Felix colgó la llamada y guardó su teléfono. Se paró enfrente de la cama, se subió con cuidado y despacio. Empezó a curar sus heridas delicadamente, cuando terminó, se sentó al lado de Hyunjin para observarlo, tenía los ojos llorosos a punto de llorar. No se aguantó y comenzó a estallar del llanto.
—¡¡HYUNJIN, POR QUÉ TE TUVE QUE DEJAR SOLO ESE DÍA, MALDITA SEA, TODO ES MI CULPA!!—gritó Felix sosteniendo a Hyunjin en sus brazos mientras llora—.
—¡¡SI TAN SOLO NO ME HUBIERA ENAMORADO DE ESA PERSONA, NO TENDRÍAS ESTAS HERIDAS!!
Felix después de llorar un rato, teniendo en los brazos a hyunjin, lo deja solo.
Cerró la habitación y se sentó afuera recargándose en la puerta para seguir llorando.
Por otro lado, en las pesadillas de Hyunjin no paraba de ver a esa persona. Era una pesadilla sin fin; una dentro de otra pero siempre estaba él.
La persona llevó al niño al final del callejón, donde había luz, cuando llegó lo soltó y se quedó en el penumbroso callejón. El niño se preguntaba por qué se quedó ahí y no siguió caminando, pero el niño hizo una reverencia para decirle gracias, y se fue sin voltear a verlo.
Después de caminar hacia donde provenía la luz, Hyunjin se despertó abruptamente, empezó a jadear demasiado, miró a su alrededor con extrañes y miedo, estaba empapado de sudor, un dolor en su abdomen lo hizo darse cuenta de lo que sucedió hace 2 días.
Se sentía mareado y con dolor de cabeza insoportable, se fijó que en el extremo de la cama había una bandeja de comida que se arrastró en la cama para llegar a ella.
Cuando trataba de apoyarse con sus brazos le temblaban de lo débil que estaba.
Terminó de comer y sin que se diera cuenta se durmió.
Felix al darse cuenta que se quedó dormido, entró silenciosamente a recoger la bandeja, volteó a ver al espejo y vio que en el reflejo de Hyunjin en vez de que tuviera cabello rubio, tenía cabello negro.
Casi grita y suelta la bandeja de la sorpresa y miedo. Rápidamente sale de la habitación cerrando con cuidado. Cuando salió se cubrió la boca con su mano de la impresión, comenzó a llorar de nuevo.
Tambaleándose y temblando a la vez, salió del lugar.
Aún sorprendido lo asustó la llamada de Bangchan.
—Hey, Felix, ¿Hyunjin...Ya despertó? —preguntó Bangchan—.
—S-sí, hace unos m-momentos se volvió a dormir
—respondió Felix—.
—¿Por qué tartamudeas?—N-no es nada, me asusté con algo realmente trivial...
—Ah, está bien. Antes de que Hyunjin vuelva a despertar, déjale comida, y después consígueme un habitación de hotel.
—¿Por qué quieres una habitación de hotel, acaso ya no vas a venir aquí?
—Quiero estar un poco lejos de Hyunjin por ciertas circunstancias.
—Okey, entiendo. Buscaré uno de tu agrado. —Gracias, Felix.
Bangchan colgó y se distrajo viendo por la ventana de la cafetería en donde se encontraba. Viendo cómo la gente y los coches pasaban ante sus ojos.
Sus ojos siguieron a un hombre que se parecía a Hyunjin, pero de cabello negro. Se sorprendió tanto que se paró abruptamente de la silla donde estaba sentado, pronto la gente que estaba en el establecimiento lo miraron raro.