El odio Crece

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(Narra Eduardo)

Eduardo: la tomé, fue aún más placentero que con Miriam, lastima que tú protegida estaba inconsciente, me hubiera encantado verla sufrir y pedir ayuda como a Mirian.

Mi ego crecía al ver la cara de Alan, me sentía superior, una sonrisa de cinismo me invadió, habia arruinado su mujer y el era en parte miserable.

Ese maldito se levantó , me derribo y empezo a golpearme, era fuerte, ya lo sabía pero no dejaría que está vez tuviera la de ganar, saque la navaja que tome del escritorio, la guarde en mi muñeca, cuendo tuve el paso libre le di un corte al costado, el idiota por fin, cayó al suelo, no podría quedarme aquí, si el moría junto a mi, Omar y Máximo no me lo perdonaría, lo apreciaban mucho más a él, pero esperaba que se muriera desangrando, así me quedaría con su mujer y por derecho ruso su negocio pasaría a mi poder, empecé a caminar en dirección de la puerta.

Iba a salir por la puerta del pasillo, cuando un dolor horrible me invadió, caí al suelo de golpe, era una punzada insoportable, mire mi hombre, vi que estaba llena de sangre, me sentía mareado y no podía levantarme.

Unos pasos se escucharon tras de mi, era ese maldito, venía a matarme y el miedo me invadió, pero escuché el sonido del arma golpear al suelo, se arrepintió ese tonto o que, yo en su lugar había disparado, porque mi venganza será peor.

Pude ver a sus guardias correr, el maldito no podía más, por eso no me mató y mientras veía como se lo llevaban, empecé a perder la conciencia.

_._._

Desperté, no sabía cuánto había pasado, pero me sentía muy mal, mi hombro me dolía y la cabeza me estallaba, empecé a mirar mi alrededor, era un pequeño cuarto pintado de blanco, a mi lado había una máquina que media el pulso.

Estaba en un maldito y frío hospital, estaba solo ni siquiera mis malditos guardias estaban, pero mi cara se llamaba de alegría imaginando que el Idiota de Alan murió.

El sonido de la puerta  me devolvió la realidad y mire en esa dirección, entro una joven muy linda, llevaba un bata y me miró.

Doctora: Veo que está mejor, al menos ya despertó, soy la doctora June, yo lo atendí, me encargue de quitarle la bala que traspaso su hombro, perdió mucha sangre y por poco la bala cortaba una vena importante, debe estar en observación, ya que la bala provocó qué se le infectara, me sorprendió la rapidez, parece ser que el plomo lo causo.

Sonreí, pero en mi mente esa bella doctora me satisfacería mucho, ella aún no lo sabia pero probaría mis juguetes especiales.

Eduardo: muchas gracias doctora, me siento muy cansado y débil, quiero volver a mi tierra para recuperme.

Doctora: Eso es posible pero necesitará atención médica constante, debe tener un doctor quien lo atenienda haya.

Tome mi celular y le mandé un mensaje a B, el era mi jefe de seguridad, solo esperaba que cumplirá mis órdenes al pie de la letra.

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(Jefe)

B, encárgate de preparar mi avión privado, lleva a la sirvienta contigo y manda a mis guardias por mi, a los mejores, deben de sacarme de este maldito hospital, llevaremos a una doctora con nosotros, diles que vengan preparados, ella no irá por su propio pie, nos vemos en 20 minutos.

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La doctora June  estuvo un rato revisandome, se veía tan sensual con ese vestido negro bajo la bata, de pronto mis guardias entraron, un tomo a la doctora y le puso un paño en la nariz, pronto perdió el conocimiento, F, la cargo, mientras a mi me cambiaron a una silla de ruedas, me sentía mal, pero no podía pasar otro segundo en este maldito hospital.

Salimos por la salida de emergencia del hospital, gracias al dinero fuimos invisibles, nos subimos a un auto negro que rápidamente nos llevó a la pista oculta, hay tomé mi avión privado, debía volver a Rusia a recuperarme  en mi hogar donde estaba seguro y a planear mi venganza asia Alan, el había logrado que mi odio crecieran y su tenía la oportunidad lo destruiría.

Fui llevado a la habitación del avión, me acomodaron en la cama y a la doctora juntos a mí, no podía hacer mucho movimiento por lo que le pedí a F que le quitará la horrible bata y el vestido.

Cuando salió me quedé solo con la doctora, estaba deliciosa inconsciente y semidesnuda, siempre obtenía lo que quería y ella no era la excepción, solo había una cosa que me hacía desearla más, que Alan le importará, por eso me interesó Mariam y por eso esa obsesión por Ann.

Termine de desnudar a la doctora, segura un poco débil, pero mi deseo era mayor, no me importaba, me acomode frente al cuerpo de la doctora y en mi mente apareció Ann, segado por la lujuria la penetre, era delicioso pero no como Ann, ella me hacía enloquece y June no solo me apagaba las ganas.

Cerré los ojos y empecé un vaivén salvaje, duro y peligroso, no me importaba dañarla, en mi mente imaginaba que a quien montaba era a la mujer de Alan, la bese, mordiendo sus labios, di pequeñas mordidas en sus pechos y seguí embisgiendola, era mi remplazo temporal de Ann.

Cuando estuve satisfecho, salí de ella y abrí mis ojos, la observé, el labio le sangraba, había chupetones en sus pechos y  había poca sangre en la cama, la doctora no era virgen, pero la lastimé, la había tomado brutalmente, estaba cegando pensando en Ann y planeando como tenerla en mi cama nuevamente.

Me voltee y  acomode en mi lado, dejando el cuerpo inconsciente olvidado, me serviría más cuando despertara.

Cerré los ojos y descanse, en mi sueños apareció Ann, no podía dejar de imaginar que la hacia mía, estaba más que obsesionado con ella y sería mia solo mía.

No sé cuánto tiempo paso cuando un sollozo  me despertó, abrí los ojos y me encontré con que la doctora había despertado, estaba en una esquina del especie de habitación, seguía desnuda pero se cubria con las piernas y lloraba, estaba sufriendo al despertar y darse cuenta que la viole.

Una sonrisa cínica apareció en mi rostro  y le dije.

Eduardo: cállate, fue algo delicioso y placentero, yo tomo todo lo que quiero cuando quiero.

June: por..por.. porque me hiciste esto(dijo llorando)

Eduardo: yo hago lo que quiero, no me importa nada ni nadie.

El siguiente será su Alan espera lo peor, tú preciosa protegida será mía, pero por ahora me conformaré con esto.

Me levanté y como pude arratre a June de nuevo a la cama, me acomode y empecé a violarla de nuevo, ella lloraba y me pedía que parara pero eso solo lograba que mi deseo aumentará.

Pronto llegaríamos a Rusia y era hora de disfrutar.

"Lo que le pasó a Eduardo, es un maldito miserable, pobre Doctora June, termino en sus sucias garras solo por salvarlo y ese miserable está ideando un plan para vengarse de Alan y tomar a Ann'

Vendida a la Mafia Rusa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora