— necesitamos tú ayuda, no te obligo a que te cases con ella ni nada, sólo quiero que la ayudes con el bebé porque es tuyo pues eres el único con el que estuvo hace dos semanas — comentó Sheyla
— de verdad que esa noche fui descuidado, no quise causarte problemas Holly — me mira a los ojos y siento tristeza porque esto es real — lo siento, no estás sola y yo te voy ayudar
— gracias, yo tampoco pensé mucho las cosas esa noche — aclaré
— ¿Es posible esto? — preguntó Sheyla confundida — se supone que si eres un Dios del cielo, tienes el poder para todo, hasta para que olvidemos esto — le pregunta
— si es posible y es lo mismo, sólo que puede que el bebé salga como ella o ... como yo — informa Zeus y lo miro fascinada
— ¿No es peligroso para ella? — preguntó Sheyla preocupada por mi
— lo es, pero nadie lo sabrá y yo estaré aquí — afirma él con frialdad
— en ese caso, necesitamos un lugar para Holly, no tiene donde quedarse — explica el punto importante mi hermana, ella toma mi mano y miro al joven frente a mi — mis padres son todo un caso y ...
— no tienes que explicarme, tengo el lugar perfecto para Holly — me mira con atención y sonrío porque no haya dudado, me preguntó si recordará lo que le dije sobre mis padres
Con sólo alzar su mano, hace que cambiemos de un lugar a otro y mis ojos se abren de par en par al ver que ya no estamos en el bosque, miro a todos lados extrañada por este repentino movimiento suyo. Estamos frente a una cabaña, una casita aislada de todo, alrededor de un bosque.
— ¿Cómo fue qué..? — preguntó una Sheyla sorprendida, viendo por todos lados igual que yo
— ¡Es asombroso! — expresé y vemos como camina a la casa, subiendo las escaleras con unas rejas de adorno pero pequeñas
— está será tú nueva casa — me dice a espaldas de mi, lo sigo al igual que Sheyla
Entramos al pequeño lugar donde hay una cocina un poco antigua, una cama a unos pocos centímetros de aquí y una sala pequeña. Parece que lo único que tiene puerta es el baño, la casa es de ladrillos pero muy cálida y con una chimenea.
— si haces algo más como esa magia que hiciste, seguro me dará un ataque — dice Sheyla quien entra a la casa, se queda callada cuando ve el interior y parece no gustarle — ¿Aquí vivirá, mi hermana? — preguntó ella y la miro mal por eso, se supone que la quisquillosa soy yo
— si, es un lugar seguro y nadie podrá encontrarla aquí, ni siquiera mi familia — indicó Zeus quién se encuentra justo en la ventana de la cocina
— ¿Tu hiciste la casa? — pregunté curiosa
— no, ya tiene bastante está casa. Yo sólo las transporte a esté lugar — informó sin importancia a nuestra actitud — tampoco queda muy lejos de la cuidad
— la casa es perfecta pero, mi hermana estará en este lugar sola, ¿Y dices que no es peligroso? — protesta Sheyla — además debe estudiar, ¿Y sabes cuánto tiempo tomará eso?
— es un lugar seguro por ahora en lo que encuentro que hacer, créeme no hay peligro aquí y pronto traeré compañía para ella mientras tanto, yo me quedaré con ella
¿Qué?, ¿Él se quedará conmigo en esta casa sin puerta para cuarto?, Me pongo nerviosa de sólo pensarlo
— ¿Te quedarás con ella?, Se supone que debo de confiar en ti — dice con enfado
— deben confiar en mí, soy la única opción y te puedo prometer que no le haré nada a tu hermana — le asegura Zeus y parece que le da seguridad
— no puedo creer que voy aceptar esto, estaré llamando a cada momento a mi hermana — indica Sheyla con frustración — ¿Quieres hacer esto? — me pregunta a mi y es hora de responder
— ¿Dónde dormirás? — pregunté a Zeus
— en el sofá, te pondré una cortina si así lo prefieres — me dice con gentileza y eso me hace confiar, así que acepto
— cuídate, por favor — me pide y sonrío porque empieza a parecer mamá — vendré mañana a verte
— estaré bien — le digo para abrazarla y Zeus nos da nuestro espacio, saliendo de la casita. La abrazo con fuerza pues no quiero que se vaya, mi barbilla se aferra a su cuello donde está su cabello negro. Me separo de ella para verla a sus ojos azules como los míos. Raro porque ninguno de nuestros padres los tienen azul, fue heredado por nuestros abuelos difuntos.
— no te preocupes por mi, algo me dice que podemos confiar en él. Si dice ser un dios del cielo no hará nada malo porque su deber es proteger — le digo mi teoría y ella sonríe
— ay Holly, aún así no te confíes y te prometo que buscaré pronto una solución para irnos — me asegura acariciando mi cabello rubio
— adiós, Sheyla — me sonríe por última vez para salir por la puerta
Salgo para quedarme en la entrada viendo como ella se acerca a él y parece advertirle, ya tan pronto es de noche, la oscuridad si que llega pronto. Veo como él usa su magia para hacerla volver a casa, sé que también puedes hacerlo caminando pero como es peligroso de noche es mejor así.
Miro el lugar del interior de la casa con mi dedo en mi labio, pensando sobre la situación mientras mi trasero descansa sobre la cama, por cierto no está nada mal y me alegra.
— ¿No piensas dormir? — preguntó Zeus quién se acomoda en su lugar, me sorprende que lleve ropa puesta para dormir
— bueno, es difícil dormir con un desconocido — solté y él me mira para levantarse y usar de nuevo su magia, una cortina aparece frente a mi cara y arrugó la frente molesta — ¡Enserio!
— me gusta el silencio — responde y mi enfado crece, me cruzo de brazos pero termino acostando me, tuve que ponerme una camisa que tenía en mi poca ropa y un chort bastante cómodo
— ¿Te puedo hacer una pregunta? — pregunté viendo el techo sin poder callarme como el quiere — ¿Ya te dormiste?
— si — responde cortante y frunso el ceño
— ¿Tu familia no estará preocupado por ti? — pregunté curiosa
— están acostumbrados a verme desaparecer, el mundo depende de mi y ellos lo saben — me sorprende que haya contestado mi pregunta, sonrío
— ahora tengo mucha curiosidad sobre ti, pienso que en cualquier momento voy a despertar de este sueño — le digo con miedo, pues a la vez es lo más interesante que me ha pasado — tú...¿Te arrepientes de lo que pasó esa anoche? — pregunté y no hay respuesta así que me asomo por la cortina y parece que enserio se ha dormido.
Cierro la cortina molesta para taparme con mi sabana.
— Grosero — susurré molesta para cerrar mis ojos.
ESTÁS LEYENDO
Mi mundo eres tú
Fantasyuna joven adolescente jamás pensó que quedaría embarazada pero, mucho menos pensó que quedaría embarazada de un Dios del cielo, a lo que ella le llama Dios griego. El dios griego se hace responsable de ella y el niño que aún no nace, los lleva a una...