XXXIX: Digno

34 8 0
                                    

Aun no entiendo lo que quiere decir que alguien sea digno de algo. Nunca creí serlo después de todo.

Arja me había hablado una vez sobre los alfas que son dignos de una manada completa. Que no siempre se sigue el linaje porque no todos son aptos para liderar.

-Soy un pésimo alfa -dije mientras caminaba.

Nos habíamos alejado luego de encontrarnos con alfa Triell y su hijo Sail. No nos quedamos mucho tiempo luego de que el alfa volviera a desmayarse por el cansancio.

Mi bestia guardó silencio y mis ojos dejaron de ser rojos.

Antes de irnos, Sail se arrodilló ante mí. Sabía que esa muestra de respeto no iba hacia mí exactamente. Y aun así me arrodillé ante él.

-Nunca me lo perdonaré si algo les pasa...

-Estarán bien. Confía en ellos.

Caminé toda la noche con Ziggy dormida sobre mi lomo. El silencio no era de mucha ayuda porque lo único que hacía era sacar a flote recuerdos que creía ya olvidados.

Lobito, lobito lobito...

Raiki, ven hijo mío.

Raiki, corre. Corre y no mire atrás.

¡Papá!

Raiko, mi cachorro...

Su sonrisa me enseñaba sus dientes manchados de sangre.

Mi pequeño...

Una extraña calidez llegó a mi mente. Un abrazo de alguien que amaba y que me amaba.

Nada de esto es tu culpa...

El recuerdo de sus lágrimas antes de cerrar mis ojos.

Nos volveremos a ver. Lo prometo.

A pesar de todo, su sonrisa perduraba.

Te quiero, hijo mío.

Besó mi frente.

Protégelo de todo...

Me detuve de golpe e hice que Ziggy bajara rápido de mi lomo. Me transformé en humano de manera repentina y vomité lo poco y nada que tenía en el estómago.

-¿Estás bien? -sentí la mano de Ziggy en mi espalda.

-Sí, solo...

Me dolía el pecho. Y tanto la bestia como mi lobo permanecían en silencio.

Una creciente necesidad de gritar y llorar comenzó a apoderarse de mi pecho, el nudo en mi garganta dolía.

-No puedo... -mi voz sonó rota luego de abrirse paso por mi garganta.

-¿De qué hablas?

-¿Cómo pueden decir que soy digno de algo como esto? -mis colmillos dolieron de tanto apretar - ¡¿Cómo pueden decir que soy digno de algo?!

Un fuerte llanto surgió de mi interior. No sabía cómo deterlo. No sabía bien por qué lloraba. No sabía qué hacer en ese momento.

Mi pobre hijo...

La escuché como si estuviera frente a mí, pero no tenía cara para mirarla.

No bajes la cabeza, corazón. Eres digno de todo y más, Rai. Solo tienes que creer también que lo eres.

-¡Rai...! -exclamó Ziggy en cuanto me desplomé.

No entendía lo que pasaba. No estaba agotado ni nada parecido como para quedarme sin fuerzas.

Rey LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora