Capítulo XXIX: Alma al desnudo.

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Cuando terminamos de comer me dispuse a cambiarme de ropa y arreglarme para que con Val saliéramos a caminar.

Había optado por un vestido negro con un abrigo encima, ambos me llegaban a unos 5 dedos por sobre la rodilla.

Lo había completado con unas mayas negras y botines negros. El detalle final fue la bufanda que me dió Val el día que fuimos a la casa abandonada.

Y, como no, dejé escondida su sudadera en mi armario.

Antes de vestirme me maquille como todos los días y desenredé mi cabello.

Val me había dicho que me demore todo lo que quisiera, que no había prisa alguna así que que me tome mi tiempo.

Aún así traté de no demorarme tanto. Hoy no iba a ver clases por todo los acontecimientos de anoche, iba a ver una junta del comité y los profesores para saber que ocurrirá con Gloxsfort de ahora en adelante.

Cuando salí ví a Val acostado en mi cama viendo mi actual lectura, a Lei terminando de ordenar su cama y a Jinxi sentada en su escritorio.

— Nunca me cansaré de decirte lo bien que te vistes- Lei se había acercado a ver mi ropa.

— Gracias amiga.

— Ese es un de los motivos por lo que le gustaste, no tengo pruebas pero tampoco dudas. Amex y yo estamos muy emocionados de ser sus hijos adoptivos y esperamos que nos den la vida que merecemos.

—  Nos costo aceptar a Annibal y ahora resulta que tengo a dos más. Sabes, Annibal no estará de acuerdo.

— Yo sé que conmigo será diferente- dijo con una orgullosa sonrisa- y Jinx igual.

— ¿Estás insinuando que Jinx quiere ser parte de esto?

— No me interesa tener algo que ver- el ruido de su máquina de escribir no paro.

Aunque, hizo una pausa en sus palabras.

— Tal vez, pudiera... Cambiar de opinión. Según Leia nos compraran cosas cada vez que salgamos y eso suena bastante interesante, considerando que cuesta que le compres dulces a Dange siempre que sales de compras.

— Nibal es el hijo adoptivo, el resto se quedará en un ya veremos. Además como tú dijiste, con Dante son dulces, no otras cosas.

Me acerque a mi chico mientras leía la parte trasera del libro con la sinopsis.

Le había apartado el libro al mismo tiempo que lo besaba sin darse cuenta antes, sabía moverme en silencio.

— Oye, yo quería más- parecía hacer un berrinche de niño pequeño cuando me separé a los pocos segundos- este me gustó mucho más que los otros. Excepto claro, el primero.

— Por lo visto tuviste el placer de conocer a Jack Ross.

— ¿Cuanto tiempo demoraste para leerlo?

— Me lo empecé el día antes del cumpleaños de Jinx, fue la única vez que lo pude leer. Por obvias razones debía ser después de diciembre del diciembre que leí antes de diciembre.

— ¿Y vas por la 240?

— Que puedo decir, es adictivo.

— Todas aquí sabemos que si Jack Ross junior existiera, Chloe te mandaría a volar por él.

Mi hermana, tan amable como siempre.

— ¿Vamos? Aún caen unas suaves gotas de la lluvia y las quiero disfrutar- tiraba de su mano para que se levante y camine.

— ¿Así que soy el sustituto de Jack Ross?- me pregunto divertido.

— Estoy tratando de acordarme de lo que Amex me dijo sobre Meghan Fox hace un tiempo- gracias a ese simplemente comentario, se había puesto de pie rápidamente y me tomó de la cintura en un giro algo extraño.

Le Chante de la MortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora