—¡¡AGH MALDITA SEA, ME ROBARON MI TELÉFONO, AHORA COMO ME VA A LLAMAR LA EMPRESA!!—gritó Mi-suk—.
—Cierto...El mánager de Bangchan me dió una tarjeta con el número de la empresa, ¿debería llamarles?—se dijo a sí misma—.
Mi-suk tomó el teléfono prestado de una de sus amigas y le marcó a la empresa.
—Hola, soy Kim Hyo-ri. Esta tarde me hicieron una entrevista para ser bailarina de respaldo. Me dijeron que me iban a llamar si era aceptada. Pero lastimosamente mi teléfono fue robado y me temo que podría perderme de una de sus llamadas. ¿Podría darle mi teléfono nuevo?
—Claro. Un momento por favor.
«Nada me va a detener para verte de nuevo, Bangchan...» Pensó Mi-suk.
Cambiaron su número a uno nuevo, ahora ya no había nada que le preocupara a Mi-suk.
Ya era de noche, se dirigió al bar en donde trabaja, fue con el gerente y le dijo que quería renunciar, al ser una belleza, al bar no le convenía que ella se fuera.
Insistió demasiado hasta aburrirlo, así que le dieron lo que ella quería. Salió de ese lugar a la cual no iba a regresar jamás, literalmente.
Con Bangchan. Estaba con Felix en una reunión. Le hizo llegar la entrevista de Mi-suk, se dió cuenta que el nombre lo cambió. Pero su rostro es el mismo.
«¿Qué estás insinuando, "Kim hyo-ri"?» Pensó Bangchan.
—No me siento satisfecho con solo saber esto de esta chica. Quiero verla de cerca.
—Oh, Bangchan, ¿te interesa? ~
—Preguntó el CEO—.
—Claro que no. Es sólo que no la veo capaz de bailar...
Todos se quedaron callados, saben lo estricto que es.
—Haré que tengas una entrevista con sólo con ella. —Dijo Felix—.
—Perfecto, si se puede, quiero que sea hoy.
Bangchan se levantó y se retiró de la sala. Se dirigió a la sala de prácticas donde estuvo ensayando para un concierto que iba a dar.
Mi-suk iba caminando por la calle cuando una llamada le entró a su teléfono de repente.
Por la voz reconoció que era una llamada del mánager de Bangchan, le dijo que él quería una entrevista privada solo con él.
Mi-suk estaba que daba saltos de alegría. Le empató que quería la entrevista el mismo día que lo hizo Felix. Inmediatamente aceptó y se regresó rápidamente a su casa para vestirse para Bangchan. Pensó que tal vez le haría una prueba de baile, así que vistió un top y unos shorts.
Estaba tan ilusionada y emocionada por verlo otra vez. Su esfuerzo habrá valido la pena.
Algo la inquietaba, si era cierto que él es un caníbal. Pensó que sólo es una estafa para robar dinero por internet.
Si todo salía bien, estaría trabajando para Bangchan, tan solo pensar que estaría cerca de él, la excitaba. Salió de su casa, se sentía triunfante.
Iba caminando tranquilamente, cuando siente que alguien la toma del brazo y la jala hacia un callejón. Se da cuenta que es el mismo chico que chocó con ella y le sonrió amablemente. Su belleza le llamó la atención.
—Tengo el presentimiento de que te vas a encontrar con el próximo amor de tu vida. ¿Estoy en lo correcto?
—Preguntó la persona pelinegra mientras la toma de las manos—.
—Es cierto, y usted, ¿cómo lo sabe? —contestó y preguntó Mi-suk mientras miraba sus labios—.
—Umh, no lo sé, sólo adiviné. No es de extrañar que una belleza no tenga perros que domar. Pero, sólo te advierto que puede que lo que planees no salga bien. Y ten cuidado, si quieres saber qué planea, ve lo meticulosamente. Sé precavida. Todavía te puedes salvar.
Seguido de lo que le dijo, le dio un beso y se fue sin decir más. Mi-suk estaba aturdida.
Su voz era muy suave y profunda. Sus manos se sentían frías pero suaves.
Quedó atontada al pensar en todo lo que dijo. No tardó en sentirse mareada.
Reaccionó que tenía que llegar puntual para dar una buena impresión.
Por otro lado.
Bangchan tomó un pequeño descanso. Llamó a Felix. Le dijo que le comprara unas golosinas a Hyunjin, y lo alimentara.
Intentó negarse ya que tenía que vigilar lo. Pero era para Hyunjin. Por él movía montañas si pudiera, hacía todo a su alcance para que él estuviera cómodo, incluso estando secuestrado.
No tuvo más remedio que ir. En el camino empezó a sentirse mareado, unos punzones le clavaban la cabeza como si cuchillos lo atravesaran.
Llegó a una tienda en dónde vendían todo tipo de golosinas, escogió los que más le gustaban.
Compró y salió. Seguía sintiendo una extraña inquietud. Todo a su alrededor se veía borroso, no soportó más y corrió hasta el lugar donde estaba Hyunjin.
Era insoportable y desesperante, le dolía la cabeza muy fuerte, se sentía mareado, estaba temblando, casi no podía respirar. Cayó desplomando se en el suelo, su vista era muy borrosa, logró ver cómo una persona de cabello negro estaba sobre él, se parecía a Hyunjin, pero no era realmente él.
Pareciera que lo ahorcaba con más fuerza, por eso no podía respirar. Tan solo un momento cerró sus ojos y se desmayó.
La persona pelinegra retiró sus manos y besó a Felix aun estando desmayado. Momentáneamente desapareció como si fuera un fantasma.
Felix soltó un quejido, se levantó lentamente. Estando parado soltó una carcajada. Él no era Felix, era la persona pelinegra. Sus ojos eran rojos, la enorme sonrisa macabra que tenía era espeluznante.
Volteó a ver hacia su lado derecho y vio que había una bolsa con golosinas.
—Intentabas hacerte el noble. Lo siento...Pero no voy a permitir eso, si Hyunjin no me necesita, haré que me suplique por ayuda...—Dijo la persona pelinegra—.
Vio la comida que Felix le iba a dar y sonrió. Lo tomó y salió de dónde estaba.
Caminó hasta la habitación, abrió un poco la puerta. Hyunjin estaba durmiendo. Entró lentamente y dejó la comida en la cama. Tiró algo apropósito para que despertara.
Se despertó desconcertado y lo último que vió era una persona saliendo apresuradamente, algo que lo hizo sudar frío era que tenía cabello negro.
Vivía con el pánico de que esa persona le hiciera daño o volviera por él.
Notó que había una bandeja con comida y una copa de vino, gateó hasta ahí.
Comió todo lo que había en la bandeja. Dejó el vino para el final. Agarró la copa, y lo tomó.
La persona pelinegra aún disfrazado de Felix estaba esperando una reacción de Hyunjin. Viendo en un pequeño espacio entre abierto en la puerta.
Hyunjin sentía una mirada extraña. Miró a su alrededor buscando qué era. Vio al espejo preguntándose si era él que lo estaba jodiendo.
Una extraña palpitación en su corazón hizo que soltara un quejido.
Tocó el lado de su corazón, miró sus manos que estaban temblando, su respiración estaba agitada. La sensación de ahogarse se sentía similar que aquel día.
Sintiéndose mareado, se acostó a la cama.
Todo le daba vueltas, cerró sus ojos un momento, de repente sintió como si dos manos rodeaban su cuello. Esas manos empezaron a ahorcarlo con fuerza.
Abrió los ojos y tomó esas manos para intentar quitárselas de su cuello.
Intentó verle la cara. Pero los mareos le impedían verlo. Su fuerza cada vez se debilitaba más, no sabía quién era.
Terminó por rendirse dejando que hiciera lo que quisiera.