En cuanto llegó al hotel, comenzó a correr por todos lados, su corazón latía tan rápido que sentía que se podría salir de él. Sentía como si sus costillas se hubieran achicado, no dejándolo respirar bien. Detenía a cualquier persona que tuviera una playera de la selección mexicana y preguntaba por Memo, sin embargo nadie sabia donde estaba.
Comenzó a desesperarse, no escuchaba a sus compañeros tratando de calmarlo.- Leo, no vale la pena, te rompió el corazón.- Él no quería escuchar nada ni a nadie, solo quería volver a ver a Guillermo.
-¿Donde esta Memo?- le preguntó a un asistente del Tata quién estaba pasando por el pasillo de la selección.
-En su habitación, tal vez.- eso bastó para que Lionel corriera hasta ella, notando como la puerta estaba abierta. Entró sin pedir permiso, encontrandose con Kevin, quién solo estaba acostado en su cama, jugando con una pequeña pelota, tirandola de arriba a abajo.
-Kevin.- llamó su atención acercándose a él.- Lo siento mucho...
El tono de su voz fue disminuyendo poco a poco.
-No importa.- trató de sonreírle el menor, igualmente tratando de no llorar.- Supongo que vienes por Guillermo.
Leo asintió mordiendose el labio inferior.- Si...
-Esta en la playa que esta fuera del hotel, quería estar... solo- Kevin se había puesto de pie, comenzando a agarrar algunas de sus cosas, como si fuera a empacarlas en ese momento, haciendo que Lionel agachara la cabeza.
-En serio lo siento mucho, se esforzaron... tanto.
No recibió respuesta, solo escuchó como Kevin tomaba un poco de aire. Lionel se acercó a abrazarlo calidamente, sin decir una palabra, solo abrazándolo mientras Kevin lloraba recargado sobre su hombro por unos minutos.
-Ve con Guillermo.- dijo este cuando estaba más calmado, deshaciendo el abrazo.- Se que no lo merece.- soltó una risa forzada.- Pero él en verdad creia que era lo mejor para ustedes, bueno yo que se.- se llevo una mano a la frente, le dolia la cabeza.- Ya no lo veras entonces...
Aquello le dió a Lionel como si un boxeador lo hubiera golpeado en el pecho y lo hubiera dejado sin aire.
Leo asintió.- Gracias por todo.- soltó.
-Pero yo no hice... nada.- vaciló Kevin dudoso de las palabras del argentino.
-Tal vez a simple vista no, pero sos un gran amigo, para Memo.- Kevin comenzó a pensar que Lionel era alguien de un solo amor, algo que él a tan temprana edad ya no sentia.- Y sé que seremos buenos amigos, en un futuro.- Messi le sonrió y espero a que Kevin le devolviera la sonrisa para salir de la habitación, caminando rumbo a la playa, mentalizandose de encontrar a un Guillermo tan vez llorando.
Llegando a la playa, tardo en encontrarlo al menos 10 minutos, hasta que vio su sombra sentado casi en las olas, solo observando el mar; el viento de la noche movia sus risos. Messi tomó aire antes de ir con el. Se sentía nervioso.
Guillermo lo miró llegar a sentarse junto a él, sin decir ninguna palabra, solo llegaba a hacerle compañía, y eso fue suficiente para que el corazón de Memo latiera tan fuerte que él mexicano sentía la necesidad de callarlo. Lionel nunca lo había abandonado a pesar de la forma en qué lo trató, y se dió cuenta del amor que sentía el argentino por él.
-Fuera del mundial.- soltó una risa falsa, tratando de no caer en llanto debido a eso.
-Lo siento mucho.- susurró Lionel.- Debi haber anotado un gol mas. Estarían dentro.- comenzó a lamentarse. Ochoa miró a Leo desconsertado, él no quería que pensara eso o que se culpara sobre la eliminación de Mexico.- No anoté ni un solo gol y yo te lo había prometido...- su voz se quebró al último de la oración.
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I'm in love with Judas- Messi x Ochoa
RandomUn mundial, el último de él considerado como todos el mejor del mundo y tal vez el último de él también considerado el mejor portero de todos para muchos tantos. Un amor que puede parecer prohibido y eso lo hace mas tentador.