Costumbres sólo nuestras (24 años)

449 49 1
                                    

Sábado, 9:15 am. Me despierta un suave aroma a café combinado con panqueques de mantequilla, hace frío y tu lado de la cama está vacío. Quise abrazarte al sentir el frío viento de esa mañana pero al darme cuenta de que no estabas a mi lado decidí levantarme, notando inmediatamente el aroma y dándome cuenta que ahí estaba la explicación del por qué no dormías junto a mi.

Salí de nuestra habitación y bajé con cuidado las escaleras. Entrando a la cocina te vi colocando los platos y dos tazas en la mesa, inmediatamente te diste cuenta de mi presencia, te sonreí y te sonrojaste un poco (jamás te lo dije pero pienso que ese tono rojizo en tus mejillas combina bien con tus ojos)


- Ah, buenos días... Lo siento, sé que era tu turno de preparar el desayuno pero no quise despertarte así que preferí levantarme y hacerlo yo.



Habíamos acordado que nos turnaríamos para preparar el desayuno y aunque esta vez era mi turno lo hiciste de todos modos. No me molesta, al contrario, me gustan esa clase de detalles aunque no siempre lo demuestre.

Te sonreí y te abracé por la cintura, esta vez no pusiste resistencia y simplemente te dejaste llevar.

- ¿Por qué te disculpas? No me molesta que lo hagas.

- Bueno... Acordamos que nos turnaríamos y...


Te callé con un corto beso en los labios sin dejarte terminar de hablar, beso que correspondiste sujetándome por los hombros y dejándote llevar. Estuvimos besándonos hasta que me separé un poco aunque sin dejarte de sujetar por la cintura.

- Te dije que no me importa. Mejor dime qué preparaste para desayunar.

- Siéntate y averígualo.



Una de tus preciosas sonrisas se mostraba en tu rostro acompañando esa frase. Inmediatamente obedecí y te dejé terminar de servir el desayuno.

El frío seguía colándose por las ventanas y parecía que iba a nevar ese día, un clima perfecto para tomar un café por la mañana acompañado de tu lindo judío pelirrojo, sentados frente a frente en el comedor de una casa que ambos comparten ya que están a punto de casarse. Un ambiente cálido y  hogareño que personalmente disfruto bastante, más aún porque puedo compartirlo contigo.

























































Omegacember | KymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora