— ¿Qué quieres decir con que es todo lo que recuerdas? — preguntó molesta mi amiga Melissa quién saca la paleta roja de su envoltura, ella está sentada en el lavamanos del baño de la escuela como si nada importará, mientras yo le cuento el chisme de anoche
— si, después del beso todo lo demás es borroso. ¡Mierda!, ¡Soy una tonta! — expresó molesta y ella asiente
— claro que lo eres, como no vas a recordar que tuviste tu primera vez con un hombre como él — dijo enojada y la miro con rabia
— no Melissa, soy una tonta por haberlo hecho borracha no porque sea un hombre sexy como él — le dije frustrada y ella rueda los ojos
— si lo recordarás sería espléndido — asegura bajandose de la barra del lavamanos, para buscar su maquillaje y poner cara de tristeza — sería genial si fuéramos ricas, así sería más fácil ser popular y toda una diva — expresó con tristeza y suspira en resignación. Yo sigo en mis pensamientos, no se cómo sentirme al respecto pues no sé lo que pasó esa noche exactamente
— quita esa cara, no te preocupes que buscaremos a ese dios griego para que lo vuelvan a hacer y así recuerdes como fue — me guiña un ojo y la miro con sorpresa. Ella sale del baño con una sonrisa divertida dejándome sola con mi pesar, me miró en el espejo frustrada.
Ella y yo nos hicimos amigas hace poco, justo cuando entramos a la preparatoria y ahora estamos en el último año que esperamos pasar. Cepillo mi cabello rubio con mis dedos para acomodarlo, después veo mis ojos azules e intento recordar su mirada hacia mi, sus manos tocando mi rostro con cuidado y sus labios en mis pequeños y gruesos labios. Nada
Gruño molesta conmigo misma para golpear la barra. ¡Debo dejar de darle tantas vueltas!.
Dos semanas después
Miro a mi hermana nerviosa porque no se que decirle ante su regaño, no se que explicación lógica darle a todo esto. Y cuando ella se enoja lo hace muy bien pero sé que ella me apoya en todo.
— ¿Quién es el tipo que te embarazo? — preguntó molesta y bajo la cabeza apenada mientras ella espera impaciente
— yo...
— ¿Qué?, No me digas que no lo recuerdas — grita molesta y asiento con temor. Me mira en desaprobación — te acostaste con un desconocido, ¿Solamente porque estaba muy bueno? — preguntó y mordí mi labio nerviosa — ¡No puedo creerlo!
— ¡Ya se que estuvo mal!, Me arrepiento, bueno de una parte — digo pensando en él y ella me golpea, me quejo por su golpe
— te lo mereces así que no te quejes — me advierte
— ¿Y ahora que haré?, Mis padres se van a enterar muy pronto cuando me crezca la panza y ...no se de lo que son capaces — miro la calle oscura y sola, tenía que hablar con ella fuera de la casa sin que mis padres escuchen
— no, no tienen que enterarse. Aún — asegura y asiento — debemos encontrar al que te dejo así, ¡Esto no será fácil!, ¿Si quiera sabes su nombre? — preguntó viéndome en modo mamá regañona y niego
Me sorprende cuando golpea mi cabeza con desesperación y protesto.
— ¡Eso dolió! — me queje
— ese es el chiste — dice cruzandose de brazos
— bien, me arrepiento si, sé que hice mal al acostarme con un desconocido que se parece a un dios griego. Pero realmente quería divertirme y no pensé, lo siento — dije más preocupada y ella niega
— de acuerdo, no es tú culpa, supongo. Debí cuidarte mejor y no confiar tanto pero lo echo echo está y ahora, quiero que sepas que estoy contigo en esto y lo solucionaremos — me asegura para abrazarme cosa que me viene bien en este momento.
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Mi mundo eres tú
Fantasyuna joven adolescente jamás pensó que quedaría embarazada pero, mucho menos pensó que quedaría embarazada de un Dios del cielo, a lo que ella le llama Dios griego. El dios griego se hace responsable de ella y el niño que aún no nace, los lleva a una...