Mi Mejor Problema (AD #3) ✓

3.- Vestido rojo

Dove

Ver a Logan siempre me ha parecido algo fascinante. Desde la primera vez que lo vi, supe que era el chico más guapo que había visto jamás. Cada vez que lo veía, sentía mariposas en el estómago y mi corazón latía como un loco. Hoy no es la excepción.

Había dicho que lo había superado, que ya no me gustaba, que ya no estaba enamorada de él. Y yo lo creía. En verdad creí que ya... que ya no lo quería tanto.

Me equivoqué.

Y eso es lo que me tiene aquí, encerrada en la que Jessica asignó que es mi habitación. La habitación de invitados más grande de la casa. La cama tiene postes de madera en cada esquina, una colcha que probablemente cuesta más que todo mi salario, y almohadas perfectamente colocadas.

Joder, incluso hay una sala de estar en medio de mi habitación. Un sofá, un sillón de masajes y una mesa de centro de madera.

Y tengo mi propio baño privado, con una bañera grande y una ducha que lanza agua de todas partes. Ah, y un inodoro inteligente.

¿Quienes son estas personas? ¿Es en serio? Hay gente muriendo de hambre en los remolques fuera de la ciudad. Es solo... curioso todo esto.

Pensaba que la familia de mamá tenía dinero, por eso papá pensó que era bueno que yo me quede con ella, pero al parecer nadie en esta ciudad tiene tanto dinero como los Jones. En serio, la palabra mansión le queda corta a esta casa.

Me acuesto en la que será mi cama por los siguientes tres meses en los que estaré encerrada aquí. Miro hacia el techo... o hacia la tela de seda que se une en cada poste. Es como una cama de princesa y yo estaba tan acostumbrada a mi residencia que al parecer me había olvidado de los lujos que mi antigua vida me daba, y los lujos con los que mi mejor amiga creció.

A diferencia de lo que los demás creen, se podría decir que no tengo tanto dinero como la industria de la música suele prometer. Y no se debe a que no me vaya bien. Gané un Grammy a 'Mejor artista nuevo' a inicios de este año y mi álbum encabezó las listas de Billboard cuando lo lancé en noviembre del año pasado, con la empresa de Graham. Sin embargo, incumplí el contrato con mi antigua agente y con mi disquera anterior, al salirme por algo que yo consideré mejor. Por lo que debo pagar la cantidad de dinero que la disquera invirtió en mí.

Así que no tengo un estilo de vida ostentoso todavía. No estoy en bancarrota y puedo darme un par de lujos, pero mi antigua disquera cobra más de la mitad de lo que gano.

Tomó mi teléfono, ignorando los mensajes de Gabriel y empiezo a ojear aplicaciones al azar, hasta que ha pasado una hora y mi estómago anuncia que tiene hambre. No quiero salir. No quiero toparme con él, solo... solo quería unas vacaciones en las que puedo relajarme y reencontrarme a mí misma, pero al parecer he perdido ese derecho al descubrir que mis sentimientos por Logan no se han muerto ni un poco.

Me levanto de la cama e intento acomodar mi cabello. No es un desastre de rizos, no se parece al cabello de mi prima Sasha, pero si es más difícil peinarlo que el cabello de mis amigas.

Camino hacia la puerta, respiro algunas veces para armarme de valor y salgo de la habitación. Camino por el pasillo, mis pasos sonando en la madera que rechinar un poco. Al llegar a las escaleras con forma de caracol, siento a mi cuerpo congelarse porque ahí está Logan, a final de la escalera. No me nota, está hablando con su madre y sosteniendo a Leah en brazos. Bajo las escaleras despacio, para que no me boten y no puedo evitar oírlos.

—Mamá, si despierta por alguna pesadilla, le das su manita de My little ponny, ¿de acuerdo?

—Sé cómo cuidar a mi nieta, Logan. Va a estar bien.