19

1.9K 86 1
                                    

Narra Giuliana.


Había llamado a Valentina, me ponía muy mal que Enzo no pueda ver a su hija por algún capricho de Valen. Realmente me sorprendía, porque no nos contestaba a ninguno de todos nosotros; ella no es así, algo le debe estar pasando ¿Qué seria si no? Ahora mismo la estaba llamando.

Hola, Giuliana —escucho la voz del otro lado, como diciendo "¿Qué mierda quiere esta pelotuda?" — ¿Qué necesitas?

—Necesito saber cómo estas, como esta Olivia. No contestas las llamadas de ninguno de nosotros ¿Está todo bien?

Mira, Giuliana, está todo bien, Olivia lo está pasando re bien con Rama y no extraña para nada a Enzo. Te voy a pedir, por favor, que no llames más. Decile a los otros también. Ah, y decile a Enzo que cuando vuelva a Argentina que venga a mi casa, que necesito hablar con él.

Cortó.

¿Qué mierda le pasa? ¿Le hice algo? —me pregunte a mí misma.

Me pareció una falta de respeto el tono en el que me hablo, obviamente corrí a decirle a Enzo, quien estaba comprando unas galletitas. Ya estábamos en el otro hotel, era hermoso, pero no tanto como el otro, pero es súper entendible eso de habernos venido a este.

—Súperman, necesito decirte algo —lo abrace por atrás y él enseguida se giró.

— ¿Necesitas que te salve de alguien? —pregunta con un tono agrandado de voz.

—No, es sobre Valentina y Olivia.

— ¿Qué paso con ellas? ¿Está todo bien? —empieza a preguntar mientras vamos para afuera así nos sentamos en unos sillones enfrente la pileta del hotel.

—Dijo que cuando vuelvas a Argentina vayas a verla que necesita hablar con vos. Y dijo que Olivia no te extrañaba para nada y que estaba súper bien con Rama. También dijo que no la llamemos más, ni vos, ni yo, ni ninguno de la Scaloneta. Pero lo que más me sorprendió fue en el tono que me hablo, como si me odiara...

— ¿Qué? —dijo anonadado—. ¿Qué concha le hice? Se enoja conmigo y se enoja con mis amigos y con vos.

—No sé qué decirte, perdón Enzo.

—No tenes por que disculparte, Giuli. Cuando vuelva voy a hablar con ella y me quedo con mi hija —me sonríe y agrega—: y vamos los dos con vos a tomar algún helado, que se yo. Pero vamos a ser vos, Oli y yo.

Sonreí.

—Te quiero, súperman.

—Te quiero más, Giuli.


(...)


Las últimas tres semanas se pasaron volando, ahora nos estábamos subiendo al colectivo y nos quedaban ocho horas para volver a la Argentina.

Estas últimas semanas me acerque mucho más a Enzo, y Julián decía que íbamos a terminar juntos en un futuro no muy lejano. Mi papá estaba súper tenso con Aimar, siempre que les preguntaba qué onda me sacaban cagando, joda, me decían que era algo del trabajo y que no me lo podían decir. Juan Foyth y yo nos hicimos muy buenos amigos, competimos muchas cosas en común.

Ya paramos en la primera estación de servicio, así que todos empezamos a agarrar nuestra plata para bajar y comprar.

— ¡DIBU! ¡NOS VAJAMOS A UNA ESTACION DE SERVICIO, ANDA AL BAÑO! —Le gritó mi papá a Emi— ¡ALGUIEN QUE LO ACOMPAÑE, POR FAVOR!

𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐑𝐀𝐒 𝐘𝐎 𝐄𝐒𝐓É 𝐀𝐂𝐀 ✦ 𝘌𝘯𝘻𝘰 𝘍𝘦𝘳𝘯𝘢𝘯𝘥𝘦𝘻 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora