Junta y separados

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Al amanecer desperté con Ann en mis brazos, me alegre mucho de verla, le envié un mensaje a Uno para que le trajera ropa, debía estar preparada para ir a pasear, sabía que mis amigos venían en camino, habían volado de noche para no levantar sospechas y si mis cálculos eran correctos en menos de dos horas se encontrarían los tres tocando a mi puerta.

Ann abrió sus bellos ojos y me miró, me dirigió una hermosa sonrisa y se levantó, sobre mi playera se puso la bata y me dijo algo antes de salir de la habitación.

Ann: estaré haciendo el desayuno, cuendo estés listo bajas "Cariño"

Asentí con sorpresa, mi cara se sonrojo, a caso estaba soñando, me había llamado "Cariño" y no había ni una pizca de sarcasmo en su voz, eso reconfortó mi corazón, al menos parecía que mis sentimientos eran compartidos, a ella le importaba.

Después de un rato me levanté y fui al baño, cuando regrese me senté en la cama, tomé mi teléfono y tenía dos mensajes.

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(Maximo)
Llegaremos en tres horas, espero que estés preparado, hemos trazado planes de guerra.
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(Uno)
Jefe, me encargue con anticipación anoche de la ropa de la señorita, las bolsas están el la sala de estar, además conseguí los empleados que me pidió, llegarán en una hora.
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Deje el celular y baje a buscar a Ann, cuando entre a la cocina un olor delicioso inundó mis fosas nasales, estaba preparando panqueques y café, la ví estaba de espaldas, tenía su cabello amarrado en un chongo mal hecho y tarareaba una canción, me detuve en silencio a verla, como preparaba los panqueques y su postura, se veía tan hermosa, que inconscientemente me acerque a ella y la abrace por detrás pasando mis manos por su cintura y besando su cuello.

De sus labios salió una pequeña risita, volteo a verme y me besó de manera tierna, dulce y sentí como mariposas revoloteando en mi estómago, esta chica me había robado el corazón.

Termino de preparar el desayuno y sirvió dos platos y un par de tazas de café, nos sentamos en la barra y empezamos a desyunar en silencio, probé los panqueques y me parecieron muy deliciosos, ella me observo en todo momento y yo solo sonríe en forma de aprobación.

Después de un rato salimos a la sala, le mostré a Ann las cosas que compraron para ella, tomo la ropa interior negra, unos jeans y una playera de manga larga.

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(Narra Ann)
Me gustó mucho las cosas que Alan escogió para mí, le di un beso en los labios y subí a la habitación, me quite la bata y la playera, me puse la ropa interior negra y me vestí con lo demás, arregle mi cabello y baje gustosa, me encontré a Alan sentado en la sala, seguía en bata y me miro sonriente.

Alan: te vez preciosa, ven siéntate conmigo.

Ann: Porque sigues vestido así, creí que subirás a vestirte.

Alan: bien pequeña vamos.

Subí con el a la habitación, se desnudo frente a mi y el deseo invadió mi mirada, disfrutaba su bello cuerpo, empezó a vestirse con un pantalón negro y una playera blanca, sobre ella un suéter rojo, se veía tan bello, me volteo a ver y las mariposas en mi estómago revolotearon, aunque en mi mente lo negara me había enamorado del Jefe de la Mafia.

Alan: Cariño, hoy podrás pasear por las calles de Tokio, yo te alcanzaré más tarde, tengo algo que hacer, pero mis guardias irán contigo.

Ann: pero me hubiera gustado que tú fueras conmigo, deseaba que disfrutamos el tiempo juntos.

Alan: cariño solo será por hoy, te daré un regalo como recompensa, será lo que tú quieras menos irte lejos de mi.

Ann: bueno, pero no podrás negarte a ninguna de mis peticiones.

El asintió y me besó, era como tocar el cielo, cada beso me hacía darme cuenta cuanto lo amaba.

Alan: una última cosa, es algo importante, te daré una tarjeta, es por seguridad, donde sea que la muestres, te será entregado lo que tú quieras, pero aún más importante, si llegas a perderte solo muestrala, ellos te llevarán a mi, solo diles que eres la mujer del Jefe de la Mafia

La mire tenía cuatro dibujos, tenía un Lobo, un águila, un oso y un especie león, no entendía claramente que significaba pero asentí.

Ann:. bien, cariño lo entendí, así que soy la mujer del jefe de la mafia- le dije seductoramente.

Alan: no hagas eso o harás que te haga mis en este momento, anda ve y yo te veré más tarde.

Asentí y lo bese, salí de la habitación y de la casa, me encontré con dos guardias, me hablaron mientras abrían la puerta.

G: Jefa, somos 4 y 6, sus guardias, la protegeremos con nuestra vida, adelante.

Solo sonreí, me sorprendió que me llamarán Jefa, ellos me veían como la mujer de Alan y eso me alegraba enormemente, me hacían sentir más como su mujer.

El auto siguió su camino, después de un rato llegamos al centro de Tokio, era precioso

Baje del auto, 4 y 6 me siguieron, nunca había estado en un lugar así y menos cuidada por alguien, nos adentramos a un centro comercial, debía de comprar las cosas necesarias para cocinarle a mi chico, sonaba tan bien, mío, era mío.

Entramos al súper, Cuatro tomo un carrito y Seis camino a mi lado, nos dirigimos al área de bebidas, tome varias cocas, era mi bebida favorita en México y así seguimos hasta que el carrito se llenó, estaba tan feliz podría consentir a Alan con comida deliciosa.

Salimos y avanzamos por el pasillo, cuatro y Seis me seguían cargando todo, me detuve en seco frente de una tienda departamental habka unos hermosos suéteres de pareja, instintivamente entre y los compré, salí con ellos gustosa, espero le gustarán a Alan.

Nos regresamos al auto y guarde las cosas en el maletero, estaba feliz, cuatro y seis me miraron y hablaron.

Cuatro: Jefa, la llevaremos a conocer, el hermoso templo Sensoji.
Asentí y un mal presentimiento me invadió, no le hice mucho caso y seguímos nuestro camino.

"Todo va bien por ahora, Ann acepto su amor por Alan "

Vendida a la Mafia Rusa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora