Salvando al trágico villano

5. La mascota de la maestra

Zhou Juan reveló una mirada nerviosa en su rostro. Rápidamente negó y se inclinó levemente.

—No, no fuimos nosotros, realmente no...

—No intentes discutir, vi caer la botella de cerveza de tu ventana con mis propios ojos. Si mi papá y yo no hubiéramos esquivado lo suficientemente rápido, nos habría aplastado la cabeza. —Shu Ning replicó.

Mientras hablaba, sus ojos recorrieron la sala de estar. La sala de estar era muy pequeña, por lo que pudo abarcar toda la habitación con una sola mirada.

Shu Ning entró en la sala de estar. Recogió la otra botella que quedó en la mesa de café y miró el texto en ella.

—Cerveza del Sureste, es esta marca.

Papá Shu también entró en la habitación. Los músculos de su rostro se contrajeron. Se inclinó, miró la botella.

— Cerveza del Sureste, esa no es una marca que veas todos los días.

Ahora, Zhou Juan no pudo negarlo más, así que miró a su esposo en la sala de estar en busca de ayuda.

Cuando Yin Qiang vio la gran cabeza calva y la cadena dorada de Papá Shu, perdió los nervios y casi se arrojó al piso.

—No fui yo quien la arrojó.

Luego, señaló al pequeño villano, que se estaba poniendo de pie lentamente, para arrojar toda la culpa sobre él.

—Lo tiró. Si tienes un problema, ve por él. No tengo cara para defenderlo.

Shu Ning se sorprendió.

Después de que Yin Qiang terminó de hablar, giró la cabeza y se encerró en el dormitorio principal. No volvió a salir.

—...

Shu Ning pensó que Yin Qiang era una persona feroz y agresiva. No esperaba que Yin Qiang se convirtiera en un cobarde tan pronto como viera a alguien más grande y más fuerte que él.

Sus ojos se posaron sobre la ansiosa Zhou Juan y el villano de rostro pálido.

Sus caras estaban coloreadas de negro y azul. Se veían increíblemente lamentables.

Shu Ning miró bien a Zhou Juan. No simpatizaba con esta mujer en absoluto. El libro la describe como muy amable, escatimando y ahorrando dinero para que el pequeño villano vaya a la escuela. Cuando el pequeño villano era herido por su padre, ella lo abrazaba y lo consolaba. Incluso compraría en secreto bocadillos solo para el villano, el modelo de una madre virtuosa.

Pero en opinión de Shu Ning, ella era repugnante. Si ella no hubiera cambiado a los niños en secreto, el pequeño villano no tendría que sufrir por estas cosas en absoluto y, naturalmente, tampoco la necesitaría para consolarlo y ser bueno con él.

Yin Qiang la golpeaba todos los días, pero ella no se divorciaba ni se resistía. Cada vez, siempre necesitaba que el pequeño villano se jugara el cuello por ella y, cada vez, era el pequeño villano el que salía lastimado.

Ahora que la vio maltratada y magullada, Shu Ning sintió un poco de simpatía, pero no sintió mucha lástima por ella.

Un pensamiento cruzó por su mente. Shu Ning le preguntó a Zhou Juan como prueba.

—¿Quién arrojó la botella de vidrio hace un momento?

Zhou Juan fue tomada por sorpresa por la pregunta. Cuando se encontró con la mirada cortante de Shu Ning, comenzó a dudar.

Los ojos del joven eran demasiado brillantes. Le hizo sentir que todo sobre ella estaba siendo revelado ante él.

Zhou Juan miró hacia otro lado y extendió un dedo tembloroso. Señaló al pequeño villano inexpresivo, que estaba de pie en un rincón de la sala de estar.