Capítulo IV: El vuelo de un cuervo inesperado.

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Annibal estaba tratando de escapar de la jaula en la que Jinx lo puso.

— ¿Crees que te voy a soltar?- se burló- las cosas se acaban de poner difíciles para ti, amiguito.

Lo sacó de su jaula y anulé el hechizo de transformación.

— Comienza la diversión.

— Jinx, alto.

— Chloe, revelará el plan de nuestros padres.

— Jinx, lo he traído yo.

— Ama mía...

Dejó un beso en mi mano mientras se arrodillaba delante de mi y Jinx me miraba frustrada.

— Le quitas lo divertido a la vida.

~~~

Annibal había vuelto a su forma de cuervo después de explicarle que hacía acá y tener que pedirle que me ayude jurandome nuevamente lealtad eterna para que Jinx se quede tranquila.

Pero su historia será para otro día.

Me encontraba caminando a un lugar cerca de la entrada de Gloxsfort donde había dejado a mi bebé oculta. Jinx tenía la sesión para conocer a su terapeuta y yo iba a ir en secreto para supervisar todo.

Una KTM 1290 Super Duke GT color azul de prusia y negro última generación que era probablemente el amor de mi vida y de las 3 siguientes estaba debajo de una manta que la cubría para cuidarla.

Me hubiera gustado ir en ella, pero por alguna razón esta semana tenía dificultades para andar, así que supuse que mamá estaba atrás de todo.

La directora Gala llevaba personalmente a los alumnos complicados a las terapias, así que me colé en su auto.

Después de un rato escuchando música sentí como nos detuvimos, por lo que me saque los audífonos para escuchar mejor.

— El consultorio del doctor Rigsby esta en el segundo piso, hasta el momento a logrado ayudar a todos los estudiantes que lo necesitan. Y tampoco tiene prejuicios con los extraños.

— ¿Esperará aquí hasta que termine?

—  Estaré cerca resolviendo asuntos. En la primera sesión siempre les invito un café para pasar el mal sabor de boca.

— No se ofenda directora Gala, pero no sé moleste en formar algún vínculo.

Fue hasta el maletero y lo abrió, dándome el tiempo suficiente para salir de ahí con cuidado y aprovechar que nadie veía cómo ventaja.

— Debió haberme mandado con el profesor encargado de los estudiantes en terapia para no pasar por esto.

— Por tu historial estoy segura de que pretendes escapar. Vine para evitar que eso vaya a pasar.

— Le deseo suerte con eso.

Pase a una librería que estaba al lado del consultorio a por un libro que se acababa de lanzar. Así podría observar todo y asegurarme de que Jinx no haga nada malo.

Había alcanzado justamente la última copia, y todo lo demás que necesitaba para su lectura estaba en un rincón de la misma biblioteca.

Salí mientras guardaba todo en mi mochila y al terminar sentí una presencia al lado mío.

— ¿Jinx? Qué mier...

— Vamos antes de que Storm se de cuenta que estoy aquí y no allá dentro, y comience a sospechar.

Avanzamos un poco y Jinx parecía tener una visión. Supuse que tenía todo en orden así que la dejé fluir solamente, aún estaba conociendo su poder y debía darle su espacio para que lo haga bien.

Le Chante de la MortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora