20.- Juramento

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Logan

Sé que no debería ser así, pero abrazar a Dove se siente como el cielo para mí.

Me encanta como su cuerpo se siente contra el mío y encajamos perfectamente, me encanta la sensación que me da al momento de sostenerla entre mis manos.

Simplemente… es una sensación maravillosa.

Sus sollozos han parado, pero sé que sigue afectada por lo que sea que le haya pasado en esa visita a su familia y me siento tan impotente porque no sé qué hacer para que se sienta mejor.

No sé la historia completa, no sé qué tanto daño le ha hecho su familia, no sé por todas las cosas que ha pasado, pero sé que es algo malo, sé que se burlaban de ella y lo mal que la trataban, sé que sus hermanos eran unos hijos de puta y su mamá no hacía nada para defenderla. Y también sé que tal vez algo malo pasó allí, por la forma en que se ha roto, sé que no pudo haber salido algo bueno de esa visita.

Acaricio su cabello húmedo por la lluvia, tratando de darle consuelo y Dove junta más su cuerpo a mí. Pasan unos minutos más antes de que se separe lentamente de mí y limpie sus lágrimas. Separo el cabello mojado de su rostro con suavidad, de su frente  y ella sonríe en medio de su dolor.

—Gracias —murmura sin fuerza en su voz.

—No hay de que —digo y limpio la humedad de debajo de sus ojos. Sé que la estoy tocando mucho, pero no puedo evitarlo. Solo quiero que esté bien, que vuelva a sonreír—. ¿Quieres hablar sobre ello?

Ella niega con la cabeza.

—¿Y Leah? —pregunta y sonrío al ver la preocupación en sus ojos.

—Está dormida. No ha dejado de hablar sobre ti y tus dibujitos antes de caer rendida.

Dove al fin sonríe y siento alivio en mi corazón.

—Le encantan mis tatuajes.

—No es a la única.

—Logan…

Levanto mis manos en son de paz.

—No lo decía en otro sentido —me excuso—. Me gustan tus tatuajes, ya lo sabes. Y lo digo de una manera totalmente inocente.

Ella ríe y el alivio que estoy sintiendo es realmente alucinante.

—Si, claro.

—Siempre deberías hacer eso —digo, con una sonrisa.

Ella me mira, con confusión.

—¿Qué cosa?

—Sonreír de esa manera —me encojo de hombros—. Y reír.

Veo que sus mejillas se sonrojan y no es por el llanto.

—¿Me veo tan mal llorando? —intenta bromear.

—¿La verdad? Te ves terrible —bromeo y ella cae en lo que quería lograr, porque se vuelve a reír y es el sonido más hermoso del mundo.

—En serio eres tan… —me da un ligero golpe en el pecho.

Yo tomo su mano y la mantengo ahí, sus ojos brillan cuando me mira y yo intento evitar suspirar.

—Solo bromeo —digo, mirando a sus ojos directamente—. Te ves hermosa siempre. Pero te ves mucho mejor cuando sonríes.

Por un momento el tiempo se detiene, todo a nuestro alrededor desaparece y sólo quedamos nosotros. Quiero decir muchas cosas que no me permito decir, que tengo miedo de decir, cosas que las he negado durante años y que ahora quieren salir a la superficie.

Mi Mejor Problema (AD #3) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora