Alan

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(Narra Alan)

Me molestó tanto que Ann se comportará así, había pagado mucho dinero para tenerla a mi lado y a ella solo le importaba irse, ya había perdido a muchas personas, llevaba mucho tiempo solo, que cuando ví el hermoso rostro de esa chica en la subasta no pude imaginar a nadie más bello, no compraba en esas subasta desde aquel terrible accidente pero tenía unos ojos preciosos y parecía alguien especial que me hizo desearla tanto.

La irá me inundó cuando me restregó en la cara que la había comprado, acaso me consideraba tan maldito o tan despreciable, yo que me habla esforzado porque ella se quedará conmigo, en esa subasta había tipos peores que yo, entré ellos: hombres sádicos, golpeadores, fetichistas y hasta dueños de casas de cita(prostíbulos).

Me dirigí a mi despacho, debía de terminar de arreglar los embarques que iban a  México y Estados Unidos eran importantes  y me harían ganar mucho dinero, cuando llegue al despacho me encontré con tres  llamadas perdidas de Eduardo, que pasaría porque me llamaba ahora, solo tenía contacto con el cuando era para hablar de negocios.

(Llamada)

Alan: Hola, que pasa, necesitas algo, si te llegó la mercancía?

Eduardo: Si llego bien, de la mejor calidad como solo tu sabes fabricarla pero mejor dime qué tal te va con tu nueva adquisición, cuando vas a  prestarmela, se veía deliciosa.

Alan:. no creo que eso sea posible, aún no le he estrenado, además tú  no compraste un par de chicas, deberías de disfrutar con ellas y te recuerdo que tú accediste  a vendermela.

Eduardo:. si pero no aguantaron mi ritmo, eran débiles,una murió a causa de una hemorragia y la otra se suicido, mis juguetes fueron demasiado para ellas, además tú dijiste que podrías prestarmela cuando la tomarás.

Alan:  se lo que dije pero no estoy seguro de que eso suceda, tú  la vas a estropear, me voy a divertir con ella por un rato, tal vez considere dártela cuando consiga algo mejor ("Estaba loco si pensaba que le prestaría a Ann, tal vez yo era un maldito por tomarla a la fuerza pero Eduardo era peor, las chicas que caían en sus redes sufrían mucho o terminaban muertas")

Eduardo: somos como hermanos, no seas tan malo conmigo, pero si eso es lo que quieres, esperaré por ella. Nos vemos, contraté a una chica para que me dé un masaje, sabes que no me gusta hacerlas esperar, además compré un nuevo juguete que quiero probar.

(Fin de la llamada)

Cuando colgó me di cuenta lo nervioso que estaba, Eduardo era como mi hermano pero siempre era tan peligrosos para las mujeres, así que cuando me gano a Ann en la subasta no me importo ofrecer lo que fuera para poderla  recuperar, la chica que me cautivo no merecía un final tan infeliz.

Sali del despacho en dirección de la terraza, había terminado de verificar mis encargos y el viaje a la parte norte de Rusia fue genial, había comprado una casa, todo habíamos comprado propiedades cerca de cada zona, era por el gran afecto que nos teníamos, debíamos tener un lugar a donde llegar cuando nos visitarlos, además  me había arreglado con Maximo con el tema del nuevo embarque de armas para mis muchachos, el también me preguntó por Ann, me dijo que si que tal me había parecido, que si  su cuerpo eran tan delicioso como parecía, le dije que no la había visto desde la subasta pero que cuando llegara la tomaría, el también parecía interesarse  por ella y eso me molestaba, ella era mía.

Durante mi viaje me encontré a Omar, había ido a ver a Máximo también, según supe le ayudaría a destruir a un viejo enemigo que tenía en Italia, las bombas eran su especialidad, el también ofreció comprarme a   a Ann pero yo me negué.

"Ann que es lo que le haces a los hombres que pierden la cabeza cuando te ven, que veo en ti que me hace desearte tanto, solo esperaba que mis amigos, casi hermanos no hubieran puesto sus ojos en ti'

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(Narra Ann)

Me fui al jardín molesta, el actuaba como un macho herido cuando la víctima era yo, su actitud solo me molestaba, el día estaba hermoso, esta época del año no era tan fría, tome varias mantas, una taza de café  y me senté en el jardín, necesitaba despejar mi mente,  el frío Jefe no me dejaría ir y debía acostumbrarme a esta vida, odiaba el hecho de no volver a México, pero por más que deseaba no podía odiarlo a el, era como si algo me dijera que el no era tan malo.

Recordé a Once, sería verdad que lo habían liberado o solo era una mentira, tenía una esposa y eso me hizo lamentarme, yo que quería escapar con el y el tenía una persona a su lado, porque jugo con mis esperanzas, acaso solo era una diversión para el, eso nunca lo sabría, no conocía su verdadero nombre y el jefe lo había despedido, estaba sola en esta inmensa propiedad.

Sentí una mirada posada en mi, voltee la vista y pude ver a Alan, estaba en la terraza frente al jardín, lucía tan bello que ni siquiera me pasaba por la mente mi situación.

"Dios mío porque me sentía así, el era un demonio con cara de ángel, que me confundía, era atraída por mi comprador"

Vendida a la Mafia Rusa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora