23. soplando las velitas en mi cumpleaños

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- es de él, no necesito ningún chequeo - hablé con frustración - y además para saber eso, necesita nacer el bebé, así no podrán saberlo - aclaré y ellos niegan

- claro que sí, él doctor no es el mismo que en el de los mortales. Tenemos magia para saberlo querida - me cuenta Hera - él doctor sólo necesita tocarte para saber si es del Dios del cielo

- ¿Qué? - niego enseguida, pues no pienso permitir que me toquen y menos un viejo doctor, que no es de confianza - ¿La Reyna no sabe de esto?

- ella dió su consentimiento - informó Hera, tranquilamente y eso me molesta, veo a Sonia quien baja la cabeza para verme al darse cuenta de lo asustada que estoy. Pero al igual que yo, no puede hacer nada

- si pero no él consentimiento de Zeus y más importante, el mío - especifique con seguridad y ella ríe.

- sólo relájese, señorita Bruce. Entre más calmada este menos dolerá - pidió él doctor y niego cuando veo que se coloca sus guantes blancos. Sonia se pone a mi lado para tomar mi mano y calmarme en apoyo mío.

Pienso en protestar pero alguien más lo hace por mi, Afrodita entra al cuarto haciendo que todos volteemos a verla y siento alivio de que esté aquí.

- ¡Basta!, ¡Dejen tranquila a la chica! - ordenó Afrodita, con decisión y Hera la mira con incredulidad

- ¿Quién te dió permiso de entrar?, Esto es una orden de la Reyna, Afrodita - le cuestionó Hera

- y yo tengo órdenes claras del emperador Zeus, de que cuidaré a su invitada especial - señaló Afrodita, quién no se deja en ningún momento y hasta ahora e visto que es la única que no le teme

- sólo es una pequeña revisión, señorita - le explicó el doctor a Afrodita, él parece asustado ante la mención de Zeus

- pequeña revisión que no necesita, doctor. Así que ambos deben irse. ¡Ahora! - les dice con seguridad y él doctor enseguida asiente para marcharse - es mejor que no insistas Hera o lo llamaré - le advierte Afrodita y está asiente sin más remedio, para salir del cuarto echa una furia

Miro a Afrodita con los ojos llorosos y casi diría que es mi angel, mi hada madrina. Con ese cabello rizado que le da su toque antiguo y su vestido largo hasta los tobillos. Sonia sigue a mi lado pero se aparta cuando Afrodita se acerca a mi para abrazarme, me dejó llevar por su consuelo, soltando las lágrimas entre jadeos por todo el dolor que siento al estar aquí.

- tranquila, todo estará bien - dice Afrodita, dándome palmadas en mi espalda mientras yo me acurrucó en sus brazos - yo estoy aquí y no dejaré que te hagan daño

Me separo un poco de ella para limpiar mis lágrimas, ella me ofrece un pañuelo que acepto para limpiarme.

- ¿Cómo supiste que esto estaba pasando? - pregunté confundida y ella sonríe para mirar a Sonia

- ella me informo que algo malo estaba por ocurrir, así que vine enseguida - contó y sonreí

- gracias Sonia - le agradezco - y gracias, Afrodita - me sonríe ella en gratitud.

*****

Entro al cuarto con un pastel en mis manos para ponerlo en la mesa, tabú me mira con intriga y sonrío con tristeza. Saco unas velitas de mi bolsillo para ponerlas en el pastel grande y redondo, sabor vainilla con chocolate. Yo misma lo hice para darme ánimos y sobre todo en este día. También me arreglé un poco para mí, me puse un vestido corto, floreado color negro, con un poco de cuello y botones abrochados, con un listón de decoración y unos tacones de punta pequeña. Mi cabello lo alise dejándolo reluciente y brilloso, sentía que necesitaba hacerlo, al menos por mi.

Otra vez esa fea sensación de soledad y es cuando siento que quiero recaer, tomar un poco vino, champagne o algo de alcohol pero resisto por el bebé que llevo dentro y que seguramente, pronto comenzará a crecer.

- lo bueno de todo es... que siempre estás conmigo tabú - le digo y veo que se acerca un poco para sentarse frente a mi. Sonrío al ver que quiere acompañarme a celebrar mi cumpleaños número 18. Ya son las doce y es él momento ideal para hacerlo.

Saco un cerillo de mi cajita para encender las dos velitas que pude conseguir

- feliz, feliz cumpleaños a.. mi... - termino de cantar, acercando mis labios a las velitas para soplar con suavidad al tiempo que cierro los ojos. Deseo que mi próximo cumpleaños no esté sóla, quiero estar con mi hermana y tener personas a mi lado que me quieran, que yo les importe. mi pasado cumpleaños es similar a este pues a mis papás no les importaba, solamente era su bebida y ellos. Mi hermana estuvo en su trabajo que no pudo estar conmigo ese día, y ni siquiera hubo pastel a diferencia de hoy. En ese momento me sentía sola y salí con mis amigas a tomar hasta no poder más, pero no tengo con quien hacerlo y eso me duele aún más.

Abro mis ojos al darme cuenta que los mantuve por mucho más tiempo cerrados, miro las velitas apagadas y limpio una lágrima de mi mejilla. Él rugido de tabú llama mi atención y está frente a la ventana, miro hacia allá y arrugo mi frente al ver un poco de viento o eso creo. Me pongo de pie para caminar a la ventana y salir a la pequeña terraza, mis ojos no pueden crecer lo que ven y son varios copos de nieve caer a mi alrededor, miro impactada el cielo porque esto sea real. Sonrío para ver a tabú.

- ¿Es nieve? - preguntó cómo si fuera a contestar. Alzó mis manos al aire para intentar atraparlas en mis manos

Veo a mi alrededor con emoción, ¡Es que no me creo lo que ven mis ojos!, En esta noche justamente cae nieve, seguro que una explicación lógica hay, pienso girando a mi alrededor hasta detenerme de nuevo al frente del balcón, y la respuesta llega frente a mi cuando aparece Zeus frente a mi, él Dios del cielo.

Una sonrisa acompaña sus lindos labios, y me doy cuenta de que está flotando en el aire. Hasta bien vestido está, lleva una camisa negra con un chaleco del mismo color prácticamente así son sus colores. Miro nerviosa a Zeus intentando no sentirme intimidada por sus ojos oscuros, un mechón de su cabello choca con su frente y no puedo sentirme más atraída a él.

- ¡Feliz cumpleaños! - oír sus felicitaciones de sus labios me sorprende, pero también me emociona el pensar que se acordó y de verdad le importo. Una sonrisa se dibuja de mis labios al escucharlo - nunca había visto una sonrisa tan radiante - comentó y bajo la cabeza divertida por sus comentarios coquetos

- ¿Cómo supiste? - pregunté y él se acerca, dejando de flotar en el aire para poner sus pies en la tierra

- un dios del cielo lo sabe todo - lo miro con incredulidad, pero no digo nada al respecto

- ¿Y viniste sólo para felicitarme? - pregunté sin creerlo, él me afirma con un asentimiento de cabeza - no me lo creo, ¡Me halagas! - digo en broma

- pues créelo, vine a darte un lindo cumpleaños - indicó y siento como todo mi ser se emociona, entonces siento miedo de lo que estoy sintiendo por él, es muy fuerte y no quiero que esto sea un sueño - ven - me pide extendiendo su mano, alzó una ceja confundida

- ¿Qué haremos? - pregunté

- confía en mí - me pide y después de unos segundos asiento. Acepto su mano y él la sostiene con cuidado

- confió en ti - le aseguró y sonríe de lado, llevándome a la orilla del balcón y me pregunto que es lo que tiene planeado.

Me dejó guiar y suelta mi mano para ponerlas en mi cintura, su calor me invade cuando me acerca a él y lo tengo cerca de mi rostro donde compartimos una mirada íntima. Sus manos son más firmes en mi cintura cuando me eleva en el aire, mis ojos se abren de sorpresa, porque no sé si es lo que estoy sintiendo que me hace creer que estoy flotando o realmente está pasando. Zeus parece disfrutar esto porque me mira con diversión y sonrío cuando dejamos el balcón, cierro los ojos con miedo al tiempo que mis brazos se aferran a su cuello.

- abre los ojos, no temas yo estoy aquí - me pide susurrando en mi oído, abro un ojo al ver que estamos muy alto, muy lejos del suelo

Me separo un poco de él abriendo ambos ojos, viendo a Zeus y una seguridad en su mirada.

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