Capítulo XXIII: Los árboles también viven.

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Los funerales era algo de lo que solía disfrutar. Mamá dice que desde que se gatear llegaba sola a ellos.

El asesinato planeado para acabar con el alcalde era lo que nos reunía aquí, y era algo seguro de que su autor debía estar presente, fingiendo inocencia.

Y como podrán deducir, después de que la vida y la muerte pelearan por él, la muerte había ganado.

Por más que Jinx me insistió en que me quedara con ella durante el proceso, yo preferiría estar con Val, quién me mantuvo en un cálido abrazo toda la lluviosa ceremonia.

Cuando ya había terminado, fuí con ella mientras mi chico fue con los demás.

Ambas lo habíamos notado al mismo tiempo, y salimos en persecución de una figura de negro por el bosque.

Cuál fue mi sorpresa cuando supimos quien era.

— Tan inteligentes como siempre mi querida ahijada y mi pequeña pelimorada.

— John.

Y ahí lo tienen, la sonrisa más auténtica que veran en mi hermana nunca. Corrió a abrazar a su padrino mientras yo observando.

— Ya decía yo que entre los habitantes del pueblo se sentía una presencia tan particular.

~~~

Lo habíamos llevado al estudio de Matt, donde tenía sus cosas para la observación de aves.

Gracias a mi John pudimos saber que la criatura era un cambia formas, un paso más en la investigación de Jinx.

Y resulta que ese no fue el único dato interesante que nos dio.

Eso hasta el momento, quedamos en ir mañana por la noche a la biblioteca de Edvenfire para investigar, hoy Val iba a cumplir con su promesa de darme una cena.

— ¿Segura de que puedes andar sola por el bosque vendada?

— No sería mi primera vez, relájate.

— De todas formas te llevaré cuando estemos cerca.

Dicho y hecho, más adentrados al bosque llegamos al lugar de siempre.

Lo que probablemente no les he dicho es que nuestro árbol especial queda cerca del lago solo que no tenemos visita por la cantidad y altura de los arbustos.

Cuando Val me acomodo, me saco la venda de los ojos.

Y no de forma metaforica.

Una manta con un picnic y su computador con Harry Potter y la piedra filosofal estaban ahí. Justo en el árbol cojines apoyados y más mantas. Unas cuantas luces adornaban en lugar.

Y probablemente había un único detalle que competía contra Harry Potter, pues lo único que le hacía competencia en lo que más aprecio ver en esta vida, era contemplar masas de agua naturales grandes y lindas como lo era el lago.

La luz de la luna llena quedaba perfectamente como complemento. Lo podía apreciar ya que todos los arbustos de esa zona fueron retirados.

— Esto es...

— Me esforcé bastante para hacerla digna de ti- se le notaba mucho sus nervios- ¿Te... Gusta?

— Valentino D'Ruzzo, esto es precioso.

Me había abalanzado sobre el en un abrazo donde solo uno de mis pies tocaba el piso.

Le Chante de la MortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora