OJOS DE MIEL Y NUEVA TRADICIÓN

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Se puede saber qué es lo que te ocurre hermano- había aparecido Theo en la biblioteca del imponente Chateau de la Barre, lugar donde los Malfoy se habían instalado.

Giró sobre sus talones, miró a su amigo, suspiró y respondió fastidioso- lo de siempre Theo.

-Que sigues enamorado pero ella no lo sabe, no te atreviste a confesar tu amor, fuiste torpe, brusco y al final te arrepentiste de todo eso?- preguntó sarcástico- entonces qué hay de nuevo porque eso ya es historia vieja y recurrente.

-Si no fueras mi amigo, juro que te echo de mi vida para siempre.

-Bueno, como si no lo hubieras intentado antes y ya me ves, aquí contigo otra vez y ahora como el padrino de la pequeña serpiente.

-no le llames así- le regañó Draco- su nombre es Scorpius.

-Sí, sí, lo sé pero el ama que yo le diga pequeña serpiente, ríe a carcajadas cuando jugamos hasta me dice "Ta" cuando me ve y quiere morderme.

-Seguramente lo exasperas como a mí- reía Draco- qué tomas?

-Tan temprano- le recriminó Theo.

-Café, té, leche tibia- ya fastidioso.

-Té negro y ahora largá lo que pasó, soy todo oídos.

Draco le contó a su único amigo, gran confidente y consejero lo que había sucedido con Hermione. Derramó lágrimas, gritó a viva voz, se maldijo por tanta cobardía y Theodore Nott siempre a su lado. El callado Slytherin, al que nadie le había dispensado una segunda mirada en sus sufridos años en Hogwarts, el más huraño y solitario de todos, el del gran secreto, el portador del amor más extraño de todos, él estaba al lado de su amigo, fiel a su compañero como  a su verdadero e impensado amor.

-entonces ahora esos brillantes pasaron a formar parte de tus tesoros-razonaba Theo- sinceramente Draco esto está matándote hermano, deberías seguir tu camino.

-Es lo que hice y dónde estoy- sentado en su sillón favorito sosteniendo su cabeza entre las manos, desesperado-otra vez en el principio, es un círculo mi vida Theo, siempre vuelvo a ella- intentaba componerse- y para qué, para verla partir una vez más y quedarme solamente con algo que le pertenecía.

-esa costumbre tuya me parece patológica, ya te lo dije- le había recriminado el castaño- tiene un toque de fetichismo.

-Deja de hablar tonterías Theo.

-Tonterías, te parece una tontería, a ver detallemos que tienes- señalaba con los dedos- su primer libro de La Historia de Hogwarts, el cual cambiaste por el tuyo con una foto de ella escondida allí.

-que aún no descubrió y extraño mucho esa foto, me dio fuerzas en mis peores momentos- acotó Draco.

- no lo dudo pero te apuesto que falta menos para que la encuentre- completó su castaño amigo de ojos de miel- un pañuelo de cuello con su perfume  que le quitaste a ese cazador cuando la llevaron a la Mansión.

-Si, el muy maldito- dijo Draco entre dientes- quería matarlo por haberla traído.

-Un mechón de sus cabellos en un guardapelo, que me imagino no usaste en una poción multijugos para alguna de tus amiguitas o para Astoria tal vez- con una sonrisa maligna en su rostro.

-Theo, cuida tus palabras.

-Broma, amigo, broma, me conoces.

-Mejor que nadie- golpeando la espalda mientras se dirigía a la ventana que daba a los jardines.

Siempre fue ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora