24. volando juntos

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- ¿Lista? - preguntó y asentí. De pronto siento que damos vueltas en el aire, nuestros cabellos empiezan a volar y no puedo creer que pueda hacer que vuele junto a él, tan sólo con sostener mi cintura - suelta tus manos - me pide y sonrío para hacerle caso

Realmente parece que estoy volando en los aires, es como despejar todas mis dudas, todos mis miedos. Él cielo estrellado a nuestro alrededor es hermoso desde aquí. Estando aquí te sientes libre, vuelvo a poner mis manos en sus hombros y su mirada no me abandona.

- ¡Esto es increíble!, ¡Estoy volando! - le digo emocionada, Zeus no dice nada y la tensión amorosa crece entre nosotros. Cómo dos imanes nos juntamos poco a poco, hasta juntar nuestras bocas, besándonos en el aire como si sólo existieramos él y yo, haciéndome olvidar lo cruel de este mundo. Porque cuando él está conmigo nada más importa.

Nuestras bocas encajan perfectamente, su sabor es único y se siente demasiado bien, como algo adictivo. Mis manos se deslizan por su cuello hasta llegar a su cabello platinado, sus movimientos son suaves y lentos que me consumen en la desesperación, queriendo más de él. Puedo sentir nuestros corazones latir al tiempo. Me empiezo a quedar sin aire y él lo nota así que nos separamos, creo que los dioses tienen una resistencia a la respiración mientras besan con profundidad, ¡Ahora entiendo porque son dioses!

Siento su dulce mirada en mi, mientras vuelvo a mis sentidos pues lo que sentí fue un poco intenso y bonito.

- ¿Estás bien? - preguntó preocupado y asentí, enfrentando su mirada - te amo, cuando estoy contigo mi mundo no es tan oscuro

No sé qué decir, siento que me volví a quedar sin aire, así que río nerviosa.

- yo también te amo, quiero estar contigo sin importar las dificultades que la vida nos ponga, estoy dispuesta a enfrentarlas contigo - le digo con emoción, eso lo hace sonreír de una manera que no pensé que podría hacerlo

- me aseguraré de que no haya dificultades - promete y antes de que pueda hablar me levanta en brazos, como una princesa. Gritó de la sorpresa y enseguida comenzamos a dar vueltas, con mis pies en el aire al igual que todo mi cuerpo, río feliz porque me siento contenta de que llegará a mi vida

No quiero que acabe está noche, en definitiva este es mi mejor cumpleaños y lo es porque estoy con él.

Caigo de espaldas lentamente en la cama cuando Zeus se sube encima de mi, sus ojos me miran con deseo al igual que yo a él. Sus manos se posan a los lados de mi cara, acercándose más a mi y besa mis labios con pasión, donde nuestras bocas se encuentran y su mano toca mi vientre, acariciando cada parte de mi. Zeus profundiza el beso y yo le sigo con desesperación, pero me relajo al ver que sus intenciones son otras, él me besa con cuidado, saboreando cada centímetro de mi boca con su lengua y no puedo evitar soltar un gemido. Una sonrisa se asoma en sus labios, separándose un poco de mi para verme a los ojos y esa mirada me rompe, porque en ellos veo su amor y deseo reflejados, como si tuviera miedo de hacerme daño. Entonces levanto mis manos a su mandíbula para acariciarlo

- ¿Estás bien? - pregunté confundida y él sonríe mostrando esa bella sonrisa

- eso mismo pregunto yo, ¿Estás bien? - su pregunta me deja sorprendida, veo que tiene todo lo que una chica quiere tener. Le sonrío y asiento en respuesta para volver a juntar nuestras bocas que se consumen en el deseo. Su sabor, sus besos me hacen sentir en las nubes como hace un momento.

Su mano toma las mías para apartarlas gentilmente, lejos de su mandíbula para ponerlas en mi pecho, abro los ojos confundida pero eso se marcha enseguida cuando sus labios tocan mi piel a través de la ropa, explorando mi cuello y dejando besos húmedos por todo aquel lugar, al tiempo que sus manos desabotonan mi vestido cerca del cuello y desenreda el listón, así dejando ver mi cuello y mi pecho. Respiro hondo porque siento que se va poco a poco, por el gran deseo que siento y lo excitada que me estoy empezando a sentir.

Cierro los ojos conmovida por su trato cuando sus labios tocan los míos un segundo, sintiéndose suaves. Los vuelvo a abrir para sonreír y ver cómo se quita el chaleco y la camisa sin apartar su mirada de mi, ¡Y por dios que se ve tan sexy!, Me quedo embobada viendo su abdomen tan musculoso, tal cual como un dios griego. Una sonrisa divertida se asoma en sus labios, pero se va de inmediato cuando él mira que muerdo mi labio inferior, entonces sus labios vuelven a unirse con los míos y disfruto de esto, porque esto es lo único que se siente bien y no puedo recordar esa noche, no comprendo la razón aunque algo me dice que muy pronto la sabré.

- eres perfecta - me dice al deshacerse de mi vestido y mi ropa interior, acariciando mi mejilla con suavidad como si quisiera gravar este momento. Él entra en mi con una lentitud que me desborda y me vuelve loca - quiero hacerte el amor, él amor de verdad - me indica y lo miro en este momento, que sólo deseo más de él

- y yo quiero hacerlo contigo, nada más contigo - le garantizo y con eso es suficiente para que él continúe moviéndose en mi una y otra vez, de una forma diferente que te hace sentir la mujer más amada y feliz de este mundo. Dónde te das cuenta que con él, puedes superar todo lo malo que hay en este mundo. Sólo él y yo.

No puedo creer lo que hicimos anoche, despues de lo que sucedió anoche, quedé dormida profundamente y por lo que veo él también. No puedo evitar sonreír al recordar las sensaciones tan increíbles, que experimente, sus caricias por mi piel. Me levanto de la cama con cuidado de no despertarlo, para ponerme la ropa interior y buscar mi cepillo pero el espejo me detiene, veo mi reflejo y parece que en realidad hice algo ayer. Mi cabello rubio un poco despeinado, debo admitir que me siento bien y es lo único que importa. Vuelvo a la cama con el cepillo en mi mano, para peinarme sentada con las piernas cruzadas en la orilla de la cama.

Veo a Zeus dormir tan tranquilamente y amo que a pesar de dormir, se ve muy guapo, sus párpados cerrados relajadamente, sus labios entre abiertos me hacen sentir un cosquilleo en el estómago y ese abdomen desnudo dejándome ver esa gran vista, las sábanas tapan su parte de abajo y de sólo recordar me estremece. Pienso volviendo a cepillar mi cabello con cuidado, me sobresalto al escuchar su voz ronca.

- ¡No puedo creer que te hayas levantado más pronto que yo! - dice sin abrir los ojos y sonrío

- siempre hay una primera vez - le asegure y abre sus ojos para encontrar una mirada somnolienta

- y yo no puedo creer que te arregles en todo momento - se burla y lo miro mal. Se reincorpora en la cama y veo su cabello desordenado, aún así se ve increíble hasta incluso mucho mejor, muy sexy que debería ser ilegal

- te lo dije, yo no puedo verme mal - le digo, para acercar mi mano a su cabello y peinarlo mientras él me observa divertido

Zeus toma mis brazos, deteniendo mi movimiento en su cabello, me empuja a la cama dónde caigo de espaldas entre las sábanas tan suaves.

— imposible que te veas mal — lo miro con fascinación, parpadeando lentamente como una enamorada — eres hermosa

— ¿Te arrepientes de esa noche? — pregunté al tener esa duda en mi cabeza. La misma pregunta que le hice la primera vez que dormimos juntos en la casita del bosque

— ¿Por qué me preguntas eso? — preguntó confundido y niego con la cabeza, él me mira mientras acaricia mi mejilla — si hay algo de lo que me arrepiento, es de no haber hecho las cosas bien, pero ahora lo haré contigo y nuestro hijo — aseguró.

Su confesión me hace feliz y más cuando acerca sus labios a los míos, para besarnos entre risas y mover nuestros cuerpos en las sábanas por sin ningún lado. Desearía despertar así todas las mañanas.

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