cap 15. conociendo nuevos dioses.

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Me divertí en el camino volando con tabú que fue quien me trajo a la escuela, creo que podría acostumbrarme a volar, sería divertido. Camino por el pasillo lista para presentar mis exámenes finales, por fin terminaré el bachillerato que tanto esfuerzo me costó.

Me detengo cuando escucho una voz conocida llamarme por el pasillo, me giro hacia mi amiga con una sonrisa para abrazarla y gritar ambas de emoción.

— ¡Te extrañé! — expresó Melissa con alegría y fingiendo llorar, me río por eso para negar

— no tienes remedio, pero yo también te extrañé — le digo y ella sonríe

— ¿Por qué desapareciste?, ¿Qué está pasando? — preguntó molesta y confundida

— ya te lo dije, tengo problemas con mis padres y me estoy ocultando de ellos. Por eso ahora sólo vendré a mis exámenes finales y a la graduación, así que espero verte ahí — le explicó y ella asiente

— de verdad que mala onda que las cosas sean así, lo bueno de todo es que pronto nos vamos a graduar y que vamos a usar los vestidos con escotes más sexys de la graduación — contó ella al tiempo que movía su busto y eso me hace reír, ella siempre es tan así. No somos amigas desde siempre pero si amigas, que se saben divertir y pasarla bien

— estaré preparando mi mejor vestido, sólo espero tener dinero para uno — ella niega ante mi duda

— tienes que tener uno, si no tendré que buscar en mi armario y prestarte uno de los míos — indicó — solamente así las chicas nos envidiarán y los chicos estarán detrás de nosotras como locos — suelto una carcajada sin querer pero es que, sus ocurrencias me causan mucha risa — hablando de eso, tengo mucho que contarte pero tú también tienes que contarme

— ¿Yo?, No tengo nada que decir así que puedes contarme tú historia — le pido haciéndome la tonta y ella niega

— no, ¿Qué pasó con ese dios griego?, Ya no lo encontraste, tan guapo y bueno que estaba — dijo mordiéndose el labio y la miro casi en shock para después sonreír

— no pasó nada, no lo encontré — le indique, pues no creo que Zeus quiera que sepan de él y menos de su mundo.

— es una lastima, pero en fin te contaré mi historia...— dijo cruzando su brazo con el mío, como si fuera a escoltarla al aula, sin dejar de contar sus aventuras.

Al llegar a la casita del bosque donde quede de verme con mi hermana, corro hacia ella apenas verla y abrazarla con fuerza. Ella se sorprende por mi reacción pero sonríe, recibiendo mi abrazo y balanceándose un poco debido a mi brusquedad.

— relájate, ¿Me quieres tumbar? — preguntó divertida y sonrío, separándome de Sheyla

— ay, es sólo que te extrañé — le digo y ella niega enseguida, acomodando su bolsa en su brazo que casi se le cae. Su cabello negro siempre intacto y eso me recuerda que debe estar esforzándose mucho en su trabajo, debe ser duro para ella y eso me hace sentir mal. Quisiera que viniera conmigo al mundo de fantasía y deje de estresarse. Sus ojos azules como los míos me miran confundida por mi cambio repentino.

— yo también te extrañé, no es necesario que te pongas así — me dice y niego — ya se, debe ser el bebé él que te hace ser más sentimental

— no es eso, estoy preocupada por ti, debes estar muy frustrada con el trabajo — aclaré con tristeza y a ella también se le borra la sonrisa — quisiera que vinieras conmigo, allá todo es hermoso

— me imagino, pero estoy bien y además nosotras pertenecemos aquí, al mundo de los humanos — me dice con precisión

— si hubiera la oportunidad, ¿Vendrías conmigo? — cuestione y ella suspira, pensando bien mi pregunta cuándo alguien aparece detrás de mi repentinamente. Sheyla se asusta y retrocede chocando con una roca, provocando que casi caiga de espaldas si no fuera porque ese alguien le sostiene la muñeca, impidiendo su caída

Mi mundo eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora