41. La llegada de la nueva Diosa monarca

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(Holly).

Cierro los ojos con fuerza al sentirlo de nuevo en mis brazos, pensé que no lo volvería a ver, tenía miedo de perder a Zeus y de verdad que lo amo. Ahora puedo comprender que de verdad quería proteger a su mundo, por su mamá y porque es su deber pero también quería protegerme a mi, es como si decidiera entre su mamá o yo. Lo entiendo y es difícil algo así, su abrazo es cálido y me sabe a un gran recibimiento. No quiero despegar mi cabeza de su pecho tan fuerte, que me hace sentir protegida.

— lamento qué hayas pasado por todo eso, Holly — se disculpa Zeus entre mis brazos, rodeandome con los suyos que me hacen sentir mejor — es mi culpa y tienes derecho a odiarme, cualquier decisión que tomes la aceptaré pero no podía permitir verte morir

— salvaste mi vida — dije por fin separándome de su abrazo, viéndolo a los ojos negros de Zeus

— y lo volvería a hacer otra vez — aseguró Zeus y sonrío feliz — las veces que sean necesarias

Bajo la cabeza con tristeza al recordar el dolor que sentí de humana, aún sigue así el dolor y ahora soy diferente. Noto que las mariposas a mi alrededor se marchan y no comprendo aún, que es lo que me sucede

— ¿Un dios del cielo diciéndome eso? — pregunté divertida para negar con la cabeza, en burla de él — no debería hacerlo por falta de respeto a su mundo — continúo y el baja la cabeza

— me lo merezco — dice con una apenas sonrisa asomándose de sus labios — quiero que sepas de lo mucho que me arrepiento por todo lo que hice

— ya no digas más — le pido con seriedad, odiando recordar aquello — no quiero hablar más del tema, no quiero volver al pasado. Sólo quiero vivir el presente y con lo que estuve a punto de experimentar como la muerte, se que no quiero perder mi tiempo en odio, no quiero dejarte de amar — confesé con los ojos llorosos y él me mira con ese brillo en sus ojos que tanto amo

Acerca su rostro al mío sosteniendo mi cara entre sus manos donde tiene sangre, que está comenzando a secarse, me mira fijamente para besarme con ternura y cuidado, un beso lleno de amor y arrepentimiento por lo que tuvimos que pasar. En este momento me doy cuenta de lo que él realmente siente por mi, que él de verdad me ama, lo sé porque con un sólo beso se puede sentir él amor, lo que él realmente siente por mi. Me sostiene con firmeza en sus manos, mientras las mías reposan en su cintura acercando su cuerpo al mío.

Sonrío feliz de que esté a mi lado pero está vez sin prejuicios, sin secretos. Me separo de Zeus para mirarlo a los ojos y me doy cuenta de lo difícil que fue para él hacer todo esto.

— yo tampoco quiero perder más tiempo, quiero estar contigo y quiero que estés conmigo si me dejas — confiesa y sonrío para ver a Sheyla detrás de Zeus, luce preocupada y enseguida me acerco a ella para abrazarla con fuerza.

— lo siento, hermana. Yo jamás quise abandonarte y sólo pensé que era lo correcto — le explicó aún abrazadas. Es igual que lo de Zeus, lo que yo hice al sacrificarme es lo mismo que Zeus, ahora entiendo su porque hizo todo y lo difícil que es dejar a una persona que tanto quieres, todo para salvar al mundo. Lo mismo sucedió con su mamá hace tantos años.

— está bien, te perdono sólo porque estás aquí — sonrío al tiempo que me separo de ella, veo lágrimas en sus ojos haciéndome sentir culpable

— a partir de ahora no te dejaré sola, nunca más — le aseguré

— pues yo tampoco lo haré, Holly — me vuelve a abrazar con ganas de no soltarme pero termina por hacerlo, aprovecho para agradecerle a los demás, que son muy buenos amigos y que ayudaron en todo

— No tienes que agradecernos, hermosa y me alegra que ahora seas parte de nosotros — confesó Afrodita y entro en razón de lo que me acaba de pasar. ¿En qué me convertí?

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