XX. Llamado de ayuda / Indeseados

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Seguimos nuestro camino a pie. Como humanos.

Por más que lo intentara, no podía creer que debíamos parecer humanos normales.

En cierta forma lo parecíamos, éramos humanos ante los ojos de cualquiera. Salvo por ciertos comportamientos lobunos que para nosotros se consideraba normal en nuestro hogar. Comportamiento de manada.

—¿Siempre tienen que tocarse? —preguntó Ziggy.

—Comportamiento de lobo —respondió Tommen —. Saber que estamos cerca no suele ser suficiente para nosotros. Por eso solemos tocarnos brevemente cada tanto.

—Prácticamente sentirse cerca.

—Exacto.

—Escuchen —todos me miraron —. Tenemos que mezclarnos con los humanos sin levantar sospechas.

—Los humanos son extraños. Quizás podríamos...

—No me refiero a que debamos ser iguales a ellos. Me refiero a que debemos ser...

—"Menos nosotros" —finalizó Tommen  haciendo comillas con los dedos —. Fingir ser humanos es fácil. Dejar de ser nosotros para no levantar sospechas de... "indeseados".

—¿Te refieres a...? —dijo Leo.

—Pasaron por aquí —dije poniendo atención a mi entorno. A mis sentidos.

—¿Quiénes?

—Omegas —se apresuró Leo en responder —. Son como nosotros, pero más peligrosos.

—Pero son lobos. Se supone que todos se llevan...

—No todas las manadas son aliadas de otras —respondí —. Los alfas suelen ser diplomáticos entre ellos y varias veces sí hay una buena relación entre ellos. Pero los demas lobos no suelen tener eso. Los omegas son lobos que no quisieron seguir a un superior y se perdieron en el camino.

—¿Y los traidores?

La miré en silencio por unos segundos antes de contestar.

—Los traidores siguen unidos a la manada y tienen lazos con el alfa. Pero no los obedecen y desconocen a los miembros de su propia manada.

—No lo entiendo.

—A los traidores no les importa ensuciarse las manos con la sangre de los que alguna vez fueron su familia —aclaró Tommen —. Solo piensan en ellos mismos y en lo que más les conviene.

—Ya veo. ¿Cómo saben si son traidores u omegas?

—No lo sabemos —siguió Tommen —. Solo podemos saber que son lobos. Lo demás se descubre cuando están frente a frente. O que...

—Chicos —interrumpí —. Están cerca.

Todos comenzamos a mirar a nuestro alrededor. Buscando algo fuera de lo normal, un aroma más intenso desde alguna dirección, un extraño que se acercara...

—Tenemos que...

Tú podrías liderarlos... Solo tienes que dejarme salir...

—¿Raiko? —Tommen me miró preocupado —. Hermano, ¿estás...?

Sería tan sencillo...

—No es nada —le hice un ademán para que no se acercara más —. No es nada. Solo estoy... estoy cansado.

Era obvio que Tommen no me creería. Era obvio que en algún momento me exigiría una explicación. La expresión en su rostro me lo decía todo.

—Vamos —indicó Tommen antes de retomar la caminata.

Rey LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora