Salvando al trágico villano

24. Yin Qiang

—¿Mamá? —La voz de Yin Mingzheng fue muy suave, tan fugaz como las hojas de sauce en el viento. Cualquiera podía ver que estaba muy frágil en este momento.

—Oh, eso fue un accidente. —Zhou Juan volvió en sí y se agachó para limpiar el desorden. Ella preguntó nerviosa: —¿Qué más dijo?

—Dijo que vendría a verme de nuevo. —Yin Mingzheng bajó la cabeza y sus pestañas temblaron. —Fue expuesto como un pedófilo por nuestra culpa. No pude soportarlo más, por lo que quiere vengarse de nuestra familia.

El rostro de Zhou Juan estaba pálido y su expresión era lívida y aterrorizada. —¡Como se atreve!

—Definitivamente regresará. ¿Deberíamos hacer que venga papá? Preguntó Yin Mingzheng.

Zhou Juan respiró hondo. —Sí, por supuesto.

Zhou Juan salió de la habitación del hospital y llegó al final del pasillo. Se apoyó contra la barandilla y llamó a Yin Qiang.

Yin Qiang ladró: —¿Qué es?

Zhou Juan miró a su alrededor y dijo en voz baja: —Mingzheng acaba de decir que la persona que realizó la prueba de paternidad fue Chen Hui.

—¿Qué? ¡¿Es él?! —Yin Qiang estaba furioso.

—Chen Hui le dijo a Mingzheng personalmente. Incluso quiere llevarse a Mingzheng. Te lo dije, no hay forma de que alguien realicé una prueba de paternidad sin motivo. ¡Chen Hui es un pervertido! ¡Él está loco! ¡Un loco es capaz de hacer cualquier cosa! —Zhou Juan se quejó.

No sospechaba que Yin Mingzheng mintiera porque Yin Mingzheng no sabía sobre la verdad de los niños intercambiados. Además, no tenían enemigos ni nada, así que ¿por qué alguien haría una prueba de paternidad? En este momento, Chen Hui parecía ser el sospechoso más probable. Era a la vez un caso mental y un pervertido. No era alguien a quien se pudiera entender a través del sentido común.

Yin Qiang estaba furioso. —#￥@#!

Zhou Juan dijo: —Mingzheng dijo que Chen Hui vendría de nuevo. Arruinamos su reputación, así que quería vengarse de nosotros.

—¡¿Qué?! —Yin Qian estaba realmente enojado ahora. —¡Si él no hubiera publicado la prueba de paternidad y nos hubiera causado todos esos problemas, nada de esto hubiera sucedido! ¿Quiere venganza? ¡Yo soy el que quiere venganza!

Zhou Juan sugirió: —¿Por qué no vienes al hospital y vigilas? Entonces, podemos preguntarle a Chen Hui qué sabe. No podemos dejar que nadie sepa que los niños fueron cambiados.

Yin Qiang respondió: —¡Iré ahora mismo!

Zhou Juan agarró su teléfono, suspiró y regresó a la habitación del hospital. descubrió que Yin Mingzheng se había vuelto a dormir, así que llamó al conserje para que limpiara el piso.

Poco después, Yin Qiang se acercó corriendo, con una botella de cerveza todavía en la mano. Tan pronto como entró por la puerta, comenzó a gritar: —¿Apareció Chen Hui?

—Shh, cállate. —dijo Zhou Juan.

—¡Bah! ¿Y qué si soy ruidoso? —Dijo Yin Qiang. Abrió la botella de cerveza y bebió un trago.

—Mamá. —El niño en la cama del hospital abrió los ojos. —Tengo hambre.

Zhou Juan se dio cuenta de que la sopa de arroz acababa de derramarse por el suelo. Yin Mingzheng aún no había desayunado, así que dijo: —Iré a comprar algo de comida.

Antes de irse, le recordó a Yin Qiang: —Mantente atento.

Luego, se apresuró a bajar las escaleras para comprar el desayuno.