Entrada la noche, me acerque a la cama, ella estaba dormida o eso parecía, cada minuto que pasaba inconsciente me preocupaba, temía no volver a ver sus bellos ojos, ni sentir sus deliciosos labios y menos poder escuchar su hermosa risa, me sentía desolado, verla a si me lastimaba el alma y el corazón.
Me senté junto a ella y la acune en mis brazos, sentí como se movió y me observo, porfin había despertado, tal vez la droga había perdido su fuerza, su mirada parecía cansada y triste, estaba confundida, pero cuando me reconoció se lanzó literalmente a mis brazos, se veía asustada.
Alan: pequeña no te preocupes todo está bien, mientras estés conmigo yo te protegeré.
Ann: no recuerdo que paso, en mi mente aparecen imágenes borrosas, había un hombre de traje pero no puedo recordar su casa, solo su voz.
Alan: pequeña te encontraron en la calle desmayada.
Ann: no es así, veo imágenes de mi en un auto, me dirigía a algún lado, pero todo está borroso.
Me preocupe demasiado, con quién se subió, a dónde iba y porque parecía tan asustada, tan triste, que le había pasado a mi pequeña para que actuará así.
Quien sería el hombre que vio, acaso era Eduardo y si lo era, porque mintió diciendo que la había encontrado inconsciente en la calle.
Todo me tenía pensativo, mientras estuvo desaparecida algo paso, su mirada se veía triste y yo me encargaría de averiguar qué fue y si Eduardo era el culpable, está vez lo mataría con mi propias manos.
La solté con cuidado, iba a traer algo para que cenará, pero su mano me detuvo y con un poco de miedo en su voz me dijo.
Ann: por favor no te vallas, no me dejes sola, me siento extraña, siento como que algo malo me va a pasar.
Alan: pequeña voy a traer algo para que cenes, has dormido toda la tarde y no has probado bocado.
Ann: No tengo hambre, mejor abrázame fuerte y no le sueltes.
Yo asentí, me acomode a su lado y la acune en mis brazos, con la palma de mi mano acariciaba su cabeza, a pesar de estar inconsciente duránte horas , seguía estando cansada y mientras seguía acariciándola, escuché como se quedo dormida.
Mis preocupaciones y pensamientos no me dejaban dormir, así que mientras Ann dormía yo velaba su sueño, preguntándome porque parecía tan asustada.
Después de un rato, mi pequeña empezó a sollozar, seguía dormida pero lágrimas llenaron su cara, que era lo que le había pasado, algo no estaba bien, la abrace protectoramente y de su boca salieron unas palabras que me dejaron en shock.
Ann: déjame, no te me acerques, odio sentir tu olor horrible sobre mi cara.
A quien se refería, que le habían hecho a mi pequeña. La moví poquito, hasta que despertó, me miro y aún con lágrimas me abrazo fuertemente.
Ann: por favor no dejes que me hagan daño.
Alan:. pequeña daría mi vida para protegerte, que es lo que viste en tu sueño que te afectó de esa manera.
Ann: estaba frente a una casa siniestra, que me causó miedo, era arrastrada a su interior, había un hombre parado frente a mi, era alto y tenía ojos grises, pero no puedo recordar su cara por completo, está borrosa, pero se veía tan siniestro, era como ver el diablo en persona, me cargo y me aventó a una cama, sin piedad me desnudo y empezó a tocarme, yo lloraba pidiendo que parará que no me tocará, que el único para mí eras tú, pero no sé detuvo, siguió tocandome, su olor era horrible una mezcla de whisky y tabaco.
Alan: tranquila cariño, eso solo fue un mal sueño yo jamás permitiría que nadie te hiciera daño.
Ann: pero no es la primera vez que lo sueño, mientras estaba inconsciente lo veía en mi sueño, cada vez me violaba y parecía tan real, hasta podía sentir el dolor en mi parte baja, pero me encontraba inconsciente, tal vez fue causa de lo que comí, me causó alucinación pero mi mente siente como si todo fuera real.
Alan: No te preocupes cariño mío, no es real, yo te cuidare siempre (dije pero sintieron como que mentía, su miedo me hacía sentir que fue real)
La desconfianza y la irá me inundó, porque si Ann no vio a Eduardo, el mounstro de sus sueños, sonaba tan parecido, ambos tenían los ojos grises, ambos compartían el olor a whisky y tabaco, algo no cuadraba y yo me encargaría de esclarecer la verdad, lo haría por mi amada Ann.
La noche paso con lentitud, mi pequeña en momentos sollozaba un poco pero cuando la rodeaba con mis brazos, parecía que se tranquilizaba, ahora estaba seguro, de que la historia de Eduardo no cuadraba, acaso le hizo algo a Ann, era tan peligrosos y tenía una mente tan perversa que cualquier cosa se podía esperar de el .
Tome mi teléfono y le envié un mensaje a Uno.
(Jefe)
Uno, quiero que revises las cámaras de seguridad de las calles cercanas al templo Sensoji y que hagas una investigación de que paso con Ann mientras estuvo desaparecida, cualquier cosa por mínima que sea averígualo y quiero que localices al hombre que llamo a los guardias del Oso negro._______________
(Uno)
Jefe, me encargaré de eso, al momento, mañana por la mañana tendrá el reporte en su teléfono, cualquiera que haya dañado a al señora pagara por ello.
______________Solté el teléfono, me acomode junto a mi pequeña, la abrace y desee regresar el tiempo, había tomado una elección equivocada, si hubiera sabido que terminaría así, hubiera preferido mantenerla encerrada en la habitación mientras ellos se iban, tal vez la habria protegido mejor, pero ciegamente creí que alejarla de ellos era lo mejor y la había dañado, sentía que era mi culpa que estuviera prácticamente triste, pero era una tristeza que me preocupaba, algo que yo ignoraba la hacía sufrir.
Pero no descansaría hasta regresarle su sonrisa, esa hermosa sonrisa que me iluminaba el día, el corazón y hasta la vida
"Pobre de Ann, pobre de nuestro Jefe precioso, Eduardo les había causado dolor y eso que ninguno de los dos sabía la fechoría que cometió, pero como dicen todo en esta vida se paga y al Oso negro le tocará pagarla, "
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Vendida a la Mafia Rusa
ActionFui vendida a los Jefes de la Mafia Rusa, me tocaron, me violaron, hasta que uno me robó el corazón, como diablos me he enamorado de mi violador...