Una caja de joyas llegó en las primeras horas de la mañana. Te las dieron directamente a ti por un dragón de escamas amarillas y negras. Su mirada fue suficiente para deducir la situación.
Paget se emociono mucho.
El cofre era una pieza de madera con dragones tallados en cada una de las tapas. El interior era lo más majestuoso.
Estaba repleto con aretes, collares y tiaras de oro fundido con incrustaciones de diamantes, esmeraldas, rubíes, cuarzos, amatistas y zafiros. Todo era precioso, pero en especial el único anillo que se hallaba dentro de la caja. Tenía un gran zafiro en el centro y alrededor, tenía pequeños diamantes que brillaban a la luz del día.
— Es preciso — murmuró Paget.
— ¿Porque solo hay uno? — te preguntaste más a ti misma.
— No lo sé — respondió mientras se encogía de hombros —. Podemos preguntarle al mensajero.
El dragón que lo trajo estaba sobre tu techo, dedujiste que estaba tomando un descanso por el viaje asi que Paget lo mando a llamar y bajo por el techo en su forma humana. Estuviste algo preocupada puesto que entró por la ventana y te lo imaginaste cayendo al vacío.
— ¿Quería verme? — preguntó el hombre. Era joven y esbelto. Con un pequeño chaleco negro y un collar de apariencia tribal. Su cabello era lo más exótico. Cabellos dorados como el trigo y un pequeño mechón color obsidiana.
— Solo era para preguntar la razón de un solo anillo — exigiste al mismo tiempo que sosntenias el accesorio.
El chico se sorprendió. Se rasco la parte trasera de la cabeza mientras ponía claras sus ideas.
— Eso es porque simboliza su compromiso, majestad — anunció.
Levantaste una ceja.
— ¿Me mando un anillo de compromiso? — cuestionaste con algo de sorpresa. Honestamente no esperabas nada de tu bruto prometido, pero tenías que admitir que te sentías sorprendida.
— Sí, técnicamente — contestó —. ¿No le gusta...?
— Claro que me gusta. Es precioso, jóven...
— ¡Ah, Denki! ¡Denki Kaminari! — exclamó, distraído.
— Bueno, jóven Kaminari, hágale saber al Şehzade que me siento complacida con su obsequio — hablaste mientras te colocabas el anillo en el dedo anular.
Kaminari se sintió complacido y Paget le dio un poco de comida antes de que partiera de regreso a su hogar.
Kaminari cumplió con lo que le ordenaste. Le dijo cada uno de tus palabras al príncipe que solo sirvió para hinchar aún más su ego. "Ni el maldito de Deku pudo darte algo del mismo dote" citó.
Sin embargo, esperabas que el príncipe de los dragones no se entusiasmara más de lo que debía puesto que tú también le tenías un obsequio que darle.
Aunque no como él esperaba.
Los dos días pasaron tan rápido como el viento en invierno y los preparativos para tú plan estaban más que listos, puesto que los dragones podían observarse desde la distancia. Por lo que cuando el príncipe Bakugo llegó a la Fortaleza Blanca, Sir Shinso ya había partido.
Justo como Lady Mitsuki dijo, el príncipe solo llegó a hablar con el Consejo que ya lo esperaban.
— ¿Cree que tarden? — te cuestionó Paget mientras te acercaba la caja de madera. Elegiste unos pendientes y un collar de zafiro para que combinarán con tu preciado anillo.
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La querida del dragón; Katsuki Bakugo
Fanfiction➤ ❝ Después de cuatro matrimonios fallidos, la princesa imperial regresa triunfante a su hogar, resignada a vivir en soledad y esperando la inminente muerte de su hermano para subir al trono. Sin embargo, sus planes se ven arruinados cuando el magní...