Aguas Termales

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Cuando terminamos de comer, recogi las cosas que había ensuciado y comencé a lavarlos, inconscientemente le di la espalda a Alan, mientras los lavaba, unas manos envolvieron mi cintura, sentí unos labios besar mi cuello, levanté la mirada y me encontré con sus bellos ojos.

Alan: es hora de ir a tomar un baño

Ann: bien por qué no te adelantas y te bañas primero, voy enseguida.

Alan: parece que no me entiendes, me refiero a que tú tomarás el baño conmigo.

Me sonroje demasiado, nunca antes me había bañado con alguien.

Ann: ammm me da vergüenza báñate tu primero.

Alan: no juegues conmigo, que te da vergüenza ya ví todo tu cuerpo desnudo en más de una  ocasión, no hay nada que no haya visto.

Me sonroje, el tenía razón, me había visto  desnuda, tomo mi mano y nos dirigimos a la sala, por los ventanales pude ver qué la noche había caído, el vuelo fue muy tardado, seguí caminando a su lado y cuando me di cuenta nos encontrábamos en la puerta trasera de la casa.

Alan se acercó a un pequeño muebles cerca de la salida, saco un par de batas, tenían diseños típicos de Japón, me tendió la roja y el se quedó con la Negra sin diseño, saco dos pares de pantuflas  y me dió uno.

Acto seguido abrió la puerta, empezamos a caminar por el pasillo, parecía hermosa la vista y nos detuvimos en un hermoso lugar.

Había una especie de lago artificial, pero a pesar del viento fresco de la noche, se sentía el vapor calientito.

Alan: Japón es reconocido por sus baños de aguas termales.

Ann: si lo sabía pero nunca había visto uno.

Alan: Este es uno, compré esta casa porque se encontraba escondida en el bosque, no me hay gente cerca y me cautivo el lago artificial.

Ann: y planeas que nos metamos juntos ahí.

Alan: claro que sí, a caso te da miedo.

Ann: no, solo me sorprendió.

Alan acomodo su bata y pantuflas en el suelo de madera, empezó a desvestirse, se quitó el saco y la playera, después el pantalón,los zapatos y la ropa interior, me sonroje, como ese hombre no le daba vergüenza desnudarse así frente a mi, una punzada de deseo agitó mi parte baja, no dije nada  y ví como  entraba en el agua, se acomo junto a la orilla y me miro.

Alan: que pasa cariño, tienes miedo al agua o me temes a mi.

Me sonroje de inmediato, una alegría inmensa me invadió cuando de sus labios salió la palabra cariño, me hacía sentir tan feliz.

Comencé a desnudarme, quite mi short y la blusa, después los zapatos y al final la ropa interior, Alan  me miro espectante, tenía una sonrisa ladina, había conseguido lo que quería, que me desnudara voluntariamente frente a el, baje los escalones y empecé a adentrarme en el agua.

Cuando estube adentro sentí como la calidez del agua me invadió, era una delicia, todo el cansancio parecía haberse esfumado, voltee en dirección de Alan estaba recargado en unas rocas, tenía los ojos cerrados y la respiración pausada, parecía que le había caído de maravilla las aguas termales.

Avance a su lado, no era muy ondo y e cuando estuve frente a el con mis piernas me enrede en su cadera y mis manos enrede alrededor de su cuello, el abrió los ojos sorprendido, estaba algo confundido, el no esperaba que yo tomara la iniciativa, yo tampoco imaginé hacer algo así, pero mi cuerpo parecía moverse solo, era como si deseara que me tomara hay mismo.

Alan: pensé que no cederias a mis deseos, pero veo que soy yo el que debe ceder a los tuyos.

Dicho esto me besó con intensidad, me atrajo más a él y pude sentir mis pechos rozando su pecho, mientras me besaba sentí como su miembro se elevaba, pegaba de frente contra mi vientre y el deseo me envolvió.

Ann: tómame por favor,apaga el deseo que me está quemando por dentro.

Alan no dijo nada pero se acomodo en mi entrada y de una estocada me penetró, un calor delicioso invadió mis paredes, estaba tan apretado que con un pequeño movimiento un gemido inconsciente salió de mis labios, el sonrió y empezó a dar pequeñas mordidas en mi cuello mientras con sus manos tocaba mi espalda.

Comenzó un vaivén fuerte y duro, se movía con rapidez y los gemidos inundaron el lugar, gracias al cielo nos encontramos solos o cualquiera que estuvieras cerca escucharía mis gemidos de placer.

Que me había hecho el Jefe de la Mafia para ser yo la que corriera deseosa a sus brazos, el había sido el primero en tenerme, pero en mi mente sería el único, me retorcía de felicidad al encontrarme bajo el,  cada embestida era fuerte, dura y deliciosa, me volvía loca con solo un movimiento.

Una energía electrizante nos invadió, recorrió mi cuerpo tan rápido y mientras lo seguía abrazada de el juntos disfrutábamos de un orgasmo fantástico, estábamos abrazados y respiramos con dificultad, me atrajo a el  y de sus labios  salieron unas palabras que jamás imaginé escuchar.

Alan: Nunca me dejes, me volvería loco sin ti

Lo mire sorprendida  e inconscientemente respondí.

Ann: no lo haré.

Porque había dicho eso, que me pasaba, yo deseaba volver a casa o no?

Que había cambiado porque dentro de mi, dejaba con todo el  quedarme con el, tenía pocos días de conocerlo, el me había comprado, estaba en un país diferente pero no podía culparlo de todo, el. o me había secuestrado y vendido. El me había comprado de alguien más que me gano en la subasta, mi mente empezaba a creer que en vez de estar condenada a la desgracia como pensé en aquel horrible almacén, me había encontrado a un ángel salvador.

Me gustaba Alan, el demonio con cara de ángel, el que había tomado  a la fuerza  o no mi virginidad, pero mi corazón me decía que no era tan malo y que aunque yo no quisiera el se estaba empezando a adueñar de el.

"Dios mío que me pasa, acaso el Jefe de la Mafia también era ladrón, porque empezaba a robarse mi corazón"

Vendida a la Mafia Rusa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora