Mi Mejor Problema (AD #3) ✓

32.- Madre

Logan

Una semana después...

Mis ojos se abren antes de que siquiera logre despertar. 

El sonido de la bala saliendo de aquella arma aún retumba mis oídos, al igual que el grito desgarrador de aquel monstruo. El rostro asesino de mi madre aún está presente cada vez que parpadeo, y yo sigo teniendo doce años por unos minutos más... sólo unos pocos segundos más estoy atrapado en este recuerdo que con el tiempo se ha convertido en una maldita pesadilla. 

O al menos sigo atrapado en esta niebla, hasta que siento su mano en mi pecho, acariciando mi piel suavemente y obligándome a volver a la realidad. A mi realidad junto a ella. 

—Logan... —murmura aún adormilada y acaricia mi pecho, mi corazón late demasiado rápido y ella lo nota. 

Respiro un par de veces antes de voltearme a su dirección y abrazarla, tratando de buscar consuelo; ella se abraza a mi cuello y yo oculto la cara en su pecho, sin importarme que no esté usando ropa porque sinceramente ahora estoy tan asustado que no puedo pensar en eso. Acaricia mi cabello, sus dedos abriéndose paso entre las hebras largas del mismo, tal vez necesito un corte pero no lo he hecho porque sé que a ella le gusta lo largo que está ahora. 

—Estás temblando mucho —dice y limpia las gotas de sudor de mi cara. 

También respiro muy rápido, siento como si el aire hubiera desaparecido de la habitación, pero tampoco tengo fuerzas para buscarlo, solo quiero tranquilizar a mi corazón, borrar los recuerdos de mi mente. 

Dove me da un beso en la frente y yo acaricio su espalda desnuda. Cierro mis ojos y después de varios minutos que se sienten como horas, he logrado calmarme, ahora puedo respirar con más tranquilidad y ella lo nota porque coloca sus manos en mis hombros gentilmente para alejarse solo lo suficiente para poder mirarme. Levanto mi rostro para observarla y me gustaría quitar esa mirada de sus ojos. Luce preocupada, triste y como si no supiera qué hacer en este momento... no quiero que tenga esa mirada en su rostro nunca más. Solo quiero verla feliz... 

—Estoy bien —digo, intentando tranquilizarla.

Sus ojos se llenan de lágrimas, lo puedo ver por la tenue luz que se filtra por la ventana gracias a la luna.

—No lo estás, aun sigues temblando.

—Estaré bien... sólo fue una pesadilla.

Ella acaricia mi cabello y casi puedo ver como se devana los sesos pensando qué es lo que debería hacer y eso por alguna razón no me gusta, me hace sentir como si no confiara lo suficientemente en mí, como si debería tener cuidado conmigo en hacer cualquier movimiento. No quiero que lo piense, quiero que lo haga. Quiero que sea ella misma conmigo, pero sé que lo nuestro es algo nuevo y que aún tiene precente las paredes a su alrededor que yo mismo construí cuando le hice creer que la odiaba. 

Estiro mi rostro y beso su mandíbula, ella suspira y veo como limpia sus lágrimas disimuladamente con sus manos. 

Beso su mejilla, sobre una lágrima. 

—Lo que quieras decirme, solo dilo.

Ella asiente y respira hondo. 

—¿Quieres contarme sobre tus sueños?

—Eso sonó tierno.

—Sabes a lo que me refiero.

Lo sé, joder, por supuesto que lo sé, pero eso no hace que sea más fácil afrontar ese trauma. 

Trago saliva y vuelvo a ocultarme en su pecho. 

—¿Me odiarías si te digo que aun no estoy listo para decirlo? —pregunto con voz ahogada.