La familia Weasley en su totalidad se había reunido en la casa de Ron, Hermione y Rose. La pequeña se había destacado como la dueña absoluta de toda la atención, ya que había empezado a mostrar rasgos de una futura gran bruja. Ante la sorpresa de todos los presentes cuando ella movía sus manitos aparecían burbujas multicolores. Sus padres estaban más que orgullosos y sus numerosos primos se divertían a placer.
Hermione había deseado un cumpleaños así, de paz, en familia y con sus seres amados. Solo faltaban Neville, que por el reciente inicio de clases en Hogwarts no podía asistir, de igual manera Minerva y Hagrid. Luna había viajado, no comentó dónde, pero le dejó de regalo unos aros con forma de rabanitos, que a la castaña le parecieron adorables, y una carta disculpándose por la ausencia, con la promesa de contarle los motivos del viaje a su regreso.
Ginny, Fleur y Charity, su ayudante y amiga, estaban sentadas en un sillón cercano al gran ventanal que daba al jardín y por el rubor en la cara de Charity la conversación seguramente era bastante subida de tono, las risas de Ginny y el estupor de Fleur lo confirmaron.
- Mi esposa está incomodando a las mujeres, no puede con el genio- se lamentaba Harry.
- Así la amas y si no se cuidan se llenarán de hijos, recuerda la sangre Weasley- se burlaba Hermione.
-lo mismo digo para ti hermanita- abrazándola y despeinando su ya salvaje cabellera- pero si ellas no quisieran escuchar a mi mujer ya se hubieran levantado y míralas cada vez están más cerca y ahora se agrega la esposa de Percy -agregó Harry mientras Audrey dejaba a su pomposo esposo a cargo de sus hijos.
Jean Leroux Granger miraba por la ventana hacia el amplio jardín donde los niños jugaban mientras Rose se divertía con las burbujas.
Sostenía una copa de vino y en sus juegos con ella se notaba su nerviosismo.
-ey- Hermione llamó su atención- sucede algo mami, no te veo disfrutar de la reunión, pareces ausente- tomó la copa de sus manos y la sacó hacia una hamaca en el parque que rodea la casa.
-solo es la ansiedad por el encuentro de mañana hija, pasó casi una vida desde que los ví por última vez y no sé cómo reaccionar cuando vea a Narcisa.
-sé tú mamá, la misma que todos adoramos, que supongo es la misma que amó Orión- respondió su hija.
-Pero hija pasaron muchas cosas, dos guerras prácticamente, temo que no sea lo mismo.
-cuando me contó Narcisa lo que vivieron ese año, lo hizo con nostalgia, con deseos de recordar esos momentos, mami fueron sus últimos días de soltera y en libertad prácticamente, como te conté- animaba a su madre- conoces toda la historia que yo viví madre y ella también, así que esa parte no debe preocuparte, solo relájate y disfruta recordando aquellos días salvajes como ella los llama.
-es que así fueron- se animó de repente ante el recuerdo- imagínate casi una semana en un festival de rock, acampando y en los setenta, lo tienes- le preguntó y ante el asentimiento de Hermione- bueno ahora súmale a Orión, James Potter y al pobre Remus.
-Con más razón mamá, vamos a disfrutar recordarlos.
-Mione llegó un invitado sorpresa- la llamó Ron.
-Ya regreso mami, mira aquí viene tu Helena- Molly la puso en el regazo de la abuela Granger y salió por más bocadillos, los Weasley eran unos insaciables.
La persona que había llegado enmudeció a todos en la sala pero al verlo Hermione corrió a su brazos y efusivamente lo saludó- Profesor que sorpresa- lo abrazó emocionada- gracias por tomarse la molestia- pero lo soltó ante la incomodidad que mostraba el parco ex profesor, ex espía y siempre valiente Severus Snape.