Mi Mejor Problema (AD #3) ✓

45.- Sin Gracia

(Capítulo +18)

Logan

Escucho tres golpes en la puerta e indico que pasen sin siquiera levantar mis ojos de los papeles en mi escritorio.

—Señor Jones —dice la voz molesta de Daphne—. La señorita Garden está aquí afuera.

—¿Y por qué no le haz hecho pasar? —levanto mi mirada y coloco mis codos sobre la mesa, apoyando mi cara en mis manos. Daphne se encoje al ver mi fría expresión—. Te he dicho claramente que, cada vez que ella venga, no le hagas perder el maldito tiempo.

Veo en sus ojos que por un minuto quiere refutar, pero no lo hace y yo apruebo eso. Una vez que refute, su maldito trasero estará fuera de aquí al segundo siguiente.

No me agrada, hay algo en ella…

Tal vez es porque tiene el nombre de la madre biológica de Leah, no lo sé.

—Sí, señor Jones —murmura, apretando la mandíbula y saliendo de la sala.

Una vez se ha ido, Dove aparece con una sonrisa, haciéndome olvidar mi molestia de inmediato. Me pongo de pie y voy casi corriendo hacia ella, tomando de su cintura y uniendo mis labios con los suyos. Ella emite un gemido cuando mi lengua invade su boca y la beso con todo el hambre que tengo. Hoy ha sido un día ocupado y estresante, y simplemente la he extrañado mucho.

Se ríe en mis labios cuando una de mis manos baja a su trasero y la otra sube hasta su pecho. Aprieto una de sus tetas y ella se ríe aun mas fuerte, separando los labios de los míos.

Abro mis ojos y la observo, mirándome con diversión.

—Hola —dice, con ojos brillantes y labios hinchados.

—Hola, amor.

—Estás de labial toda la cara.

—Tú también —analizo su rostro y, en efecto, tiene el labial corrido hasta su barbilla—. Estás hermosa hoy, por eso no me pude resistir.

Y no miento. Hace tiempo no la veo usando algo que no sea negro y, mierda, se ve bellísima. Está usando un vestido azul que combina perfectamente con sus ojos... y con la pared detrás de ella. Sus ojos tienen un poco de maquillaje, y sus labios son del color más apetecible de rojo. Está usando tacones, cosa que agradezco porque así no tengo que inclinar la cabeza hasta que sienta un tirón en el cuello, además, sus piernas lucen kilométricas con esos tacones y no puedo parar de imaginarlos clavados en mi trasero mientras empujo dentro de ella.

Dove se sonroja ante mi cumplido.

—Gracias. 

Tomo su mano con una sonrisa y la atraigo a mi pecho, abrazándola. Ella apoya su cabeza en mi hombro y me abraza de vuelta.

—Tu vestido combina con tus ojos —digo, balanceándonos lentamente de un lado al otro.

—Y con tu pared —dice y eso me hace sonreír—. ¿Quieres explicar por qué tu pared es del color de mis ojos?

—Nop.

—Vale —se ríe antes de separarse de mí y mirar hacia la pared—. Lo dejaré pasar por ahora.

Tomo su cintura y la atraigo más cerca a mí, ambos mirando hacia la pared azul frente a nosotros.

—Pienso colocar fotos aquí —digo—. De Leah, de ti… de nosotros en el futuro.

—¿El futuro? —su sonrisa se ensancha, incluso sus ojos se achinan y esa sonrisa calienta mi corazón—. ¿No crees que es muy temprano en nuestra relación como para hablar del futuro?