Softcore

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-¡No podemos perder contra Argentina!- gritó Martino. Toda la selección de México se encontraba frente a él con la cabeza agachada, todos menos Memo quién estaba a lado del entrenador igualmente con la cabeza baja.

Eran apenas las 5:30 de la mañana siguiente. Guillermo no había podido dormir ni un segundo, habia pasado toda la noche tratando de calmarse, Kevin lo ayudo durante toda la noche, a calmarlo. No quería que tuviera un ataque de pánico.

-¡Lo sabían!- prosiguió Martino.- ¡Sabían que este pelotudo estaba con la Argentina! ¡¿Y qué hicieron?! - estaba demasiado molesto- ¡Claro Memo! ¡Sal con el capitán de nuestro rival! ¡Llévalo a cenar! ¡Preguntale sobre su día! ¡Dale besos en el elevador del puto hotel!

Nadie contestaba, la habitación solo se llenaba con los gritos del entrenador, quién tomo aire y girandose para mirar a Ochoa sentencio.

-¿Vos sabes lo que tuve que hacer para que las autoridades no hagan nada?- En realidad no había tenido que hacer nada, él mismo vió como ambos se metieron al ascensor juntos y pidió revisar la cámara, nadie lo sabía, solo él.- ¡¿Sabes en donde estamos?!- Guillermo trago saliva.- ¡En Qatar! y por si se te olvidaba, ¡En un puto mundial!

Incluso horas antes Andres había tratado de calmar al entrenador, sin embargo no habia funcionado. Todos habían tratado de hablar con él antes. A ninguno escuchó.

-Quiero que sepas algo- habló ahora más bajo pero aún con tono potente.- Si perdemos contra la Argentina, que sepas, que fue tu culpa.- señaló con el dedo el pecho de Ochoa.- De nadie mas qué tuya.

Hirving se estaba por poner de pie para tratar de defender a Ochoa, sin embargo Raul lo tomo por el antebrazo y lo sentó, no era correcto hacerse mas problemas con el director técnico.

-Y tenes prohibido acercarte a Lionel Messi.

Martino camino a la salida, saliendo en un portazo.

Todos miraron como se fue para después clavar su mirada en Guillermo, quién en una bocanada de aire, comenzo a llorar. Corrieron a abrazarlo, no sabían que decir o como tratar de consolarlo, tampoco había tiempo, Martino les había puesto entrenamiento de 12 horas, muy severo claro pero considerando que su entrenamiento era estar de aquí para allá sin hacer nada en realidad, no era tan pesado.

Ochoa fue acompañado a su habitación por Raul y obviamente Kevin.

-Toma un baño y duerme un poco- le dijo Raul tratando de peinar sus rizos una vez dentro del elevador. Volteo hacía arriba, viendo la cámara.- Todo va a estar bien.

Guillermo no había dicho una sola palabra. No tenia ganas de hablar.

Caminaron los tres hacía su habitación donde Raúl miro a Messi sentado en la puerta de Ochoa.- Uh, tengo que ir al baño.- aviso y corrio hasta la puerta.- ¿Qué haces aqui?

-¿H-hola?- habló irónicamente Lionel.- Vengo a ver a Memo.

-No puedes verlo.

-¿Eres su guardaespaldas o...?

Raul no quería ser grosero con Messi, pero si Martino veía una sola pizca de ellos juntos, era todo para Guillermo en el mundial. Tomo de los brazos a Leo y lo levantó. Miro como se quedaba una bolsa en el suelo, decidió dejarla.

-Adios Leo- fue lo último que dijo para casi empujar arrastrando a Lionel fuera de ese pasillo. Una vez fuera del pasillo de Ochoa, Leo se soltó del agarre de Raúl y molesto le contestó.

-Mira pelotudo...

-Ya no busques a Guillermo.- Ni siquiera lo dejó terminar, regreso y miro como Kevin estaba cerrando la puerta con ellos dentro y se metió su habitación, dejando a Messi en mitad del pasillo, quieto.

I'm in love with Judas- Messi x OchoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora