Claus me hizo regresar con los demás mientras él seguía hablando con Riku sobre lo que debían decirle a Arja cuando llegaran a Sigfrid.
Por mi parte, no estaba muy satisfecho con eso. Quería respuestas. Quería hacerle tantas preguntas como pudiera a Inu. Saber más sobre a lo que nos enfrentábamos. A lo que yo me enfrentaba.
No me quedó de otra más que solo empezar a caminar hacia donde fuera que mi manada se había logrado alojar.
Mi mente divagó en todo el camino. Sentí el olor a humo, comida, animales, personas, sangre seca y pelaje.
—¿Por qué estás siguiéndome?
—Porque no respondiste a mi pregunta.
Claro que querría tanto como yo tener respuestas a sus preguntas.
Estábamos en medio del camino de decenas de personas que lo veían con cierta preocupación por su aspecto. Se había quitado el bozal y cambiado de ropa, pero el olor a sangre seca perduraba en su cuerpo.
—Tú lo tienes, ¿verdad? —me entregó un montón de papeles polvorientos y atados con una delgada cuerda. Cartas con el nombre de alguien que no reconocí —. Robé esto del despacho de mi alfa cuando nos atacaron.
—¿Quién los atacó?
—Responde a mis preguntas primero —parecía más lucido que minutos atrás —. Leí una de las cartas y decía algo de un Rey. Ser el favorito de la luna y que poseía algo importante que lo hacía llamarse como tal. ¿Eres tú?
Notó que no iba a responderle estando entre tantas personas. Entonces me sujetó del brazo y me llevó al primer callejón que vio en el camino.
—No nos escucharán aquí a menos que sean lobos.
—Sí —dije sin más —. Soy yo.
No esperaba la reacción que tuvo. Lejos de estar sorprendido, parecía aliviado. En sus labios se dibujó una sonrisa alegre y casi desquiciada.
—Eso significa que puedes ayudarme. Puedes evitar que ese tipo se apodere de mi mente, ¿verdad?
—No lo sé.
—Mi alfa murió hace años y no me he convertido en Omega porque Riku y Claus me han mantenido con los pies en la tierra. Pero sé que no duraré mucho más así. En algún momento, Riku no será suficiente para mi lobo, porque necesitamos un alfa y una manada.
—No tienes miedo por ti...
—Claro que no. Riku ha sido mi mundo desde que me quedé solo. Es mi compañero. Y un humano, lo que significa que si le hago daño, no va a recuperarse como nosotros, y eso no me lo voy a perdonar. No puedo correr ese riesgo
—Por eso te encadenaste y colocaste el bozal.
—No quería que los gruñidos pasaran a mordeduras ni nada de eso. Él se rehusó, pero...
—No creo que pueda ayudarte, la verdad.
Su expresión cambió de un momento a otro. De un hombre esperanzado de que su pesadilla terminara, pasó un hombre decepcionado.
—Lo siento.
—No lo entiendo. Se supones que eres ese Rey. Ese... regalo de la luna para ayudarnos a todos. Tienes que saber usar tu...
—Apenas estoy entendiendo qué es esto, Inu. Apenas estoy aprendiendo a vivir sabiendo que tengo esto en mi interior. Y...
—Tus ojos —parecía confundido —. Se volvieron rojos.
Comencé a oír los susurros desde mi interior. Mi lobo estaba inseguro, como si hubiera intentado imponerse ante la bestia sin éxito. Ahora estaba asustado. Y yo también.
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Rey Lobo
WerewolfSer el alfa de una manada puede ser complicado, abrumador en algunos casos. Pero... ¿Y si eres el alfa de todas las manadas? ¿Y si naces con una corona sobre tu cabeza? Una antigua rivalidad se verá obligada a desaparecer para combatir el mal que am...