50.- Champagne

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Dove

Creí haber estado preparada para el momento en el que Logan me llamara, pero ahora me doy cuenta lo equivocada que estaba.

Cuando miro la cantidad de llamadas perdidas en mi teléfono, simplemente siento como si un peso muerto se hubiera instalado en mi estómago. Por un momento me siento enferma, por otro creo que voy a llorar, y por otro... mi instinto de supervivencia me indica que debo alejar el teléfono de mí e ignorarlo por completo una vez más. Si ignoro que él ha llamado, tal vez el dolor disminuya o se haría mucho más llevadero.

Después de haber pasado la noche en vela, me acosté sin siquiera recordar encender el móvil, pero vi la hora en la que dejó su primer mensaje de voz y eran las cuatro y veinte de la madrugada, justo cuando me quedé dormida sobre el piano de mi antigua habitación.

Ha dejado ocho mensajes de voz... no me atrevo a escuchar ninguno, pero tampoco los borro del teléfono.

Al momento en que me desperté esta mañana, solo había dormido tres horas y era momento de empezar a alistarme. Me duché y vestí lo más rápido que pude porque tenía que conducir el auto de mamá durante una hora a Portland y ya estaba llegando tarde al hotel, donde mis estilistas me esperaban para la fiesta de hoy.

Sin embargo, una vez que dos personas empezaron a encargarse de mi cabello, una estilista del equipo me hacía la manicura, otra la pedicura, otras tres me realizaban el maquillaje y cinco se encargaban de mi vestido y accesorios, supe que necesitaba el móvil conmigo para no dormirme en el proceso, así que lo encendí.

Y algo raro pasó en mí; deseé no haberlo hecho.

Logan me llamó y es como si cada emoción dentro de mí cuerpo haya muerto en el instante en que vi su nombre en la pantalla de mi teléfono. Llamó doce veces después de dos semanas de silencio absoluto.

La llamada número trece está vibrando en mis manos, pero en lugar de contestar o llorar como esperaba, me quedo mirando el móvil hasta que la llamada se corta.

Vuelve a vibrar.

Y en contra de todo pronóstico, entro a la aplicación de teléfono, selecciono el número de Logan y hago clic en «bloquear».

Las llamadas cesan.

No sé cómo sentirme al respecto.

Jamás había sentido esta especie de... alivio en mi pecho al ignorar a Logan. Es un sentimiento nuevo, pero a la vez abrumador.

Es decir... mi corazón está hecho una mierda y no puedo evitar las lágrimas que se forman en mis ojos, pero que evito derramar a toda costa para no arruinar el maquillaje que tanto le ha costado al equipo de estilistas. Sin embargo y por primera vez desde ese día, la tristeza es opacada por el cabreo.

Al fin puedo identificar lo que siento al ver sus catorce llamadas perdidas y sus ocho mensajes de voz; yo... estoy cabreada.

Sí, he estado enojada desde el día que rompió mi corazón, pero no tanto como lo que siento justo ahora.

¿Quién demonios se cree para llamar catorce veces en un solo día, después de dos semanas de silencio y de haberme tratado como lo hizo?

¿Cómo se atreve a buscarme?

¿Acaso no se da cuenta lo mucho que lo odio desde ese día?

Porque no estoy sintiendo amor o emoción en este momento. Es puro odio con una mezcla de inseguridad lo que siento en el corazón, porque él me rompió tanto hace dos semanas... Me destruyó por completo, ¿Y ahora quiere hablar conmigo?

Que se joda.

Lo odio.

Lo odio tanto...

Mi Mejor Problema (AD #3) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora