La luna estaba en su punto más alto, no hacía tanto frío y mi estómago exigía comida de inmediato. Pero tenía que hacer esto primero.
-¿Rai? -volteé para ver llegar a Tommen -. Leo dijo que necesitabas hablar conmigo. ¿Qué pasa?
No se veía tan molesto como antes.
-¿Cómo te sientes?
-Apaleado -me puse de pie con dificultad. Todo dolía.
-Nos preocupaste bastante.
-¿De verdad?
-Dos días sin mostrar señales de que despertarás es mucho tiempo, ¿no lo crees?
-Supongo que si.
Me tomó por sorpresa ver que solo se sentó sobre el césped y me miró desafiante para que lo imitara.
-¿De qué quieres hablar? -preguntó cuando logré sentarme a su lado.
-Leo me dijo que no estabas bien.
Leo dijo que estaba muy deprimido, que apenas comía y que no era el mismo de siempre.
-Dime qué es lo que tengo que hacer para que te sientas mejor, Tommen.
-¿Puedes volver el tiempo a antes de hacer esa estupidez? -no supe qué decir -. Olvídalo. Solo... ya no le den más vuelta al asunto. No quiero seguir sintiéndome un idiota.
-Tommen, ¿por qué eres mi mejor amigo?
Sabía que esa pregunta debió ser una daga en el corazón.
-Digo...
-Sé a qué te refieres, Rai -de nuevo esa sonrisa triste -. ¿Recuerdas tu primer día de escuela? -asentí -. No sabía nada de ti. No sabía lo que había pasado con tu familia anterior, tu manada, ni cómo habías llegado a la nuestra. Solo eras un niño nuevo, asustado e inseguro. Necesitabas que te protegieran, que te apoyaran para que saliera ese alfa que hay en tu interior.
-Un segundo...
-Nunca planeé ser tu segundo, nunca fue mi intención. A pesar de que solo te limitabas a escucharnos y levantar los hombros, nos agradaste en ese momento, queríamos acompañarte, ver cómo te desenvolvías en la manada. Quería ayudarte y protegerte hasta que te sintieras listo.
-Tom...
-¿Recuerdas cuando se nos hizo tardísimo y el alfa nos encontró en los límites?
-Estaba muy nervioso. Tenía miedo de causarle problemas a Arja.
-Ambos nos escondimos con la estúpida idea de que no nos encontraría. Él nos encontró y se veía preocupado.
-Tenía mucho miedo de que se enfadara y nos gritara.
-¿Sabes? No tienes idea de cuánto te envidié en ese momento.
-Sí lo noté.
Teníamos doce años. Leo estaba enfermo y Niko castigado por razones que no quiso decirnos.
Tommen y yo fuimos a correr por el bosque hasta llegar al límite del territorio. Era tarde y estábamos lejos de los demás.
Nos habíamos dormido en un tronco hueco en algún momento de la tarde, corrimos mucho y estábamos agotados. Para cuando despertamos, ya era de noche y estaba en completa penumbra.
Me había puesto nervioso porque sabía que Macy y Arja se preocuparían y no quería causarles problemas.
Lo oímos llegar y tuvimos el impulso de ocultarnos. Era obvio que nos encontraría de inmediato. Me puse muy nervioso cuando estuvo frente a nosotros, pero no hizo nada, nos abrazó a ambos y nos dijo lo preocupado que estaba por nosotros.
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Rey Lobo
Hombres LoboSer el alfa de una manada puede ser complicado, abrumador en algunos casos. Pero... ¿Y si eres el alfa de todas las manadas? ¿Y si naces con una corona sobre tu cabeza? Una antigua rivalidad se verá obligada a desaparecer para combatir el mal que am...