parte de la tarde hasta que veniste a buscarme y pude irme después de cumplir con la jornada de castigo.

- ¡Por fin! ¿qué carajo hiciste esta vez para terminar en detención?

Hasta cierto punto estabas acostumbrado a tener que irme a buscar ahí, si no me equivoco desde cuarto año lo estás. He hecho muchas estupideces a lo largo de mi vida que me han hecho terminar ahí, como asustar a Tweek con la alarma contra incendios o haber inventado que tengo Tourette (si, otra vez) para insultarte y decirte cosas sucias en público. Supongo que para este punto no te sorprende verme ahí.

- Dije que soy omega para estar en tu misma clase y mantener vigilado a cualquier pendejo que quiera propasarse contigo.

Nuevamente esa mirada de reproche estaba ahí. Pensé que ibas a regañarme pero sólo me tomaste del brazo para llevarme contigo.

- ¿Llegará el día en que dejes de hacer estupideces?

- No lo sé, mi querido Kahl. Quizá sólo debemos dejar que pase el tiempo y...

- ¡Eric!

- ¡De acuerdo, si, me portaré bien! ¿contento?

- Bastante.






































Omegacember | KymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora