Capítulo XXXVI: Un beso vale más que 500 gestos.

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— Es que yo te odio.

— Me amas y lo sabes, bonito- me levanté y le dejé un beso en la mejilla.

— Debes tener carta en los bolsillos.

— Es un vestido de gala, Val, ¿Donde le pongo los bolsillos? Además, es Carioca, no Uno.

— Hiciste trampa.

— Acepta que perdiste.

— Jamás.

— Y te doy un beso.

— Me rindo, he perdido, quedé con 6 puntos- me miró sonriente.

Giré los ojos divertida y fuí hasta él. Tomé su cara con mis manos y le dí un beso corto.

— Yo quería más largo- hizo un puchero.

— Pero me debo cambiar, saldremos a cenar en poco tiempo. Solo falta que le avisen a Álex para salir al lugar.

Entré en un tipo clóset del camerino que era donde tenía toda mi ropa.

Bueno, la que trajimos para la competencia y ensayos al recinto.

— Estuve hablando con tus padres y según mis tiempos puedo viajar con ustedes y quedarme unos días. Ya después saldré a primera hora en primera clase a Inglaterra.

— Que envidia te tengo- acomodé mi vestido en el colgador y tomé el buzo color gris.

— ¿Es cómoda tu habitación?

— La habitación de invitados tiene una cama de dos plazas y buenas cortinas para la luz solar, verás que es aceptable. Tiene buenos espacios. Pericles dice que tiene una buena estructura para generar eco y escuchar musica. Lo confirmo.

— Me tomaré una foto en el famoso espejo donde me mandas fotos.

— ¿Cuales fotos?- me hice la inocente- antes de todo ¿Qué te asegura que entraras a mi habitación? Es exclusiva.

— Las fotos de tu carita hermosa y de tu pecho para arriba.

Ay sí, evade el tema Valentino D'Ruzzo.

— ¿Cómo la que te acabo de mandar?

— Exac...

Sentí como se levantó de prisa y comenzó a buscar su celular por el camerino.

— En el mueble junto a la puerta.

Sentí que cuando llegó al mueble, chocó con él. Justo después de eso sentí que se abrió la puerta.

— Chloe, ya está todo listo en el restaurante- hubo un silencio- ¿Chico, estás bien?

— Sí, solo me resbalé.

— Ya... En fin, Chloe, ya nos vamos.

— Voy Álex, me estoy cambiando.

Y se cerró la puerta.

— Eres jodidamente guapa- apenas oí el clic de la puerta, habló.

— Esa foto tiene... ¿1 mes?

— Haz sido perfecta toda tu vida, mujer, pero está foto me encanta.

Se veía mi hombro izquierdo descubierto mientras tapaba mi cara con el celular, bueno el lado derecho, mi hombro derecho no se alcanzaba a ver.

La foto era de mis hombros para arriba.

— Ahora que tienes tu teléfono a mano, ¿Qué hora es?

— 8:55.. 56.

— Está bien- cerré mi argolla y me senté para ponerme mis zapatillas.

Le Chante de la MortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora