Salvando al trágico villano

57. Acuerdo de Matrimonio

Pronto se dio cuenta de que terminó ignorando a Shu Ning debido a su discusión. Wei Mingzheng se volvió hacia Yu Guangming y los demás. Luego, Wei Mingzheng lo presentó solemnemente: —Este es Shu Ning, mi hermano espiritual, mi benefactor y mi mejor amigo.

Cuando escuchó esta presentación, Yu Guangming rápidamente extendió su mano a Shu Ning. —Es un placer conocerte.

Shu Ning, naturalmente, se acercó y le estrechó la mano. —Realmente no entiendo de qué están hablando. Ustedes continúan. Voy a ir a mirar alrededor.

Wei Mingzheng dijo: —Puedo contarte sobre la visualización de realidad virtual...

—No, no, no. —Shu Ning rápidamente lo despidió. —No tienes que perder el tiempo explicándomelo. Saldré primero.

¡Todos los demás seguían esperando! ¿Cómo podría tener el descaro de ocupar todo el tiempo de Wei Mingzheng?

Salió corriendo de la oficina y caminó tranquilamente por los pasillos.

El pequeño villano debe ser muy aficionado a Pegasus y Yu Guangming. De lo contrario, no lo habría llevado aquí para un viaje, ni habría pedido específicamente las acciones de Pegasus.

Antes de venir aquí, Shu Ning realmente pensó que solo se estaban reuniendo con un amigo en línea común. No había esperado que fuera una negociación comercial.

Probablemente iba a tomar mucho tiempo, ¿verdad?

Shu Ning fue guiado a un pequeño salón por uno de los asistentes. Luego, sacó su teléfono celular para jugar un juego.

Sin embargo, ni siquiera habían pasado cinco minutos cuando Wei Mingzheng salió de la sala de conferencias y lo encontró. —Es aburrido, ¿no?

Shu Ning se sorprendió. —¿No hay una reunión?

—No. —dijo Wei Mingzheng. —El propósito de venir aquí hoy fue hacer que Yu Guangming me escuchara. Ahora que obtuve lo que quería, no hay necesidad de quedarme aquí por más tiempo.

—...

Que despiadado.

Wei Mingzheng dijo: —¿Hay algún lugar al que quieras ir? Vamos a pasar el rato.

Shu Ning guardó el teléfono y lo pensó un poco. —Si vamos a ser solo nosotros dos... Realmente no sé a dónde deberíamos ir.

Originalmente, había planeado encontrarse con el amigo en línea de Wei Mingzheng. No había esperado que pasara tan rápido.

—Entonces sígueme. —Wei Mingzheng lo tomó del brazo y lo llevó fuera del edificio.

—¿A dónde vamos? —Shu Ning preguntó confundido.

—¿No vas a volver a Chunzhou? Antes de irte, deberías echar un vistazo a Beijing. —Wei Mingzheng sostuvo su palma con fuerza. 

Shu Ning pensó que tenía razón, así que sonrió y dejó que Wei Mingzheng lo arrastrara por Beijing.

Descubrió que el pequeño villano se estaba volviendo cada vez más inflexible. El niño al que no le gustaba hablar y escuchaba en silencio a los demás se había ido hace mucho tiempo.

Ahora tenía la calma, la dureza e incluso la astucia de un líder.

—¿Qué ocurre? —Wei Mingzheng giró la cabeza y lo miró fijamente, confundido. Sus ojos estaban llenos de una luz clara. 

En un instante, Shu Ning pareció vislumbrar al niño que solía seguirlo en silencio.

Hacia Shu Ning, Wei Mingzheng no había cambiado mucho.