XLIV: Descansemos / Nunca dudes de eso

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Estaba cansado.

No habíamos dejado de caminar en ningún momento.

Para cuando Ziggy despertó, la noche ya estaba cayendo y nuestro paso había disminuido un poco.

-Deberían descansar un poco -dijo Ziggy -. No tiene caso llegar allá y que apenas se puedan mantener en pie.

Oskar y yo nos miramos en silencio por unos segundos antes de detenernos.

-Está bien -dijo Oskar -. Descansemos.

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No sabía cuán hambrientos y sedientos estaba hasta que nos detuvimos en la orilla de un río.

Oskar y yo hundimos la cabeza en el agua y solo la sacamos para recobrar el aliento. Luego de eso cazamos y comimos hasta los huesos como si no hubiésemos comido en meses.

Oskar se recostó bajo la sombra de un árbol a metros de todos. Podía notar que quería descansar pero su preocupación por Will se lo impedía.

Ziggy se quedó a la sombra de otro árbol. Parecía meditar sobre algo que suponía saber lo que era, pero no iba a preguntar.

Yo me quedé a orillas del río mirando mi reflejo. Me veía a mí, pero había cierta duda.

Mis ojos se tornaron rojos.

-¿Qué quieres? -pregunté cansado.

No sabes quién eres realmente. Lo sabías, pero ahora no.

-No quiero hablar de eso.

¿Cuándo dejarás de tener miedo de ti mismo?

-Déjame en paz.

Si el alfa duda, la manada peligra.

-Por favor. Solo... déjame descansar un poco de todo esto. Déjame ser yo.

Esto es lo que eres, Raiko.

-Maté a mi familia por no saber controlarte...

Estabas en edad de descubrir si eras el indicado. El ataque de los cazadores no se lo esperaba nadie, y de no haber sido por ti...

-Estarían vivos.

Estarían perdidos y serían esclavos.

Me hice una imagen mental de mi familia encadenada, de mis hermanos creciendo de esa forma.

La vida puede ser bastante cruel aun sabiendo que muchos no lo merecen.

Lo dejé cruzar una línea que no sabía que había. Cerré los ojos y me vi parado frente a un espejo, pero no era yo quien estaba en él. Mi reflejo era otra persona. Un hombre de ojos dorados que a ratos parecía cambiar a rojo.

-¿Arja también estuvo aquí? -el hombre negó en silencio -¿Porqué no fueron los cazadores por él?

-Por que Arja supo ocultarlo. Nadie lo supo hasta que se volvió alfa de su manada.

-Hay tanto que no me dijo...

-Los padres protegen a sus hijos incluso si deben ocultarles cosas.

Era extraño. Entablamos una conversación amena y profunda sobre algo que me importaba.

-¿Tenías hijos?

El hombre negó en silencio.

-No los tuve. Mi pareja no era una hembra, pero eso no me importaba.

Rey LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora