Capítulo XIX: Los fantasmas del pasado suelen equivocarse.

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Después de retocarle el maquillaje a madre por uno waterprof, Jinx y yo fuimos hasta la estación de policía a ver a mi padre.

Mi papá podrá ser muchas cosas pero asesino jamás entraría en ellas. A menos, claro, que se trate de la ópera.

Popular opinión entre mi familia.

Cuando llegó, Annibal y el pusieron sus manos a través del vidrio.

— Mi pequeña tormenta- me miró- ¿Cómo está tu madre?

— Devastada.

— Odia el anaranjado.

Solo para que sepan, Álex le ajustó los colores a mis vídeos para enseñárselos a mis padres.

Fin del espacio publicitario.

— Así que, peré, espero atentamente tu explicación.

Les resumiré la historia a mi modo, así que tomen su snack y presten mucha atención.

Hace 32 años, el alcalde del pueblo (en ese entonces estudiante) se había enamorado de mi madre. No porque ella le diera señales, sinó por una confusión, la de amabilidad y el coqueteo.

Y ese amor se transformó en obsesión. Las denuncias a la policía fueron ignoradas (¿Novedad? Ninguna), gracias a que la familia que pertenecia era de intolerantes a los "extraños" que no soportó la idea de que su único hijo hombre fuera acusado de acoso. Y siendo su padre el alcalde, eso ayudaba mucho.

La noche del baile fue el detonante de la tragedia.

El alcalde andaba borracho por las calles cuando mamá y papá salieron al pueblo después del baile.

Ambos lo ayudaron a llegar a su casa, pero hubo una confusión, y creyeron que papá estaba allanando la alcaldía.

Fue cuando él comenzó a correr por la casa, y el alcalde por la borrachera comenzará a acosar nuevamente a mamá.

Papá había visto la escena cuando volvió a buscarla. Le dió un empujón y comenzó una pelea.

No saben cómo ni cuándo, pero sacó un cuchillo. Papá logró sacárselo, pero terminó en el estómago del alcalde.

Ya quisiera que un hombre atraviese con una espada a otra persona por mi.

— Agradezco tu sinceridad, peré- le dí una sonrisa reconfortante. Le sería útil en este momento.

O tal vez lo deprimiera, después de todo luces exactamente a madre de joven. Solo que con cabello morado.

Pero la dosis de verdad administrada en su confesión incluí otras cosas. Detalles que lo delataban a mis ojos.

Jugamos ruleta rusa desde que soy pequeña, lo conocía perfectamente.

Después de un emotivo momento, Jinx habló con el sheriff mientras yo me quedé con padre unos últimos minutos.

— El chico que te abrazó hoy se ve atractivo. Sé que no considerarias algo inferior a lo que mereces.

— El es un... "Buen amigo", peré.

— Tú madre y yo también partimos con "buenos amigos", mi pequeño escorpión.

Una vez Jinx estuvo lista nos devolvimos a la academia.

Habíamos ido hasta un riachuelo cerca del terreno en el bosque donde estaban todas las otras familias.

Fuimos ahí porque estaba mi hermanito sentado.

— Lárgate.

Le dijo a Jinx, pero ella y yo hicimos caso omiso a su deseo y cada una se sentó a un costado diferente de él.

Le Chante de la MortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora