Recordé una vez que mi padre casi se orinó de la risa porque tuve una discusión muy fluida con mi madre sobre porqué debía comer mis vegetales y no solamente la carne.
-Si quieres ser un lobo grande y fuerte, también debes comerte los vegetales.
-Pero somos lobos. Comemos carne -respondí.
-Eso no significa que solo nos alimentemos de eso. Ayer te comiste bien tus vegetales.
-Fue porque me engañaste. Las envolviste en harina, huevo y pan. Creí que eran croquetas.
-Pero te las comiste -no podía discutir eso. Sí me las había comido y sí me habían gustado mucho. De hecho, había pedido más y mi padre me había dado las de él. Mamá lo había regañado por eso.
-Sí, pero fue porque me engañaste para que lo hiciera. Engañaste a tu hijo...
En ese momento, papá no pudo seguir aguantando la risa y terminó explotando en carcajadas tan ruidosas que terminaron por despertar a mis hermanos que dormían su siesta.
Eso hizo enojar a mamá, regañó a papá entre gruñidos y a mí no me quedó de otra más que comerme mis vegetales. Pasaron varias horas hasta que nos dispusimos a hablar sin miedo de que mamá nos gruñera.
Esa vez terminé pasando la tarde jugando a las escondidas con papá. Nos reímos mucho y corrimos hasta quedarnos sin aliento.
Y entonces me dijo:
-Te contaré un secreto. Pero no le digas a mamá, ¿si? Se enojaría más si se entera -asentí apretando lo labios -. Cuando conozcas a esa persona que se convertirá en tu compañero o compañera de vida, te darás cuenta de que no importa si es él o ella. Importa lo que significará en tu vida y en lo que te hará sentir en ese momento. Cuando estén frente a frente, sentirás que todo está bien en el mundo y no va importar nada más que ustedes dos. No te va a importar cuantas veces se enoje contigo o qué tantos vegetales te obligue a comer -me reí por eso -, sabrás que es esa persona. Sabrás que está hecha para ti y tú estás hecho para él o ella. Sabrás que al final del día, estarán juntos y que verás esa hermosa sonrisa que sabrás será solo para ti. Porque será solo tuya. Y no puedo esperar a que ese día llegue. Quiero ver en qué clase de... te vas a convertir. Quiero ver...
Odiaba cuando mis recuerdos se volvían borrosos. Sentía que ocurría en partes importantes. Partes importantes de un recuerdo quizás no importante.
Pero ya lo había aceptado hace tiempo. Y nunca forcé mis recuerdos para no colocar momentos que quizás nunca ocurrieron.
-¡Ya llegó Raiki! -la voz de Mia.
-¡Al fin vamos a comer! -dijo Gia.
Los primeros días habían sido difíciles para ellas. Pero Arja me explicó que es más sencillo para ambas porque se tenían la una a la otra, era algo así como un lazo de hermanas. Nunca iban a estar solas aunque encontraran a su compañero. Su lazo seguiría ahí.
Nadie me dijo nada cuando entré a la casa a pesar de que ya había caído la noche. Arja había hecho la cena y las gemelas habían puesto la mesa. Todo estaba listo.
Nos sentamos, comimos, hablamos sobre lo acontecido durante el día con toda normalidad, y llegado el momento, ya era hora de dormir.
Bueno, casi todos.
Rodé muchas veces en mi cama hasta que decidí que no lo iba a conseguir. Así que solo me levanté y bajé para ir al porche. Necesitaba aire fresco, estar solo. Necesitaba...
-Papá -dije en cuanto lo vi, apoyado en la baranda del porche, justo en donde pensaba colocarme -. Lo siento, no quise...
-Descuida, no pasa nada -me mostró una sonrisa triste -. ¿Estás bien?
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Rey Lobo
WerewolfSer el alfa de una manada puede ser complicado, abrumador en algunos casos. Pero... ¿Y si eres el alfa de todas las manadas? ¿Y si naces con una corona sobre tu cabeza? Una antigua rivalidad se verá obligada a desaparecer para combatir el mal que am...