Capítulo XXI: Una capilla cubierta de fiesta.

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Jinx estaba tratando de contactar a alguien en una sesión espiritista.

— Te dije que era mejor usar la tabla ouija que ocupé para conversar con Michael Jackson.

— Pero no te contesto.

— Tenía 12. Y al menos me contestó un demonio, Demián, era buena onda y muy guapo. En fin, el punto es que algo contacto. Ahora, estoy con los chakras mejor alineados y sé cómo hacer esto, hubiera contactado. Pero claro, ignoren la ayuda de la bruja.

Una nota fue arrojada bajo la puerta.

— Creo que su espíritu contestó- dijo Leia asustada.

— ¿Es en serio? Ay tía Carmen, no te ofendas, pero las notas son para un maniático asesino de quinta que no sabe lo que hace. Para un fantasma, debes asustar más.

— Te jalaran las patas en la noche- Leia se veía entre molesta y un poco asustada.

Debe haber pensado que era provocación y que saldría mal.

— Que te las jale a ti. Así sentirás un poco de lo que es un susto de verdad. Aunque sea básico y aburrido.

— Chloe, no me hagas esto, me estoy asustando.

— Tranquila- se escuchó un ruido del techo y se aferró a mi brazo- mira, si es nuestro espíritu le diré que te deje en paz y no te asuste. Y si te hace algo yo te defiendo.

— Dudo que un fantasma se contacte por recortes de revista- me dió la nota.

— "Las veo en la capilla abandonada por información. Media noche" sí, definitivamente no es. Cualquier fantasma que se respete de ser fantasma escribe con sangre.

— ¿Cómo lo sabes?- Leia me miró asustada.

— Una vez aparecieron unos fantasmas seguidores de Demián en mi habitación. Estuvieron un mes. Tipos agradables para ser seguidores de un demonio.

~~~

Jinx iba adelante y yo al medio, como Leia iba atrás tenía que detenerme a verla porque estaba que se cagaba en las patas del susto.

— Insiste en acompañarnos- Jinx la miró mientras le hablaba- estábamos bien solas.

Llegamos con ella y ahí fue cuando comenzó a ver el lugar, ambas íbamos atrás.

— Sigue pensando en mi tía Carmen y en vez de presentarse ante Jinx será ante ti- le susurré sintiendo como se aferraba fuertemente a brazo y me enterraba sus garras.

— Cómo lo...

— Camina.

— Mejor me quedo aquí- mientras Leia se quedaba quieta viendo todo su alrededor yo entré atrás de mi hermana.

La daga está perfectamente afilada en caso de cualquier cosa.

Era divertida la cara de Leia cuando vió que me la metia en la bota.

— ¿Qué?¿Te recuerdo cuántas veces intentaron matar a mi hermana?

— Me imaginé algo... Diferente- guardé mi linterna en la mochila mientras caminabamos por dentro.

Habíamos sentido algo a nuestras espaldas así que saqué la daga en un movimiento rápido empuñandola.

Lastimosamente no era nada.

Le Chante de la MortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora