Miró al espejo nuevamente y vio que estaba la persona pelinegra atrás de él. Dejó caer la toalla del asombro, su cuerpo sobresaltó del susto. Tan pronto lo vio su garganta se hizo un nudo. Lágrimas brotaron de sus ojos, sus manos empezaron a temblar.
Un escalofrío recorrió su cuerpo.
—¿Q-Qué es lo que quieres? —preguntó Felix—.
—Veo que no recuerdas, pero, deberías de ayudar a Hyunjin. Aún no sé qué insinúa. —dijo la persona pelinegra sin responder la pregunta—.
—¿Recordar de qué? —preguntó Felix nuevamente angustiado—.
La persona pelinegra sonrió de una manera realmente macabra, alzó su mano y chasqueó los dedos.
Al escuchar el pequeño ruido de sus dedos Felix cayó al suelo debido a un fuerte dolor de cabeza. Gritó y gritó por el dolor, mientras la persona pelinegra se reía del sufrimiento de Felix.
Pequeños recuerdos empezaron a llegar a la memoria de Felix. Empezó a recordar que le dio una bofetada a alguien, unos gritos desgarradores, un hombre rubio.
Por los gritos reconoció a Hyunjin, reaccionó y empezó a negar que él hizo eso.
—¡No, no, no, no! ¡¡YO NO HICE ESO, POR FAVOR DIME QUE YO NO HICE ESO!!—gritó Felix—.
La persona pelinegra salió de las sombras y dejó ver si cuerpo vistiendo camisa blanca y pantalones negros. Se acercó a Felix y se arrodilló.
—Aunque lo niegues, eso ya sucedió, borré a propósito esos recuerdos porque creí que me serían de utilidad. Y veo que fue así. —Dijo en tono burlón dirigiendo su mano a la mejilla de Felix—.
—No temas...Sólo has lo que dijo Hyunjin. —¿H-hacer qué? —preguntó Felix entre lágrimas—.
La persona pelinegra se acercó al oído de Felix.
—Suicídate...
Esa palabra le cayó de golpe, su expresión se relajó a una cara vacía, una mirada perdida dudando sobre si hacerlo o no. La persona pelinegra sonreía al ver los ojos perdidos de Felix. Aún su mano en la mejilla de Felix la frotó con su pulgar.
Se acercó a él y lo abrazó.
Luego se alejó y dio un beso en la frente. Se levantó y caminó al pasillo en dónde había un espejo, antes de entrar volteó a ver a Félix con una mirada de lastima y luego dio 3 pasos al frente y traspasó el espejo como un portal desapareciendo momentáneamente.
Felix aún estaba aturdido por lo que acaba de pasar. Ambos son iguales, pero lo que cambia no es sólo su color de cabello, si no uno tiene la mente más retorcida que el otro.
«¿De verdad...Hice eso? porque lo hice... ¿Hyunjin me odiará? ¿Debería matarme para remendar lo que hice? ¿dolerá? a él debió dolerle que lo violara...» Pensó Felix vagamente. Felix se sentó apoyando su cabeza en sus rodillas y con sus brazos apretando sus piernas.
Entre más pensaba más salían lágrimas de sus ojos. Escuchando la lluvia afuera era realmente ambientador.
Felix durmió en esa posición durante el resto de la madrugada, se despertó con dolor de cabeza y espalda. Pero aun así fue a la agencia. Revisó documentos y muchos documentos, entre ellos estaban lo que pensó que estaban engrapados, pero en realidad estaban pegados.
Algo realmente raro y rojo... Tenía la forma de un ojo y un lunar al par. Se extrañó demasiado, creyó que alguno de los asistentes le quería jugar una broma así que lo arrugó y lo tiró.
Bangchan llegó tarde, como siempre, Felix le quería preguntar sobre el estado de Hyunjin, pero no se animaba y se sentía descarado después de lo que le hizo.
Todos estaban ocupados con los preparativos del concierto. Bangchan y sus bailarines ensayando en la sala de prácticas. Mi-suk era la que más sobresalía, aprendía rápido los pasos. Bangchan se sentía obligado a decirle cumplidos. Cada vez más ilusionada con un futuro con él eran más grandes.
Todos se tomaron un descanso y Bangchan salió de la sala para ver si los vestuarios eran del agrado de él.
En aquel camerino donde sucedió la aparición de la persona pelinegra, esperó a que Mi-suk lo siguiera. Tal como lo predijo, se escuchó que la puerta se abrió, asomó su cabeza, entró y cerró con seguro.
—¿Es enserio lo que me dejaste en la nota? —preguntó Mi-suk—.
—Sí. Quiero tener una cita contigo hoy...Solos, tú y yo. —Contestó Bangchan con voz suave y seductora—.
Mi-suk no evitó sonreír al escuchar eso. Su plan había "funcionado". Ridícula. Se acercó donde él estaba sentado. Ella se sentó en sus piernas.
Giró su cadera, puso sus brazos en el cuello de Bangchan así quedando cara a cara.
—Por favor, que sea un restaurante de lujo, para así disfrutar un momento solos...
—Haré lo que tú digas, no me importa lo que sea. —dijo Bangchan rodeando la cintura de Mi-suk con sus manos—.
Creyó que ya lo tenía comiendo de la palma de su mano. En un momento de ver sus rostros se besaron sin pensarlo.
Fue demasiado lento. La respiración de Mi-suk se estaba haciendo más agitada a medida que el beso avanzaba y pegaban sus cuerpos mucho más.
Bangchan volteó a ver al espejo del camerino, vio otra vez a la persona pelinegra atrás de ellos, esa aparición hizo que apartara a Mi-suk abruptamente y salió apresurado del camerino.
Dejó a Mi-suk agotada en ese asiento. Sólo fue un ruido en la parte de atrás que la alertó y volteó a ver, pero no era nada.
Solo lo ignoró y salió del lugar a seguir practicando. La persona pelinegra salió de las sombras con una mirada fulminante y un el ceño realmente fruncido, apretó sus puños con fuerza, tanto que empezó a salir sangre de su mano, ya que él tenía uñas largas. Cuando se dio cuenta miró su mano temblorosa y sangrienta. Caminó hacia el espejo del camerino, se paró enfrente de el espejo y con su propia sangre dibujo un ojo un lunar a su par.
Escuchó unos pasos y rápidamente saltó hacia el espejo así desapareciendo del lugar.
Era Felix el de los pasos, entró a buscar a Bangchan pero no lo encontró. Solo lo desconcertó el dibujo con algo rojo en el espejo, se acercó y miró, determinó que era el mismo dibujo de un ojo con lunar a su par, que el de los documentos son iguales. Apretó sus dientes y salió enojado de el camerino a investigar.
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