The hills

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Guillermo mordió su labio, dudando un poco al respecto de lo que estaba por hacer.

-No quiero aprovecharme...

-No lo haces.- lo interrumpió antes de que dijera algo mas, aún sin apartar su mano de los rizos de este.- Yo en verdad quiero hacerlo.- Leo no había sido nunca tan sincero como en ese momento.

Sabía que si dejaba que Guillermo se cuestionara sobre lo que pasaría, no pasaría. Así que volvió a jalarlo para besarlo, sorprendiendolo sobre la fuerza que tenía aún siendo alguien que se veía pequeño a simple vista.

Comenzó a morder el labio inferior de Memo, dejando pequeñas marcas que tal vez se verían al día siguiente. La habitación comenzó a subir su temperatura debido a los dos que se encontraban ahí dentro. Guillermo nuevamente sintió aquel cosquilleo de calor recorrer su espalda cuando Lionel comenzó a dar pequeños besos en su cuello.

-No creo...- el mexicano puso sus manos en los hombros de Lionel empujandolo un poco, sin embargo hizo caer a Leo sobre su cama ya que al estar mareado no tenia control sobre su cuerpo, dejándole ver como este estaba ruborizado, su sudadera estaba abierta y su playera un poco subida. Memo no apartó mirada de él, en realidad lo deseaba muchísimo.

-Por favor.- casi suplico Lionel, mordiendose el labio, Guillermo de negro siempre había sido su debilidad, y en la posición en la que ambos se encontraban aún más, Lionel nunca había deseado tanto tocar a alguien como en ese momento. No había palabras que pudieran describir lo jodidamente perfecto que se veía Guillermo.

Ochoa vaciló un poco; estaba teniendo una batalla interna sobre si hacerlo o no. A él le gustaba Lionel, eso era bastante evidente, sin embargo no quería estar en una relación con él. Estaba demasiado presionado sobre el rumbo de la selección mexicana en el mundial. Miró como Lionel se volvia a sentar y pasaba sus manos a la cadera del mexicano, haciendo pequeños roces con los pulgares sobre su cinturón. Era difícil pensar con Lionel en ese estado.

Sin permiso alguno, Leo comenzó a meter ambas manos por debajo de la ropa del portero, sintiendo su abdomen bien formado. Guillermo frunció los labios "Chingó a su madre" pensó para después colocar ambas manos en las mejillas del argentino y comenzar a besarlo. El beso era el primer beso en donde ambos literalmente se estaban comiendo él uno al otro, tratando de acaparar cada centímetro de la boca del otro, mordiendo y lamiendo lo que tenían a su paso.

El portero comenzo a caer encima de Lionel, quitándose la sudadera con ayuda de las torpes manos del argentino, sin romper el beso.

-Si que tenias ganas.- susurro con voz ronca cuando se vió en la situación donde Lionel estaba tratando de quitarle la playera sin exito alguno. Se quito la playera sentado en las piernas de Lionel, volteó a verlo y le dedicó una sonrisa pícara.- Sabes que estoy a punto de comerte, ¿no?

Si Lionel tenia planeado echarse para atras,  desechó aquella idea cuando lo escuchó.

-Eso espero.

Guillermo volvió a casi tumbarse sobre el argentino, volviendo a atacar sus labios, tratando de desvestirlo lo más rápido posible. El argentino dejo escapar un pequeño quejido cuando Guillermo paso la lengua por su cuello. Terminó por quitarle la parte de arriba al argentino dejándolo casi indefenso frente a él. Empezó a bajar, dejando pequeños besos sobre la pálida piel de Lionel, haciéndolo temblar a su paso.

Leo no quiso que siguiera bajando por pena, así que lo tomó de la cara para besarlo y aprovecharse de aquello para darle vuelta, quedando él encima del mexicano. Se deshizo de  sus pantalones y volvió a subirse encima, comenzando a restregarse sobre este, escuchando como el portero soltaba pequeños quejidos. Busco refugio en el contrario, soltando pequeños gemidos.

I'm in love with Judas- Messi x OchoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora