61.- Milagro

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Dos semanas después...

Dove

Los días han pasado, el tiempo ha corrido rápidamente lento, contradictorio e incoherente, pero así es como se han sentido estas últimas semanas desde que Logan salió del hospital psiquiátrico y está de vuelta cuidando a Leah.

Leah no ha despertado, cumplió dos meses desde su caída, pero no ha vuelto a sufrir de convulsiones y no ha tenido ningún otro paro cardíaco, lo que nos da esperanza de que algún día vuelva a despertar, a pesar de que la probabilidad de que tenga una vida normal es muy baja, lo único que queremos es tenerla con nosotros, sana y feliz.

Me niego a pensar que las probabilidades de que Leah no despierte son demasiado altas todavía, así que mantengo la esperanza y pido a Dios todas las noches que eso no sea verdad y que ella pueda despertar pronto. Soy creyente, lo que significa que creo en los milagros y Leah siempre ha sido un milagro tanto para Logan como para mí. Lo va a lograr, pongo toda mi fe a que ella despertará.

Suspiro y veo a través de la ventana de la cafetería. Estoy en mi hora de almuerzo después de la práctica, pero la verdad es que quisiera estar en el hospital con Leah y Logan. Aun no se lo he dicho a Logan, pero su mera presencia me tranquiliza y me hace sentir esperanzada de que todo saldrá bien. Quiero estar a su lado todo el tiempo y no se debe solo a lo mucho que lo siento por él, sino a que simplemente quiero estar cerca de él.

Él no lo puede saber, tengo miedo de que lo sepa algún día y que encuentre la forma de herirme otra vez, pero tampoco puedo evitar sentir la constante necesidad de sentirlo cerca.

Así que, solo me toca vivir con eso.

Las hojas del otoño caen de manera maravillosa ahí afuera, cubriendo de naranja brillante a las calles y los coches estacionados. El otoño ha empezado hace solo algunos días, atrasándose este año, pero estoy feliz porque así podré vivir mi época favorita del año en Oregon y no la veré solo en fotos desde California.

Pico mi comida hasta que Gabriel se aclara la garganta cuando se sienta frente a mí, llamando mi atención.

—Ya compré mi boleto, sale en cinco horas —dice tímidamente.

—Vale, voy a extrañarte.

—Mañana es Halloween.

—Ya lo sé.

—Y es la fiesta de Wild American, ya sabes, a la que aceptaste ir desde hace meses.

Suspiro y dejo el tenedor sobre mi plato a medio comer. Bueno, solo me falta comer la ensalada, pero la lechuga abarca la mitad de mi plato de pescado y patatas.

—También lo sé —murmuro con cansancio.

Gabriel se pasa una mano por su cabello un poco largo a como suele llevarlo, pero en él luce bien. No sé si hay algo en este mundo que lo haga ver mal.

—Escucha, Dove, te entiendo, realmente lo hago, pero ya dejaste ir muchas cosas y la prensa se está empezando a preguntar dónde estás. Ya cancelaste los VMA's, me pediste que cancele los American Music Awards y ahora también cancelaste el evento con Wild American. Ya no sé qué decirle a la prensa y sé que esto es importante para ti, pero no dejes ir toda tu carrera. Estás en un escalón alto, debes impulsarte a subir y llegar a la cima, porque puedes caer en picada si no lo haces.

Muerdo mi labio inferior porque tiene razón, ya he cancelado varios proyectos y entrevistas que tenía programadas desde hace meses, incluso desde antes de este verano, pero también sé que no podría estar en otro lugar ahora. Si doy una entrevista, si voy a una fiesta y hago como si nada estuviera pasando... no, esa no sería yo. A pesar de que tal vez mucha gente discrepe, siento que estoy haciendo lo correcto.

Mi Mejor Problema (AD #3) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora