XL: Dolor / Lo siento

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Comencé a recorrer el lugar en completo silencio mientras el fantasma de mi madre saltaba y danzaba a metros de mí.

No conocía ese lugar. Nunca lo había visto ni estado ahí.

Mi lobo se mantenía nervioso con cada paso que daba, y la bestia guardaba silencio. Estaba esperando.

Raiki...

Una voz amable y masculina llamó mi atención. La conocía.

Vamos hijo, puedes hacerlo. Tu alfa te guiará en todo momento.

-Dolía... -presioné mis hombros.

No tengas miedo, cachorro. Todo a su tiempo.

-Papá...

¡Hermano!

¡Hermanito!

Un par de nombres llenaron mi boca.

Mi lobo gimió dolorosamente.

-Isa. Kela.

Sentí a la bestia en mi interior.

Ábrelo. Ya no huyas más de esto y sé lo que los demás necesitan.

Me arrodillé entre una de las ruinas.

Cerré los ojos.

Y abrí el baúl...

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Apenas tenía seis años.

Había superado mi segunda luna llena junto a mi alfa. No recordaba nada de mi transformación, pero mi alfa dijo que era normal, que no debía preocuparme, que lo haría mejor la siguiente luna.

-Raiki.

-¡Papá! -salté a sus brazos en cuanto lo vi llegar -. Bien hecho, cachorro. Vamos a casa, mamá y tus hermanos nos esperan.

Siempre me llevaba en sus hombros, me decía lo que había para comer aunque debía fingir que no lo sabía, me decía lo que habían hecho mis hermanos y que debía ser un ejemplo para ellos.

Todo estaba bien.

Mamá me abrazaba cuando llegaba, nos sentabamos a comer y hablábamos de muchas cosas.

Todo era maravilloso y perfecto.

Y dos días después...

-Papá...

Me había despertados en medio de la noche. Creí que había sido una pesadilla.

-¿Raiko?

La expresión de espanto de mis padres.

-Hijo, ¿qué...? -mi madre titubeó al acercarse a mí -. Tus ojos... -volteó a ver a mi padre -¿Qué tienen sus ojos?

Mi padre salió de casa y regresó con el alfa minutos después.

-No lo entiendo, alfa. Se suponía que...

-Renunció al "regalo" hace un tiempo, lo lamento.

-¿Qué quiere decir?

-El regalo encontró un nuevo dueño...

Todos me miraron en silencio. No sabía que era eso del "regalo", pero podía notar algo diferente en mí. Algo había despertado.

Rey LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora