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Narra Giuliana

—Che, pa ¿querés que te ayude en algo? —le pregunté a mi papá que estaba cocinando un asado.

Como de costumbre todos los domingos viene toda la familia a comer un asado o algún pollo a la parrilla, pero hoy es un caso especial; hoy viene la selección Argentina a almorzar.

—Si querés anda haciendo las ensaladas, hay para hacer papa hervida con zanahoria, la ensalada de lechuga, remolacha y pepino. No sé, fíjate —respondió él.

No le respondí, me fui directamente a la cocina donde me puse a preparar las ensaladas. Mamá se había ido con Ian y Noah a comprar las bebidas, porque aunque los jugadores se encargaban de eso, mi papá dijo que solo iban a traer para chupar.

Cuando termine de hacer la ensalada fui sacando los vasos, platos y cubiertos para que después no andemos a las apuradas y ahorrando un poco de quilombo. Mientras hacia esas cosas de fondo sonaba Better Than Revenge de la diosa de Taylor Swift.

Mi papa había dicho que los chicos iban a estar viniendo a eso de las 12 del mediodía, pero algunos llegaban más temprano, y ese «algunos» se llama Julián Alvarez, quien acaba de llegar. ¡Apenas eran las once y media!

— ¡Buenas, buenas! —ya me había olvidado su acento...lo extrañaba un montón—. ¡Hola, zorrita!

—Qué onda, arañita ¿Todo bien? —lo abrace súper fuerte, como si no lo vaya a ver más.

Con Juli nos conocemos desde los quince años, en un cumpleaños de una amiga que tenemos en común. Desde ese día empezamos a charlas re bien y nos dimos cuenta que teníamos varias cosas en común. Amo a Julián, es un amigo que se lo pierdo, lloraría toda mi vida por él. Me tomaba de la mano y me acompañaba en mis momentos más difíciles junto a mi familia.

Y sobre ese apodo...bueno, hay una historia desde hace mucho tiempo, una de la que apenas me acuerdo...joda. Cuando era chica había ido a un campamento con la escuela y nos separaban por cabañas, a mí me había tocado en la cabaña "zorros" y como ni a mis compañeras ni a mi nos gustó, le cambiamos el nombre a "zorritas". Cuando se lo conté empezó a llamarme así, y sinceramente no me molesta, ya que en la escuela después de ese campamento me decían así.

— ¿Dónde está tu padre? —inquiere dejando las cervezas en la barra de la cocina. Trajo como veinte latas.

—Está cocinando afuera, boludo.

—Ah, ¿tus hermanos y tu mamá? —me miro fijo a los ojos con el ceño fruncido.

—Salieron a comprar hace como media hora, seguramente pararon en tiendas de ropa, se quería comprar un vestido —respondí—. ¿Vamos afuera?

—Dale, pero lleva la música de Taylor, eh.

—Ja Ja Ja, obvio.

Salimos al patio y estuvimos charlando un rato con mi papá hasta que llegó mi mamá con mis hermanos.

Estaba súper nerviosa. Aunque sea la hija de Lionel Scaloni no conozco a todos los jugadores de la AFA, hoy voy a conocer a Lea Paredes, Paulo Dybala, Di María y a Enzo Fernández. Siendo sincera, me da mucho miedo conocerlos, no sé qué les habrá dicho mi papá sobre mí. Ojala que nada malo.

Un rato despues llegaron los chicos.

—Dale, boluda, te juego un partidito —me dijo Emi agarrándome de la mano.

—Bueno, pero te aviso algo, Dibu: soy buenísima en el vóley —le advertí mientras me paraba y empezaba a calentar.

—Vos decís eso porque todavía no me viste jugar —se rio.

El Dibu es como mi segundo papá, lo conozco hace dos años, pero de todas formas se ganó un pedazo de mi corazón con sus estupideces y el cariño que le brinda a las personas.

Jugamos un partidito mientras esperábamos a Paulo y a Enzo, eran los únicos que faltaban; seguramente se habían perdido porque nunca vinieron a casa. Leandro y Ángel son unos genios, me charlaron re bien y gracias a todos los santos mi papá no les conto nada vergonzoso de mi antes de que ellos me conozcan.

—Hola, perdón haber llegado tarde, la gallega culiada del Google maps nos mandó para cualquier lado —me gire para ver quien hablaba.

— ¡Punto! —Grita el Dibu— por distraerte mirando al Sexo Fernández y al Dybala te metí un gol.

— ¿eh? —Lo mire frunciendo el ceño sin entender, hasta que caí— ¡ah! ¡No se vale!

—Sí, sí se vale, minimi.

Le saque el dedo del medio y fui a saludar a Enzo y a Paulo. Enseguida se sentaron y mi papá aviso que íbamos a comer, así que nos sentamos todos y comimos el asadito con mis riquísimas ensaladas.

—Che, está buenísimo el asado, Lio —dice Kun con la boca llena.

Todos habían empezado a decir lo mismo, le tiraban puros halagos y chamuyos.

—Gracias, gracias. —dice mi papá llevándose la mano al corazón.

—Pero no le llega ni a los tobillos a mis ensaladas, eh.

— ¡Obvio! —dijeron todos.

—Las ensaladas de la minimi no las supera nada, che, es una falta de respeto alentar a la carne cuando estamos comiendo papas crudas —dice el Dibu.

—Ándate a cagar, Emiliano. No están crudas mis papas.

—Si vos decís...pero a mí me tocaron varias duras...

Todos reímos, lo amaba.

—Che, perdón por mi ignorancia, pero ¿Por qué le decís minimi? —pregunta Enzo mirando al Dibu.

—Porque es una enana, me hace acordar a Mini-Me de Austin Powers.

Y entre risas, cervezas y chamuyos nos pasamos la tarde.  

(...)

—Che, pa, ya me pasa a buscar Lulú —le comente a mi papa cuando corte la llamada con mi mejor amiga.

—Okey. Avísame cuando llegues al lugar. —dice mi papa levantando la vista de las cartas, estaba jugando con Leo, Ale Mac Allister y con el Dibu.

— ¿Ya te vas, zorrita? ¿A dónde y quien es esa Lulú? —dice Julián abrazándome.

Todavía estaban acá los chicos, re borrachos, apenas podían parase; eran un desastre, hasta m papa y eso me sorprende. Mi mamá se fue con sus amigas porque no los aguantaba más a ninguno y mis hermanos fueron a la casa de unos amigos porque estaban re aburridos y aprovecharon que los invitaron a los dos.

—Luana Fica, tarado —le respondí pegándole en la nuca.

—Ah, bueno, si necesitas algo avísame.

Cuando llego Luana la hice pasar rapidísimo a mi habitación, sin dejarla saludar a los jugadores.

𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐑𝐀𝐒 𝐘𝐎 𝐄𝐒𝐓É 𝐀𝐂𝐀 ✦ 𝘌𝘯𝘻𝘰 𝘍𝘦𝘳𝘯𝘢𝘯𝘥𝘦𝘻 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora